En los últimos 10 años, se ha visto un aumento considerable en las personas en situación de discapacidad (PsD) que ingresan a la educación superior. En 2005, los resultados de la Primera Encuesta Nacional de la Discapacidad mostraban que solo un 6,6% de las PsD habían logrado acceder a la educación superior, de las cuales solo un 2,1% lograba titularse (FONADIS, 2005). Los resultados de la Segunda Encuesta Nacional de la Discapacidad (Ministerio de Desarrollo Social, 2015) muestran un aumento significativo en el porcentaje de PsD que llegan a la educación superior, pero la brecha con las personas sin situación de discapacidad sigue siendo significativa (15% versus 34,4%).
La implementación de la Unidad de Apoyo y Bienestar Estudiantil, perteneciente a la Dirección de Desarrollo Estudiantil, nos ha permitido visibilizar la importancia de la inclusión de los estudiantes en situación de discapacidad (EsD), conociéndolos personalmente y ofreciendo un apoyo pertinente según sus necesidades. Desde el modelo social de la discapacidad, entenderemos que ésta resulta de la interacción de una persona con una determinada condición, y un contexto que pone barreras y obstáculos que impiden su participación plena y efectiva en la sociedad (Organización de las Naciones Unidas, 2006). Esta visión nos hace poner la mirada en las barreras –culturales, actitudinales, legales, familiares, físicas o tecnológicas– y no en el déficit o falla intrínseca de la persona.
El catastro actualizado muestra que contamos con 196 estudiantes en situación de discapacidad matriculados al segundo semestre de 2016. De estos, un 42% corresponde a discapacidad psíquica, el 24% corresponde a discapacidad auditiva, 21% a discapacidad física, 6% discapacidad visual, y 5% discapacidad múltiple. Las escuelas con mayor porcentaje de EsD son Administración y Negocios (23%), Informática y Telecomunicaciones (20%) y Diseño (14%). Las sedes con mayor porcentaje de estudiantes con discapacidad son Antonio Varas (16%), Viña del Mar (14%), San Carlos de Apoquindo (10%) y Puente Alto (8%). El 45% estudia carreras profesionales y el 55% carreras técnicas. El 89% está en la jornada diurna, y el 71% son hombres.
Actualmente, la Ley 20.422 exige a las instituciones de educación superior “contar con mecanismos que faciliten el acceso de las personas con discapacidad, así como adaptar los materiales de estudio y medios de enseñanza para que dichas personas puedan cursar las diferentes carreras” (Ministerio de Planificación, 2010, art. 39). Sin embargo, sabemos que no basta con “facilitar el acceso”, sino que hay que acompañar y apoyar en el progreso, a través de capacitación docente, la adecuación de los materiales de estudio, la flexibilidad e innovación curricular, la diversificación de los recursos pedagógicos, el aumento de los espacios de participación en la vida estudiantil, el acceso a entornos de formación complementaria, el apoyo psicológico y vocacional, y los apoyos en la transición al mundo laboral.
La inclusión educativa es tarea de todos, y nos esforzaremos continuamente por sensibilizar y concientizar a toda la comunidad educativa. La inclusión se desprende de nuestro Proyecto Educativo, ya que está directamente relacionada con el sello que queremos formar en nuestros estudiantes, y el tipo de sociedad que queremos construir. Seguiremos trabajando de forma sistemática para ir removiendo barreras y prejuicios, y contribuir al despliegue del potencial y el proyecto de vida de los estudiantes en situación de discapacidad.
Se encuentran abiertas las inscripciones para el Seminario: “Inclusión en Duoc UC: Desafíos y Oportunidades”, a realizarse el día martes 18 de octubre de 2016. Entrada Liberada – Cupos Limitados |
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