Al conmemorar los 50 años de la sede Valparaíso de Duoc UC, la reflexión institucional adquiere una profundidad que trasciende los hitos cronológicos. Su historia no puede comprenderse únicamente desde el crecimiento en infraestructura, matrícula o cobertura, sino desde las personas que han sostenido, cuidado y proyectado su proyecto educativo a lo largo del tiempo. En ese trayecto, el área académica se ha consolidado como el eje donde el propósito institucional —formar personas para una sociedad mejor— se expresa de manera concreta, cotidiana y transformadora.
Escuchar las voces de quienes por medio siglo han sido parte activa de su construcción permite rescatar una memoria viva, cargada de sentido, afectos y aprendizajes. Los testimonios de colaboradores académicos con extensas trayectorias en la sede revelan no solo los cambios organizacionales y pedagógicos, sino también la persistencia de una identidad marcada por el compromiso humano, la vocación formativa y la capacidad de adaptarse sin perder el sentido. En este marco, las entrevistas a Víctor Mauricio Araya, actual Coordinador General Docente, y a Claudia Gómez, Coordinadora General Académica de la sede Valparaíso, ofrecen una mirada complementaria y profundamente significativa sobre el pasado, el presente y el horizonte de una comunidad educativa en permanente transformación.
Víctor Araya Lillo, coordinador general docente de la sede Valparaíso
La historia de Víctor Araya en la sede Valparaíso de Duoc UC se inicia en el año 2000, cuando aún era estudiante y comenzó a vincularse con la institución como ayudante ad honorem. Su primer aporte estuvo asociado a la implementación del primer taller para la Escuela de Construcción, tarea que asumió desde la experiencia que ya poseía en el ámbito del control de calidad de obras. Ese primer acercamiento marcó el inicio de una trayectoria ininterrumpida, que lo llevó a desempeñarse como ayudante de servicio, jefe de taller de construcción, coordinador de carrera, coordinador docente y, actualmente, coordinador general docente.
Al evocar sus primeros años en la Sede, Víctor describe un espacio pequeño y profundamente cercano. La Sede que funcionaba en el edificio de calle Errázuriz, conocido entonces como Guardiamarina Riquelme, se vivía como una comunidad familiar, donde las relaciones eran directas y el sentido de pertenencia se construía en el encuentro cotidiano. En su relato aparecen nombres que aún hoy forman parte de la vida institucional, reforzando la idea de continuidad y de una historia compartida que se ha ido tejiendo con el paso del tiempo.
Uno de los aspectos que más lo conmueve al observar el recorrido institucional es el crecimiento sostenido de la Sede y de Duoc UC como institución. Haber sido testigo del tránsito desde una comunidad con algunos cientos de estudiantes a una sede que hoy acoge a miles de alumnos constituye para él una fuente genuina de orgullo. Este crecimiento no es entendido solo como expansión, sino como un proceso colectivo, construido a partir del esfuerzo, la convicción y el compromiso de muchas personas, del cual se reconoce parte activa.
Al referirse a la comunidad actual, Víctor reconoce los efectos propios de una institución que ha aumentado su tamaño. Si bien la mayor escala ha implicado una segmentación natural y ha hecho más difícil el encuentro cotidiano entre todos sus integrantes, destaca que se ha logrado preservar un espíritu de compañerismo, respeto y relaciones humanas sólidas. En el ámbito académico, observa transformaciones profundas en los estudiantes y en las dinámicas formativas, subrayando la adaptabilidad como una competencia esencial para responder a los nuevos contextos educativos.
Trabajar en una comunidad en constante transformación ha significado para él un desafío permanente. Tras más de dos décadas en la institución, identifica la capacidad de adaptarse, asumir los cambios y comprometerse activamente con ellos como uno de los aprendizajes más relevantes de su trayectoria. En ese proceso, hay una convicción que se mantiene inalterable: más allá de cualquier transformación, lo que no debería cambiar nunca es la calidad humana de quienes conforman la comunidad académica.
En el plano personal, su pertenencia a la sede Valparaíso de Duoc UC ha sido profundamente gratificante. Las muestras de reconocimiento recibidas a lo largo de los años por parte de estudiantes, docentes, autoridades y de la propia institución, representan para él la confirmación de un vínculo construido desde la vocación, el compromiso y el respeto mutuo. A quienes hoy se integran a la sede, les transmite un mensaje coherente con su propia experiencia: adaptarse a los desafíos y a los cambios es una condición clave para desarrollarse y encontrar sentido en el quehacer académico.
Claudia Gómez Vásquez, coordinadora general académica de la sede Valparaíso
Claudia Gómez se integró a la sede Valparaíso de Duoc UC en el año 2013, asumiendo inicialmente el cargo de coordinadora general académica del Edificio Cousiño, para luego desempeñarse como coordinadora general académica de la Sede. Su llegada estuvo marcada por una mezcla de emoción y temor, propia de quien se enfrenta a nuevos contextos académicos y a una realidad territorial singular como la de Valparaíso. Con el tiempo, esa sensación inicial fue dando paso a la construcción de un profundo sentido de pertenencia a una comunidad que se vive como real, cercana y comprometida.
Al reflexionar sobre los cambios vividos, Claudia desplaza deliberadamente el foco desde la estructura institucional hacia las personas. Lo que más la moviliza no es solo la transformación organizacional, sino la manera en que los equipos han crecido, se han reinventado y han sabido adaptarse sin perder la entrega, la energía ni el afecto con que realizan su labor. En su relato, el compromiso auténtico del equipo académico emerge como uno de los pilares más sólidos del proyecto formativo de la Sede.
Desde su experiencia, la calidad académica no se sostiene únicamente en procesos o indicadores, sino en relaciones humanas basadas en la confianza, la colaboración y el sentido de propósito compartido. Esa convicción ha orientado su gestión y su mirada sobre el rol del área académica, entendida como un espacio donde se forman profesionales, pero también personas conscientes de su entorno y de su responsabilidad social.
Para Claudia, estos 50 años representan una historia construida desde la vocación y el trabajo colectivo, donde cada etapa ha implicado desafíos distintos, pero también oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Mirando hacia el futuro, subraya la importancia de seguir fortaleciendo la comunidad académica, cuidando los vínculos y manteniendo vivo el sentido que dio origen a la institución.
Cincuenta años después de su fundación, la sede Valparaíso de Duoc UC se reconoce no solo como una institución que ha crecido y evolucionado, sino como una comunidad que ha sabido sostener su propósito en el tiempo. En las voces de quienes han dedicado su vida académica a este proyecto se revela una certeza compartida: formar personas para una sociedad mejor no es una consigna, sino una tarea diaria, construida desde la vocación, la memoria y el compromiso con las generaciones presentes y futuras.
0