Gracias al apoyo técnico y al financiamiento de la DIAIT, logramos junto con mi equipo concretar la construcción de un sistema tecnológico de producción de plantas, el cual fue mutando debido a las diferentes circunstancias naturales de cada proyecto, estableciéndose como un módulo para producir forraje. Este forraje se puede obtener mediante el uso de fertilizantes disueltos en agua (hidropónico) o con los agregados metabólicos de peces (acuapónico).
Nuestro objetivo principal es generar alimento para animales utilizando poca agua y basado en un modelo de economía circular. Inicialmente, nos enfocamos en agricultores y ganaderos de zonas con escasez hídrica del norte de Chile, lo cual es una problemática urgente de abordar, por los efectos negativos que genera en aquellas comunidades agropecuarias donde nuestro proyecto tiene el potencial de aportar a las soluciones requeridas.
Los resultados esperados con este sistema incluyen producir forraje de manera escalonada cada semana, determinar tiempos de crecimiento, frecuencias de riego optima, niveles de temperatura y humedad relativa ideales. También se espera enriquecer las dietas y las estrategias de alimentación de distintos animales. Además, queremos demostrar la versatilidad del módulo al poder funcionar y aportar valor tanto para agricultores, granjas educativas, zoológicos, criaderos de aves y cerdos, como a escuelas, colegios y liceos.
El equipo de trabajo se conformó con integrantes de las carreras de Ingeniería Agrícola e Ingeniería en Electricidad y Automatización de la sede Puente Alto. Esta unión de especialidades relacionadas a los recursos naturales y tecnología resultó ser muy acertada, ya que se generó una sinergia que impulso la creatividad y permitió adaptarse a los problemas que surgieron, obteniendo resultados que superaron nuestras expectativas. Mi colega Camilo Basay, junto con sus alumnos y alumnas, se encargaron de incluir sensores con un microcontrolador para monitorear las variables de temperatura, caudal y nivel. Mientras tanto, yo junto con mis estudiantes nos enfocamos en el sistema hidráulico, el control de riego y el sistema productivo. Aunque nuestras disciplinas estaban separadas, todos pudimos aprender unos de otros, complementando muy bien la ejecución de cada labor.
Se concretó un prototipo funcional que ocupa menos de 4 metros cuadrados, construido con distintas partes de PVC. Con estas piezas se armó una estructura tipo repisa de 3 cuerpos y 2 pisos que sostienen las 6 bandejas, lo que permite incorporar módulos anexos para expandir la capacidad productiva según sea necesario.
Como fase inicial, dibujé con lápiz y papel las distintas formas que podría tener el sistema, ajustando los diseños hasta llegar al mínimo viable. Luego, realicé la cubicación para entender las cantidades de materiales, insumos, herramientas y equipos necesarios para poder construirlo. Finalmente, la prueba de fuego fue la puesta en marcha, donde se accionó la bomba periférica para comprobar la prueba de hermeticidad y el funcionamiento del circuito hidráulico cerrado, obteniendo sistema totalmente operativo de manera satisfactoria.
El siguiente turno fue incorporar semillas de trigo en cada bandeja y regarlas con los goteros acondicionados en la repisa. En menos de 2 semanas, se obtuvieron brotes germinados sobre 15 centímetros, con raíces entrelazadas formando un tapete verde comestible. Estos brotes alimentaron a distintos animales en condiciones controladas en el Centro Tecnológico de Recursos Naturales de Duoc UC en Pirque.
En el segundo semestre del 2023, impulsé y gestioné una alianza estratégica con Buinzoo, donde transferimos el sistema a las instalaciones del parque. Utilizamos agua del estanque de peces que está en el hábitat de los lémures, ya que esta tiene los agregados metabólicos que sirven como nutrientes para las plantas. Estos nutrientes son estabilizados por un biofiltro que incorporamos al sistema utilizando tapas plásticas recicladas que alojan bacterias que naturalmente están en el ambiente y se encargan de transformar los elementos en formas asimilables por los cultivos, obteniendo resultados positivos al cosechar forraje fresco para los animales del zoológico.
La alumna Camila González, estudiante de ingeniería Agrícola, nos manifestó: “Tener la oportunidad de participar en un proyecto de estas dimensiones siendo solo estudiante de segundo año de ingeniería Agrícola, fue muy desafiante e interesante. Desde el primer momento, lo asumí como una gran responsabilidad, este proyecto ha sido una instancia de poder conocer distintos aspectos asociados al implementar algo totalmente nuevo a un contexto con un enfoque complejo y establecido, pero sin miedo a innovar. La alianza que se logró con Buin zoo fue realmente un logro muy importante. El trabajo en equipo y la constancia para siempre llegar al objetivo propuesto fueron mis bases para poder estar a la altura de lo que demandaba estar embarcado en esto, por otra parte, estudiar de manera autodidacta permitió ampliar mi visión e interesarme por otras áreas como lo que es el bienestar y nutrición animal, debido al producto que estaba bajo nuestra responsabilidad.”
Como director del proyecto, tuve que coordinar las actividades de cada integrante, gestionando recursos para alcanzar objetivos, por lo que las habilidades de liderazgo fueron cruciales para mantener al equipo enfocado. En función a todo lo que se realizó en el proyecto, destaco la importancia de la planificación y el aporte de valor a mi trayectoria docente y profesional, marcando un hito que me permite extraer todo lo aprendido y aplicarlo en mis clases, generando un efecto positivo hacia las asignaturas que imparto.
Estoy convencido de que este tipo de iniciativas pueden generar un impacto positivo y tangible en el sector ambiental, social y productivo. Además, logran dejar una huella en las vidas de nuestros estudiantes, que al involucrarse en el proceso extrapolan los conocimientos adquiridos en situaciones reales, siendo la transferencia tecnológica el último eslabón que le da sentido a todo lo anterior, ya que al trasladar los resultados generados hacia las problemáticas o necesidades tanto de las personas como de empresas se logra concretar el propósito de hacer investigación aplicada.
Finalmente, el Dr. Alberto Duarte, Gerente de Bienestar animal del parque zoológico Buinzoo nos expresó refiriéndose a este proyecto: “Ha sido una experiencia interesante, al ver el funcionamiento del módulo y la producción de forraje, que ha servido para aportar a las estrategias de bienestar animal. En base a los resultados prometedores que sigan apareciendo, proyectamos poder tener unos de estos sistemas tecnológicos en la nueva huerta que tendrá el bioparque para contribuir a nuestra política de sustentabilidad y difusión educacional para nuestros visitantes”.
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