El hermano de un amigo decía que los problemas no existen, solo los desafíos. Lo que daba cuenta de cómo intentaba enfrentar la vida y las distintas situaciones con las que se encontraba en el camino. Sin entrar en el fondo de esta aseveración, no podríamos negar que el 2020 ha sido un año lleno de retos institucionales que nos ha obligado a dar un giro o dos a lo que estaba planificado, buscando hacer mejores propuestas ante lo que ya hacemos y de manera más audaz.
En el caso de la Dirección de Ética y Formación Cristiana, nos obligó a replantearnos lo que se venía desarrollando. Así, por ejemplo, el Programa de Cultura con la Compañía de Folklor, la Orquesta Institucional y el Coro de Cámara se vieron en la necesidad vital de buscar otras formas de reunirse, ensayar y, sobre todo, presentarse al resto de la comunidad. Sus videos “desde casa” se transformaron en los más vistos a nivel institucional; con un ingenio notable y gran compromiso, manifestaron cómo en medio de esta situación nunca dejaron de lado la calidad y el rigor de lo que hacían.
Para el Programa de Formación Cristiana, el objetivo de dar cuenta de la fe por medios académicos es siempre un esfuerzo que no da tregua; buscar internamente mejores herramientas y entregar mejores recursos a los docentes y a los estudiantes es una lucha permanente, más en un año como el actual. Algo parecido le ocurrió al Programa de Ética al tener que buscar cada vez más y mejores recursos para el aprendizaje de los alumnos, algunos novedosos, como las cápsulas interactivas para fomentar el autoaprendizaje de los estudiantes por medio de las TIC.
Sin embargo, no toda la labor que se llevó a cabo en la Dirección tenía como objetivo enfrentar los desafíos que nos presentó el 2020, sino que también abordar de mejor manera y con mejores resultados la formación de los estudiantes en los próximos años. Fue de esta manera que se hizo un nuevo CAPE en el cual se indagó sobre las metodologías más y menos exitosas que se estaban desarrollando en otras partes del mundo para la enseñanza de la ética y cuáles se estaban utilizando a nivel técnico profesional.
En cuanto a la enseñanza de la ética había un mayoritario respaldo en el escenario internacional hacia la enseñanza de la ética contextualizada que surgió primeramente desde las escuelas de negocios de posgrado, lo que nos convenció de que era la vía que había que tomar de manera más profunda. Cuando empezamos a rastrear la bibliografía sobre la manera en que se estaba enseñando en la educación técnico profesional, a diferencia de lo que ocurría en el mundo universitario, no había nada. A partir de este momento tuvimos que diseñar un plan que nos permitiera combinar el qué con el cómo queríamos hacer las cosas.
En ese instante apareció la figura del profesor Domènec Melé, Profesor Emérito del Departamento de Ética Empresarial y titular de la Cátedra de Ética Empresarial del IESE (España) y uno de los más grandes especialistas a nivel internacional en ética aplicada, respaldado por un sinnúmero de publicaciones. Asimismo, una vez contactado, además de mostrarse dispuesto a colaborar con el proyecto de Duoc UC, nos señaló que durante 10 años había trabajado en una institución equivalente a la nuestra en España, lo que le traía muy buenos recuerdos (y a nosotros nos daba la tranquilidad de que conocía el perfil que tenía al frente). Hay señalar que su compromiso fue total, revisó todo el material que le mandamos y nos hizo una serie de propuestas que estuvo siempre abierto a discutir y modificar. Además, se comprometió y ya dictó un primer curso de actualización disciplinar a los docentes y está próximo a desarrollar el segundo.
La tarea, eso sí, no queda ahí. Como el objetivo es desarrollar cursos contextualizados para cada una de las carreras, se organizó una lógica en la que, trabajando en conjunto un docente de ética con un docente de especialidad, se diseñen dilemas y casos para tratar con los alumnos por cada carrera. En la primera asignatura, “Ética para el trabajo”, a partir de catorce dilemas que corresponden a igual número de temas distintos, todos nuestros alumnos podrán acercarse a los diferentes objetivos de aprendizaje, en los que, junto con el docente y los demás estudiantes, por medio de preguntas, podrán reflexionar sobre el actuar en la vida profesional en el que se pone en “jaque” nuestra ética y nuestra integridad personal, y se muestra la excelencia profesional. Asimismo, en un segundo curso, “Ética profesional”, específicamente diseñado para los estudiantes de las carreras profesionales, los estudiantes podrán profundizar en las temáticas éticas más críticas hoy en día y justificar su toma de decisiones ante los diferentes desafíos que se les planteen. Esos dilemas y casos serán la piedra angular para que el alumno no solo conozca las virtudes que le permitirán crecer en la excelencia personal y profesional, sino que también favorecerán el desarrollo de la sabiduría práctica y la imaginación ética, la capacidad de buscar la mejor solución éticamente buena ante una problemática que se plantee, tanto en su vida profesional como personal, y de este modo también comprometerse mejor con la construcción de un mundo más humano, en que la dignidad humana y el bien común sea cosa de todos.
El año ha sido intenso, todos podemos decirlo. Los cambios han sido muchos, pero la verdad es que los desafíos y la motivación siguen intactas. Después de todo, como señalaba el santo John Henry Newman, padre de la universidad católica moderna: «Aquí en la tierra vivir es cambiar, y la perfección es el resultado de muchas transformaciones».
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