Estimadas autoridades, académicos, colaboradores
Saludo especialmente a la señora Isabel Catoni Directora de la Fundación Duoc UC, al padre Cristián Roncagliolo Capellán General y a nuestro Rector profesor doctor Ricardo Paredes.
Les doy la más cordial bienvenida a esta simposio en el que haremos el lanzamiento oficial de nuestro Proyecto Educativo.
Es para nosotros un motivo de enorme satisfacción contar con vuestra presencia en este importante hito. Lo es porque los ritos, la liturgia, el tono ceremonioso constituyen características muy propias de la educación superior, en especial en la vida cotidiana de una institución educativa. Duoc UC como una de las expresiones de la educación superior chilena, es también heredera, en este aspecto, de la tradición que la universidad, en cuanto centro educativo, ha cimentado a lo largo de los siglos.
Por eso, no es un hecho casual que hayamos querido impulsar esta actividad. Nos parecía necesario que nos reuniéramos para celebrar y registrar, con la ritualidad debida, aunque con sencillez y austeridad, el importante acontecimiento institucional que significa la actualización de nuestro Proyecto Educativo.
Nuestro Proyecto Educativo nos dice que “refresca las certezas y encauza la inspiración”. Qué oportuna es su actualización dados los convulsionados y difíciles tiempos que nos toca vivir. Tiempos en los que se tiende a resaltar lo malo y soslayar las cosas buenas del día a día. Tiempos en que ser católico es casi como pasado de moda. Inconsecuente con los tiempos de liberación que soplan. Es ser anticuado, vetusto en la mirada y en los valores. Qué es eso de cultivar las virtudes, si lo que se quiere es ser feliz. Tengo derecho a ser feliz se reclama con insistencia, es decir, vivir mi vida según yo quiero.
Ese propósito de maximizar mi felicidad a toda costa ha tensionado al extremo el lazo social. Se ve amenazado ese compromiso y respeto por el otro que favorece la existencia de la sociedad. La codicia que hemos presenciado en los últimos escándalos son una muestra de aquello. Maximizar mi utilidad a cualquier costo.
Se ha olvidado o se pasa por alto que lograr el bien, la felicidad del grupo requiere, en no pocos casos, que los individuos en alguna medida tengan que ceder. Eso es algo que los economistas entienden bien. Si en una calle no dejo pasar a nadie, porque tengo derecho a ser feliz, voy a provocar un taco, generar frustración, rabia y réplicas de mi egoísmo.
La familia es el mejor ejemplo de aquello. Para el bienestar de todos, a veces se deben hacer sacrificios individuales, ceder, no puedo andar por la vida maximizando mi propio beneficio. Esa es la enfermedad de nuestro tiempo, solo importa el ego. Lo que yo quiero. Por eso puedo terminar con una vida que todavía no nace, porque es mi decisión, porque tengo derecho a ser feliz.
Chesterton nos decía a propósito de la relevancia de la familia: “El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia”. Debemos cuidarla.
El año 2012 tuve la oportunidad de hacer un estudio cualitativo sobre la construcción de la identidad social del estudiante de primera generación en universidades chilenas. Una de las conclusiones más nítidas fue el reconocimiento unánime, que estos estudiantes hacían, a la importancia de la familia: la construcción de las expectativas de estos estudiantes a propósito de la factibilidad de continuar sus estudios en el nivel universitario estaba fundada en una figura parental. Esta es crítica para el estudiante. Es indudable que todo empieza en ella. En consecuencia, es urgente validar y cuidar su existencia. Esta es una maravillosa noticia –la enorme importancia que le asignamos a la familia- y que, sin embargo, nadie resalta, que no aparece en ningún medio social de comunicación.
Nosotros, en Duoc UC, en nuestra formación técnico y profesional, tenemos una propuesta de vida secular, trascendente, que supera ampliamente los meros conocimientos específicos de una disciplina. Eso es a lo que nos invita nuestro Proyecto Educativo, a ser partícipes de esa invitación y deberíamos sentirnos orgullosos de ello. Con el Proyecto Educativo se actualiza nuestro ideario institucional, nos ofrece un instrumento al cual acudir ante los dilemas éticos que nuestro trabajo y la vida actual nos formula.
Las próximas presentaciones, intentarán dar luz con mayor profundidad a algunos temas específicos tratados en el Proyecto Educativo. Lamentablemente, el tiempo, esa imagen de cronos que nos engulle con sus cadenas, pone límites a una reflexión mayor, pero haremos un esfuerzo.
Muchas gracias y bienvenidos.
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