Si existe algo que está en una fase de enorme incertidumbre es el mercado del trabajo no solo en Chile, sino que es un fenómeno mundial. La Pandemia coincidiendo en esto todos los analistas e investigadores: aceleró los cambios sobre el perfil de los empleados y empleadas que se requieren hoy y con más intensidad se pedirán en los próximos años. Esta situación, de suyo compleja, también está recibiendo el impacto de la pérdida de numerosos empleos en distintas industrias como consecuencia de las graves dificultades económicas que está viviendo en el presente el planeta.
Sumado a lo anterior, continúa la evolución de los descubrimientos científicos y de sus expresiones en nuevos hallazgos tecnológicos aplicados. La era de la digitalización y de la automatización son un hecho visible y esto, lo sabemos, implicará cambios relevantes en las tareas, trabajos, competencias y capacidades demandadas.
La reducción de trabajos rutinarios y la especialización avanzada de numerosas labores que exigen más dominio tecnológico, son un aviso actual urgente para toda institución formativa y su oferta educativa. Esta reducción será más visible en tareas de índole técnica y operacional, más todavía si el mundo enfrenta problemas económicos y existe un fuerte incentivo a automatizar para de esta manera ahorrar costos y mejorar la rentabilidad de las empresas.
Todo lo anterior ha llevado a las instituciones educativas a potenciar habilidades como pensamiento digital, emprendimiento, innovación, aprender a aprender y, a más preocupación e interés por las habilidades blandas y de cómo lograr se aprendan para formar personas competentes de convivir con otros y que sean capaces de resistir mentalmente una época con vorágine acentuada.
En tal sentido, las instituciones vocacionales, en este escenario tan adverso, pasan a ser sustanciales para preparar a los estudiantes que no escogieron los estudios universitarios. Por esto es entendible que numerosos gobiernos en el mundo estén observando a este tipo de estudios como estratégicos para enfrentar los dilemas del futuro. Estos saben que la exigencia de nuevos conocimientos y habilidades para los sectores medios y vulnerables es ya una exigencia, y este tipo de instituciones técnicos profesionales pueden ayudar mucho a disminuir los efectos negativos en desocupación, desigualdad económica y tensión social que nos traerá la evolución de la ciencia y la tecnología.
Las empresas necesitan instituciones formativas que capaciten permanentemente a su fuerza laboral. Ya no bastan para los estudiantes solo los años formales de estudios para obtener un título, ya que hoy existe la necesidad de una actualización permanente y por toda la vida laboral futura. Por otro lado, lo novedoso hoy es que existe la obligatoriedad de actualizarse también para los actuales trabajadores y trabajadoras, como también para todo tipo de empresas y, por supuesto, para todas las instituciones educativas.
Es tan intenso el cambio, que se incrementará la demanda de trabajadores a tiempo parcial, como también el que se tenga más de un empleador y, asimismo, con posibilidades ciertas en numerosas profesiones y tareas que estas sean posibles de hacer digitalmente y, por tanto, con una apertura inaudita para las personas a empleos internacionales nunca antes visto.
Por estas y más razones, el actual Plan de Desarrollo 2021-2025 de Duoc UC ha puesto tanto hincapié en la necesidad de una nueva cultura organizacional, en asumir la digitalización, en repensar nuestros perfiles de egreso, en renovar nuestro concepto de sede, en vincularnos ampliamente con la comunidad adyacente a las sedes, en fortalecer la educación continua, en renovar nuestros vínculos con los egresados y, por supuesto, dinamizar nuestros esfuerzos de llevar nuestra propuesta antropológica a todos los lugares que estén en la búsqueda de Jesucristo, razón fundamental de nuestra identidad y que explica la existencia de Duoc UC.
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