A fines del siglo XIV (1390) un monje divulgó un tratado espiritual conocido como la “Nube del no saber” (Clowde of Vnknowyng, en dialecto del Northeast Midland). Es una guía formidable que dispone a la mente hacia el silencio interior, para que el corazón sensible trascienda sus propias limitaciones y logre una total comunión con la realidad divina. Lo curioso de este texto, es que no es solo un “manual” sino que es un texto que en sí mismo afecta la conciencia del lector: posee una representación semántica que guía el espíritu hacia lo Alto. Si aquel monje conociera nuestro actual concepto Computación en la Nube (cloud computing, en inglés) también llamado servicios en la nube, informática en la nube, nube de cómputo o simplemente “la nube”, quizás nos haría algunas preguntas orientadoras para saber cómo este tipo de nube ayuda a crecer y madurar lo más profundo de la persona. Aventuramos algunas preguntas que podrían acercar estas “Nubes”, y además introducirnos en la web 3.0 y en la educación 3.0.
Sin duda aún estamos bajo el predominio de la web 2.0, pero ya aparecen signos evidentes de un nuevo sistema de clasificación de páginas web que da forma a nuevas plataformas más personalizadas. Esta nueva web 3.0[1], nombre puesto por el diseñador y emprendedor Jeffrey Zeldman, tendrá probablemente más contenidos y licencias libres (Creative Commons) y dará lugar a numerosos espacios tridimensionales, con una geoespacialidad que permitirá la localización específica del usuario. Hablamos de un gran almacenamiento de datos y programas, ejecutables con autonomía y vida propia, dando la posibilidad real de dar forma a un verdadero computador universal, utilizado por muchísimas personas en los más variados temas y deseos de conocimientos.
¿Quién creó o hizo la “Nube” (del saber)?
La idea de “nube” empezó en proveedores de servicio de internet a gran escala, como Google (Google Cloud Services), Amazon AWS(2006), Microsoft (Microsoft Azure) o Alibaba Cloud y otras grandes empresas. Su objetivo es proveer recursos distribuidos horizontalmente y que son introducidos como servicios virtuales escalados masivamente y manejados continuamente. En el año 2006 se comenzó a desarrollar la idea de “web semántica” que significa que los datos al estar relacionados pueden ser usados por servicios web y promueven el “compartir” en la nube.
¿Por qué es tan importante una semántica para compartir el conocimiento en la Nube?
La idea de compartir conocimiento significa ir más allá de una tecnología centrada en promover la interacción entre personas en internet que caracteriza a la Web 2.0. Si bien se siguen compartiendo videos, fotos y mensajes, la Web 3.0 desarrolla tecnologías para unir comunidades de intereses afines que colaboran e interactúan por todo el planeta. Estas nuevas formas de compartir requieren “semánticas” que puedan interpretar la información que proviene de distintas fuentes. El concepto de “semántica” corresponde a sentidos, datos y expresiones formales que puedan ser compartidos y leídos por todos. Por tal razón, se desarrollan sistemas operativos (Web Os) y software como servicio (SAAS) que puedan leer datos distribuidos que faciliten la construcción de información. La ubicuidad es una idea importante pues representa el cambio entre la web 2.0 y la web 3.0. Los datos y aplicaciones están disponibles desde cualquier lugar dónde se esté.
¿Cómo nos ayudan los datos distribuidos al conocimiento del aprendizaje de los estudiantes?
Actualmente, para muchos de nosotros es difícil vivir sin dispositivos. Y hemos comenzado a hablar de domótica para comprobar el funcionamiento de electrodomésticos, calefacción, luces, cámaras de vigilancia, sensores, identidades digitales, etc. Lo que nos permite hacer todo esto es la web 3.0. Al estar los datos distribuidos en la red y con potencial de ser conectados se incorporan sistemáticamente mejoras tales como “deep learning” que supone la idea de un aprendizaje automatizado a nuestro servicio. En otras palabras, la red aprende mediante técnicas tales como las redes neuronales.
