Uno de los fenómenos más llamativos del último tiempo, en el ámbito de la educación superior, es su constante masificación y universalización. En Chile, el sistema de educación superior también se ha masificado, específicamente en el 2013, se ha multiplicado un poco más de siete veces con respecto a 1994 (Bernasconi, 2015). Este incremento en el número de matrículas ha traído consigo un cambio en el perfil y necesidades de los estudiantes, los que cada vez son más heterogéneos (Santelices, Catalán, Horn & Kruger, 2013).
Por otro lado, los avances tanto a nivel nacional como internacional para establecer el derecho de las personas en situación de discapacidad a ingresar a la educación superior y participar plenamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ha hecho evidente la urgencia que tienen las instituciones de educación superior de reconocer la diversidad de sus estudiantes y responder a ella para mejorar la calidad de su educación. (Lissi, Zuzulich, Hojas, Achiardi, Salinas & Vásquez, 2013)
Es así que Duoc UC el 2016 se declara libre de barreras de ingreso y dicta su Política de Inclusión Educativa, lo que hace urgente generar un cambio que impacte en las prácticas docentes, de manera que estas respondan a la diversidad de sus estudiantes y hacernos cargo de una realidad que hace tiempo ya nos está golpeando la puerta y en específico, en la sede San Carlos de Apoquindo donde estábamos percibiendo el aumento en nuestras matriculas de estudiantes con discapacidad. Tendencia reflejada en el último Estudio Nacional de la Discapacidad, donde se revela un aumento del ingreso de estudiantes con discapacidad a la educación superior. (SENADIS, 2015).
Por otro lado, la institución plantea en su Proyecto Educativo estar al servicio del desarrollo de la sociedad por medio de la formación de personas, técnicos y profesionales, capaces de desplegar un proyecto de vida integral con una impronta ética y cristiana. Es en este contexto, Duoc UC procura la inclusión de estudiantes diversos, brindando a todos quienes lo requieran, oportunidades de desarrollo de sus capacidades por medio de un proceso de formación que busca el desarrollo humano integral, con foco en el ámbito del trabajo como espacio de despliegue de sus proyectos personales.
Entonces ¿de qué manera como institución nos hacemos cargo? La institución posee un Programa de Acompañamiento Docente, que se refleja en la existencia de Unidades de Apoyo Pedagógico, las cuales están formadas por un equipo de Asesores Pedagógicos que acompañan y evalúan el desarrollo de la práctica docente, para fortalecer las competencias docentes y desarrollar nuevas habilidades que permitan una transferencia del modelo educativo. Y bajo este paraguas es que se incorpora la figura del Asesor de Inclusión, en el año 2016, quien tiene como rol promover la implementación de iniciativas y acciones tendientes a la inclusión educativa de los estudiantes, trabajando directamente con el docente para el uso de metodologías para favorecer los aprendizajes y el logro de competencias.
Desde el 2014 en la sede San Carlos de Apoquindo comenzamos un trabajo que permitiera generar espacios de formación y encuentro entre docentes, surgen así los Cafés con Profesores, Conversatorios y Encuentros de Inclusión para conocer las inquietudes, necesidades y comenzar a crear una cultura inclusiva que permita ir formando y convocando una comunidad docente conocedora, partícipe, comprometida y empoderada con una educación que otorgue igualdad de oportunidades a todos los estudiantes, despejando en parte una de las mayores aprehensiones de los docentes, creer que llevar a cabo prácticas pedagógicas inclusivas es una tarea extra, para la cual no se sienten preparados.
Entendemos que es urgente generar un cambio que impacte en las creencias y prácticas docentes, de manera que estas respondan a la diversidad de nuestros estudiantes y es así que también hemos trabajado en formar a quienes están en las aulas con el desafío de transformar sus prácticas, haciéndolas más inclusivas y así entregar una educación de calidad para todos, cumpliendo el principio fundamental de equidad.
Respecto a aquello se ha estado llevando a cabo, un trabajo individual del asesor de inclusión con el profesor que tiene estudiantes con una discapacidad declarada para guiarlo y acompañarlo con estrategias metodológicas y orientaciones de adecuaciones curriculares no significativas, que permitan la igualdad de oportunidades e instancias de talleres grupales en los que se ha profundizado en temáticas de inclusión educativa.
Actualmente estamos efectuando un trabajo coordinado con el Programa de Ética y Formación Cristiana para formar a la comunidad docente de estos programas en la comprensión de las pautas del Diseño Universal de Aprendizaje, cuyo objetivo apunta a que el currículum resulte accesible para todos los estudiantes y que logren así adquirir las competencias a través del mismo, proporcionando múltiples medios de representación, diversos medios de acción y de expresión y variados medios de motivación y compromiso.
El propósito de trabajar con estos programas es el impacto tanto por cobertura como impronta de las asignaturas de estos programas con todos los estudiantes de la Sede para de esta forma responder a la necesidad de mejorar la implementación de la política de inclusión, a través del trabajo con los docentes, ya que ambas circunstancias, la diversidad de los estudiantes y la política de inclusión, demandan del docente un alto compromiso con su labor educativa para hacer de esta una práctica inclusiva, que atienda a la diversidad y mediante la cual todos los estudiantes tengan la oportunidad de desarrollar las competencias necesarias para alcanzar el perfil de egreso declarado para cada carrera.
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