El 7 de marzo de 2022, Duoc UC, sede Plaza Norte, son las 08:15 de la mañana y una larga fila de alumnos y alumnas espera su turno para medir su temperatura, aplicarse alcohol gel en las manos y pasar los torniquetes con sus credenciales. Esta imagen no se había visto en tal volumen desde el año 2019. Era una imagen muy esperada.
Estamos felices con el desarrollo de todas las clases de forma presencial en nuestras sedes, están contentos los estudiantes, los y las docentes y los y las administrativos/as. Siempre tuvimos clases en la Sede, pero ahora era diferente, ya que significaba el retorno total y sabíamos que tendríamos desafíos distintos a los últimos dos años, y hoy, ya en julio, podemos contar cómo hemos afrontado algunos de ellos y dar los primeros resultados.
Lo primero es mencionar que muchos de nuestros estudiantes no conocían físicamente la Sede, el mix de escuelas hace que un grupo importante de ellos solo hubiera tenido clases de forma remota durante estos dos últimos años; por lo tanto, el plan de bienvenida contemplaba “conocernos y RE-conocernos”, recibir a los nuevos y enseñarles la sede, así como también, incluso a los que llegaban a su tercer año. Lo mismo nos pasó con algunos de los y las docentes. Por ejemplo, profesores de asignaturas transversales, que iniciaron con nosotros en pandemia, no conocían las instalaciones de la Sede y llegaron este año junto a los más antiguos a RE-conocerles. Este fue el primer desafío, dar la bienvenida a nuestros estudiantes y docentes entregándoles la información necesaria para que se sintieran cómodos y seguros, indicando dónde está cada uno de los servicios de la Sede y siguiendo los protocolos de cuidado indicados por el Ministerio de Salud y de Educación.
Siempre ha sido nuestra preocupación tener a los mejores docentes desarrollando clases en nuestras aulas, el docente está llamado a ser “un modelo al servicio del aprendizaje de nuestros estudiantes” [1] y el retorno total a la presencialidad ponía en sus hombros desafíos distintos. Si hace dos años el desafío fue hacer clases de forma remota, este año lo era realizar clases con mascarillas, aumentando el volumen de su voz, cambiar las actividades de vinculación entre alumnos manteniendo la distancia física, conocer, contener, motivar y volver a entregar a nuestros estudiantes la confianza de lo aprendido, la tranquilidad de que vamos avanzando. El proceso de selección docente, la retroalimentación constante de los Directores de Carrera y Jefes de Programa, el liderazgo en la Sede de nuestro Director que pone siempre al alumno y alumna en el centro y los docentes, como parte primordial de la formación, en el contacto en la sala de clases y talleres aumentando la potencialidad de obtener el máximo aprendizaje posible.
Durante este semestre hemos tenido desafíos transversales como sociedad, uno de ellos levantado desde Vertebral, que es presidido por nuestro Rector Carlos Díaz, desde el cual se ha manifestado la preocupación acerca de cómo la violencia está alterando nuestra convivencia, tanto en la sociedad en general como en el entorno estudiantil. Sin lugar a dudas, hemos visto más situaciones de esta índole fuera de la Sede que otros años, y los alumnos y alumnas no están ausentes de este diagnóstico. Las aulas de clases son un reflejo de lo que nos pasa como sociedad, este desafío lo hemos trabajado con mucha escucha activa, asertividad y empatía, entendiendo que durante dos años congelamos nuestras relaciones físicas próximas y que en este debemos entre todos, reaprender a comunicarnos, a conectarnos, a ser empáticos, a conocernos y RE-conocernos, desde el ejemplo y la escucha hemos intentado aportar nuestro granito de arena para lograrlo. Participamos muy entusiastamente en las Jornadas por Una Sana Convivencia, donde alumnos, docentes y colaboradores entregamos nuestra visión de la situación y pudimos escucharnos para crecer y avanzar.
Tal como lo plantea nuestro Proyecto Educativo, cada alumno y alumna es una persona, un ser racional y libre, con entendimiento y dueño de sí mismo. En este contexto, los estudiantes nos escogen como parte de su desarrollo y nosotros respondemos con nuestro propósito: “Formamos personas para una sociedad mejor”[2]. Por lo tanto, nuestros esfuerzos son integrales, tanto técnico como relacionales, y en este camino sabemos que uno de los principales desafíos es la retención de nuestros estudiantes, sobre todo este año de retorno total, en el que situaciones nuevas se presentarán en nuestra comunidad. Trabajamos fuertemente en la vinculación de los docentes con los alumnos, generando actividades fuera de la sala de clases, como las pasantías en Cencosud de la Escuela de Administración y Negocios, las visitas a terreno al aeropuerto o a la central de generación eléctrica, entre otras. Fomentamos y fortalecimos la relación entre los estudiantes y Coordinadores de Carrera, aumentando el número de estos de 7 a 9, con la finalidad de dar un mejor servicio y estar más cerca de nuestros estos. Incorporamos una Coordinadora de Práctica y Portafolio para sistematizar y resolver todas las dudas de estas áreas. Fraccionamos la jefatura del Programa Transversal de Inglés y de Lenguaje en dos personas. Aumentamos el número de operadores DARA y fortalecimos cada uno de los equipos en la Sede.
Sabemos por experiencia que personas felices trabajan mejor y rinden más, por lo mismo, el ambiente en nuestra Sede es sumamente importante y, desde esta mirada, la UAP, Coordinación Docente y Biblioteca nos apoyan generando espacios de trabajo amenos y cordiales. Recibir a nuestros docentes y estudiantes en un clima propicio para el estudio en el que se les pueda entregar todas las herramientas para el desarrollo apropiado de sus clases. ¡Qué importante es que el alumno y alumna llegue con total disponibilidad de aprender a la sala de clases! Lo mismo que el y la docente se presente con total disponibilidad a enseñar. En esto nuestros equipos académicos ponen el foco manteniendo siempre al estudiante en el centro de su quehacer.
Los números son positivos en el balance parcial, nuestros alumnos y alumnas están rindiendo los exámenes y, hasta este momento, hemos realizado el 99,8% de las clases programadas, con un porcentaje de asistencia del 85%. Llevamos un 95% de registro en bitácoras y vamos en aumento. El cumplimiento de las clases, asimismo, de los deberes formales asociados son un ejemplo y modelo que seguir para los estudiantes, además, de ser las clases el centro del proceso de aprendizaje en la Sede.
Uno de los indicadores que más nos reconfortan es la opinión de los alumnos y alumnas acerca de la función de nuestros/as docentes. Cada semestre se mide la percepción de ellos, en relación con su labor a través de la encuesta docente. Este termómetro es una retroalimentación importante para el docente y para la sede, que nos permite ajustar acompañamientos, reforzar mensajes y RE-conocer a los mejores. Este semestre hemos obtenido un 89% en dicha encuesta, superando el promedio institucional en un poco más de medio punto porcentual; sin lugar a duda que este número nos llena de orgullo, alienta a seguir adelante con nuestra tarea y nuestro norte.
La tarea está en desarrollo, estamos en la mitad del año y aún nos queda mucho por entregar y recorrer, mucho por conocer y RE-conocer. Seguirán siendo nuestros focos el alumno y alumna en el centro y su experiencia en Duoc UC, docentes de calidad, comprometidos y siendo modelos, la realización de todas las clases y la vinculación fuera del aula, la retención de nuestros estudiantes, el contacto y cercanía con nuestros alumnos, alumnas, docentes y administrativos. En definitiva, una buena experiencia que nos permita formar personas para una sociedad mejor.
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