El desafío de buscar y encontrar cómo enseñar, para que cada uno de los alumnos logre los aprendizajes que requieren para alcanzar con éxito sus metas, es un desafío que todos los docentes enfrentamos a diario y en especial cuando tenemos en nuestras aulas estudiantes con necesidades educativas especiales, y como muchos de mis colegas, me pregunto ¿cómo exponer cada contenido de tal forma que sean comprensibles para la gran mayoría de los estudiantes? En este contexto, me he sentido siempre partícipe de una institución que promueve una enseñanza inclusiva, que reconoce y valora las competencias y habilidades de cada estudiante.
En el segundo semestre de este año, me invitaron formalmente a participar en el proyecto de tutoría, para ser tutora de una alumna con dificultades auditivas, con el objetivo de brindarle apoyo en las asignaturas que le han generado alguna dificultad. Esta se ha transformado en una experiencia de crecimiento mutuo, en el camino por lograr un conocimiento también de la alumna, de sus principales dificultades y habilidades o potencialidades, en especial de su particularidad, para desde allí trabajar en conjunto, y no quedarme en la sola imposición de un saber tradicional, que muchas veces está normalizado entre los oyentes. Constituye también un compromiso que ha implicado un esfuerzo compartido entre la alumna y sus docentes, buscando de manera colaborativa las formas más propicias para lograr los objetivos de tutoría que el proyecto se ha planteado.
A partir del trabajo realizado en conjunto con la alumna y sus profesores hemos logrado avanzar en la comprensión de conceptos abstractos, aportar a generar una mayor claridad de cuáles son los objetivos que presentan las asignaturas, repasar contenidos vistos y poder observar y constatar que estos hayan sido comprendidos. Así también establecer en conjunto metas y objetivos de estudio que le permitan a ella fomentar su autonomía, apropiarse de los conocimientos adquiridos y de sus logros, identificar sus fortalezas y desde ahí identificar las formas más propicias para aprender.
Ha sido fundamental realizar un trabajo colaborativo con los demás docentes, el establecer un constante diálogo con cada uno de ellos, el poder transmitirles la experiencia de aquello que he logrado observar en la alumna, cómo podemos potenciar sus habilidades y sus formas de aprendizaje, de tal manera de orientarnos en una dirección en post de lograr clases efectivas.
Relevante es también destacar la actitud positiva de todos los docentes involucrados en la tarea de trabajar para lograr que el aprendizaje de la alumna sea efectivo; valorar también la apertura a la experiencia que poseen, y la disposición de ayuda que presentan.
Si bien, es difícil en esta etapa hablar de resultados concretos o medibles en sus evaluaciones, puedo destacar en el proceso una serie de acciones que considero que han tenido frutos en la experiencia de aprendizaje de la alumna: una mayor confianza en sus capacidades; una mejor distribución de su tiempo y la orientación del estudio hacia lo relevante en cada asignatura, junto con observar un mayor grado de autonomía en el desarrollo de casos aplicados a cada asignatura, que han sido una herramienta de autoevaluación de su estudio.
La participación en este proyecto me hace destacar como idea principal la importancia del reconocimiento y consideración de cada alumno como único, con fortalezas y debilidades que le son propias. Considerando que toda persona puede tener dificultades en distintas áreas para aprender, como supuesto básico es necesario pensar que debemos responder a las particularidades que tenemos en el aula. Todos aprendemos de diversas maneras, que va en dirección contraria a la homogeneización de las formas de educación. El alumno con necesidades educativas especiales puede tener dificultades que nos parecen más evidentes que las de los demás alumnos, pero no por eso debemos encasillarlos. Se trata de tomar esa dificultad y hacerla parte de un colectivo, de entender qué le dificulta y no desde aquello que lo hace diferente al resto, adaptar los medios de aprendizaje a la diversidad de los alumnos sin necesidad de marcar la diferencia.
Destaco la colaboración de los docentes de la alumna en la construcción de material que favoreciera su aprendizaje y el de todos los demás estudiantes, intentando diversificar los medios de aprendizaje y adaptarlos cuando sea necesario, fomentando actividades que estimulen la experiencia directa, que tengan diferentes posibilidades de ejecución . Lo que lo hace inclusivo no es pensar solo desde la dificultad de ese alumno, sino ampliar la visión que promueva también hacerle frente a todas las demás posibles dificultades de todos los estudiantes.
Como experiencia educativa, es un aprendizaje y crecimiento para todos quienes se involucran verdaderamente en el desafío de formar personas, y avanzamos entendiendo la importancia de reconocer y considerar cada alumno como único, con fortalezas y debilidades que le son propias, entendiendo que toda persona responde a ritmos y formas de aprendizajes diferentes.
Al avanzar en inclusión, finalmente la que más avanza es la propia Institución, que ha hecho los esfuerzos por tener políticas claras de inclusión que le han permitido crecer en el objetivo de responder a las particularidades existentes, avanzando en el diseño de material educativo que proporcione distintas opciones de comprensión y caminos para el logro de los aprendizajes propuestos.
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