Distintas personas y desde muy diversos ámbitos me preguntan sobre cómo hacer más viva la “catolicidad” de nuestro querido Duoc UC. Esbozo aquí cuatro reflexiones que pueden servir para el análisis[1].
1.- Creemos en una identidad católica que no puede estar reñida con la calidad de nuestra institución, ya que nuestra identidad nos obliga a entregar lo mejor de nosotros y así poder lograr la excelencia. Me parece importante reafirmar una vez más este punto, que tantas veces se ha señalado a lo largo de nuestra historia. Y esto porque alguien podría pensar que la fidelidad a nuestra identidad católica no es compatible con nuestro afán de calidad. Una identidad muy definida podría -según algunos- mermar la calidad. Poseer identidad nítida nos ayuda desde nuestro horizonte antropológico a colaborar desde nuestra atalaya a la búsqueda de la verdad y ayudamos con honestidad y trabajo a encontrarla.
Reafirmando lo dicho, si observamos la historia y el presente, tenemos como ejemplos paradigmáticos al instituto de Investigación Social de la escuela de Frankfurt, con una orientación muy clara, con profesores e investigadores de renombre internacional y de los que nadie podría poner en duda su calidad. La escuela de Chicago impulsada por Milton Friedman y sus compañeros en los años cincuenta, brilla también como una de las mejores escuelas de economía y sabemos que hace gala de una identidad muy clara y definida. La escuela de Crítica Literaria de Yale, la escuela de Cambridge con su Historia del Pensamiento Político, por nombrar algunas. Todas ellas tienen en común que, apostando por una ortodoxia en su particular planteamiento, no han comprometido en nada la calidad de su enseñanza.
2.- Queremos un instituto cuya catolicidad esté garantizada por la institución misma[2]. Este anhelo es quizás bastante obvio, pero por eso mismo, es fácil de olvidar. La catolicidad de Duoc UC no está dada principalmente por la figura del Papa, ni la del Obispo, ni la de los Capellanes. Los primeros responsables en velar por la identidad católica del instituto son los mismos colaboradores y esto, por una razón muy sencilla: los únicos que saben bien cómo se administra una institución católica, son los propios “administradores”. No es competencia del obispo o capellán hacerlo. De hecho, no saben cómo hacerlo. Por eso resulta razonable lo que señala Ex cordae ecclesiae, cuando pide que la mayoría de los profesores sean católicos[3], dando a entender que ellos son los primeros garantes de transmitir en sus clases la identidad católica de la Institución. Tengamos profesores y colaboradores verdaderamente católicos y nuestra institución tendrá una identidad clara y consistente.
3.- Finalmente tendríamos que decir que, abogamos por una “catolicidad” que dialogue con lo universal. Pero ¿podemos tener una identidad católica y universal a la vez? Nuestro proyecto plantea que sí. La palabra católica quiere decir justamente eso: universal. A primera vista, pareciera ser que una fe con dogmas y creencias muy concretas no puede pretender dialogar con el universo entero, mucho menos presentarse como una propuesta universal. Pero la fe católica siempre ha intentado ser razonada y por eso mismo dialogada. Una fe con “logos” puede ser “dia-logada”. Si no procuramos este diálogo con el mundo, traicionamos al mundo, al cual estamos llamados a servir. Si no cuidamos nuestra identidad, traicionamos a nuestros alumnos que adhieren desde el comienzo a nuestro Proyecto Educativo.
4.- En los momentos en que el tiempo y los hombres plantean diversidad de norte, debemos remarcar los orígenes de nuestra institución y las razones que iluminaron su creación. Duoc UC surgió como una necesidad de muchos jóvenes que deseaban acercar la persona de Cristo a su entorno social, y de este modo ayudar a las personas a formarse en un oficio o técnica que les proporcionara empleabilidad; pero también y no menos importante, como una oportunidad de transmisión de una fe, una manera fáctica de practicar nuestro cristianismo, de llevar la institución a los más pobres, tal como lo enseñó Jesucristo. El Papa Francisco hoy nos habla de una Iglesia en salida. Pues bien, Duoc UC también debe estar en salida, aportando lo que su gente tiene de valioso para llevar nuestra fe y valores a todos los lugares posibles.
A seguir pues trabajando, con convicción y humildad, para hacer de Chile un país mejor.
Lunes 30 de septiembre de 2019.
[1] Editorial escrita por el Capellán General de Duoc UC, padre Samuel Arancibia Lomberger.
[2] Constitución Apostólica del papa Juan Pablo II “Ex corde Ecclesiae”(Ciudad del Vaticano, Editrice Vaticana, 1990), IIª parte, Normas Generales, artículo 4, §1.
[3] “Evítese que los profesores no católicos constituyan una componente mayoritaria en el interior de la Institución, la cual es y debe permanecer católica” (ibid, artículo 4, §4).
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