Una red neuronal artificial se compone de capas organizadas en niveles jerárquicos. Así en un nivel inicial de la jerarquía la red aprende lo simple y luego lo envía al siguiente nivel, y así sucesivamente, combinando información hasta el nivel que se quiera. Estas técnicas, disponibles en la web (por ejemplo, el servicio web Tensorflow) tienen inmensas aplicaciones, en especial para la educación o el desarrollo pedagógico. Se aplican con grandes volúmenes de datos para el descubrimiento y aplicación de conocimiento. Incluso es posible realizar predicciones y obtener tasas de éxito elevadas con entrenamiento no supervisado. Es un cambio de paradigma, pues los servicios web nos permiten evaluar el aprendizaje de los estudiantes desde distintas plataformas.
Se combina la estadística descriptiva con modelos prescriptivos que permiten hacer un seguimiento desde la caracterización inicial hasta el cumplimiento del perfil de egreso. Sin embargo, no se trata de una exploración infinita de datos en sí mismo, pues aquí no hay un modelo propuesto desde un valor comprometido. Los datos distribuidos siempre requieren de las preguntas que nos hace el Proyecto Educativo: la visión de la persona y de la sociedad expresada en muestra identidad institucional.
¿En concreto cómo todo esto ayuda al aprendizaje de los estudiantes?
Como ya lo hemos señalado, aún estamos bajo el predominio de la web 2.0. Sin embargo, en los últimos años está avanzando vertiginosamente la web 3.0. Es central comprender cómo la Web 3.0 nos hará la vida más fácil. Al haber una mayor oportunidad en centrarse en el aprendizaje del estudiante, podremos automatizar muchas funciones administrativas. En el caso de un currículo flexible y articulado en (sub) programas ya será posible armonizarlo con la educación dual técnico profesional. El registro de resultados de aprendizaje podrá tener distintas entradas gracias a un servicio web, y esto supondrá la construcción de ontologías de aprendizaje que podrán ser consistente con el ser de una determinada industria o empresa.
En otras palabras, el aprendizaje del estudiante puede ser descubierto gracias al concepto de ontología en la Web 3.0. Se trata de una definición formal de tipos, propiedades y relaciones entre entidades que realmente existen para un dominio de discurso en particular. Gracias a la web semántica ya es posible construir nuestra propia estrategia educativa 3.0.
¿De qué depende la existencia de la educación 3.0?
La existencia de la educación 3.0 se entrelaza con el desarrollo tecnológico. Su perspectiva pedagógica se completa, por medio del descubrimiento de canales de comunicación y el manejo de datos relacionados. Por ejemplo, la realidad aumentada (RA) hoy en día es una exigencia básica en su teléfono móvil y que permite visualizar parte del mundo real con información gráfica añadida por este. Esto mismo se aplica a Sistemas tutoriales inteligente, tridimensionalidad para wikis, mundos y realidad virtuales. Sin embargo, la educación 3.0 no es solo un puente que se sostiene solo en la orilla de la realidad tecnológica. Se requiere conectar la comunidad de aprendizaje dando un nuevo sentido de colaboración, e introduce la personalización en distintas formas de colaboración. Ofrece también la posibilidad de la trascendencia personal desde los valores institucionales. Es una educación, cuya pedagogía debe facilitar distintos tipos de tránsitos.
¿Cuáles son los desafíos para una colaboración personalizada?
Una docencia que quiera avanzar en el concepto de personalización debe articular los contenidos, estrategias educativas y la centralidad de la persona que aprende. No basta solo conocer su opinión, o experiencia de satisfacción, que es muy necesaria para mejorar un servicio educativo. Se requiere avanzar hacia la pedagogía de los vínculos y relaciones que demuestren la vivencia del valor y el conocimiento de la interioridad personal del estudiante. Así mismo, una comunidad académica que profundiza en una semántica de base animada en la identidad institucional. Luego, ascender con aprendizajes en la Web 3.0 es ofrecer “mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos; y esto es algo bueno, es un don de Dios”[2].
Lunes 7 de junio de 2021.
EQUIPO EDITORIAL OBSERVATORIO
[1] https://alistapart.com/article/web3point0/
[2] Mensaje del Santo Padre Francisco para la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro. Domingo 1 de junio de 2014.
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