En mi época universitaria, a fines de los años 90, terminando mi carrera, tuve la opción de hacer ayudantía, algo que no tenía en mente, ya que estudiaba solo o con algunos compañeros. Es así, que cuando comencé a enseñar a otros compañeros de carrera, me di cuenta que me gustaba y a la vez aprendía y practicaba mis estudios. Esta actividad incentivó mi gusto por enseñar y de un momento a otro me encontré en un subterráneo de la casa de estudio, con muchos compañeros que estaban incluso en el suelo, escuchando mientras yo explicaba unos ejercicios. Les enseñaba de la forma que me hubiese gustado a mí que me explicaran y parece que fue muy práctico e innovador para la época, ya que fue comentario entre los alumnos y pronto llegó a oídos de los profesores, quienes me dieron la oportunidad de enseñar formalmente.
De ahí en adelante no he parado de enseñar y he pasado por muchas Instituciones de educación superior, pero sin lugar a duda hay una institución muy especial, y a la cual le tengo cariño, y es la Escuela de Informática y Telecomunicaciones de Duoc UC, donde actualmente imparto clases en las carreras de Ingeniera en Informática y Analista Programador Computacional.
En Duoc UC todo marchaba bien, existía una excelente comunicación con mis alumnos; a la vez de enseñar temáticas propias del área de informática, lograba conversar diversos temas con ellos e incluso transferir experiencias laborales que me ha tocado vivir, tanto como programador y como Jefe del Área de Informática. Sin embargo, llegó marzo con un cambio drástico en esta “normalidad” de hacer clases en forma presencial, de vernos diariamente, de escucharnos, de estar cara a cara, de un momento a otro, la comunicación y cambio era exclusivamente a través de un computador.
La Pandemia azotó fuertemente la forma de enseñar e interactuar con los estudiantes. Surgieron varias interrogantes, “¿cómo motivar a los estudiantes?, ¿qué hacer para que los alumnos interactúen?”. Claramente, no estábamos preparados para hacer clases en forma virtual, pero, al mismo tiempo, contábamos con un mundo de posibilidades tecnológicas.
Mi razonamiento fue lógico-tecnológico, somos informáticos y conocemos las herramientas de reuniones virtuales, Skype, Zoom, Hangout, entre algunas. Tenemos herramientas de colaboración e interacción de proyectos, Git, TeamWork, Trello, etc., tenemos herramientas de programación colaborativa e interacción en tiempo real, como son Kahoot, Mentimeter, Repl.it. Contamos con Blackboard y AVA. Entonces, había que hacer algo, aprovechar cada herramienta y adaptarla a las clases.
Es así como empecé a usar todas esas herramientas, al principio tímidamente, solo en reuniones de Collaborate y luego aplicándolas a las diferentes clases.
Al comienzo, busqué la forma de incentivar a los alumnos, encendía mi cámara, los saludaba, esperando que todos me conocieran y así lograr cercanía con ellos. Les mostraba mi pequeño espacio destinado a las clases y en el cual estaban mis instrumentos musicales y el famoso escudo del Capitán América, el cual volvía loco a los alumnos. Tanto así, que siempre me pedían encender mi cámara para ver el escudo y para que les tocará algo en guitarra. De esta forma, logré que estuvieran atentos y algunos con las cámaras encendidas. Logré que cada uno colocará su avatar en Collaborate y ahora todos tienen sus fotos.
Luego, con la ayuda de las herramientas tecnológicas de colaboración, como repl.it todos comenzaron a interactuar en tiempo real, opinando y aplicando la materia en forma inmediata, más que en la propia clase presencial. Creo que estar en modo “avatar” los hace participar más.
Interactuar en clases, permite que los alumnos sientan confianza, es importante preguntar por su vida, por su salud, lo valoran mucho. El uso de estas aplicaciones permite compartir. Hemos logrado definir fechas de evaluaciones vía sondeo (herramienta de collaborate), y aplicar “Quiz”, A veces, los llamo en vivo con la herramienta de Kahoot e interactúan con sus celulares.
Mi opinión es que las herramientas tecnológicas junto con el apoyo permanente de Ingenieros Informáticos y/o Analistas Programadores Computacionales, permitirán mejorar cada día más los aprendizajes virtuales. Son herramientas valiosas que han logrado entrar en nuestras vidas y facilitar la enseñanza aprendizaje.
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