Muy buenos días. Me es muy grato, en primer lugar, saludar y dar la bienvenida a nuestro Rector, el Rector de nuestra institución fundadora, la Pontificia Universidad Católica de Chile, don Juan Carlos de la Llera Martín.
Lo hago en nombre de los miembros del Consejo Directivo de Duoc UC, con alegría y entusiasmo por los tiempos que vienen. Aprovecho para saludar a nuestras dos consejeras que nos acompañan hoy día, Magdalena Ossandon y Paz Ovalle. Saludo también al Prorrector de Gestión Institucional de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Francisco Gallego, al Secretario General, Juan Eduardo Ibáñez, al Rector Carlos Díaz y a la Dirección Ejecutiva de Duoc UC, a los alumnos y alumnas, profesores y docentes, autoridades académicas y administrativas del Duoc UC que se encuentran hoy acá y para aquellos que están viendo esta ceremonia en forma remota.
Agradezco mucho las palabras previas del Rector de la Llera y el mensaje en realidad, que nos hace para acometer de la mano de un futuro promisorio y esperanzador, fortaleciendo y profundizando la relación que existe y que debería existir entre Duoc UC y la Universidad. Entendemos que la vinculación entre ambas instituciones se enmarca principalmente en el sello fundante, en la matriz formativa y en el ideario católico común. Se trata de una relación que va más allá de la búsqueda y aporte bidireccional de ideas e iniciativas de mutuo beneficio, que se ha ido incrementando y que debería aumentar mucho más.
Buscamos un accionar conjunto en pos del bien común y el desarrollo integral de la sociedad. Como presidente del Consejo Directivo de Duoc UC, he sido testigo de cómo durante los últimos años, particularmente, se han focalizado y consolidado nuestros esfuerzos en nuestros estudiantes, en seguir perfeccionando todo lo que se requiere para entregarles una mejor formación y experiencia. Nos enorgullece haber puesto a los estudiantes en el centro, haber profundizado en su acompañamiento y progresión, en la calidad de sus aprendizajes.
También habernos preocupado de tener docentes más preparados, comprometidos e integrados al proceso formativo como, asimismo, haber seguido avanzando en perfeccionar los procesos internos más relevantes, considerando al mismo tiempo el bienestar de los miembros de nuestra comunidad. Esto no significa para nada que la tarea esté cumplida. Seguimos teniendo muchos desafíos, internos y del entorno, como mencionaba el rector de la Llera, que requieren mantener un esfuerzo constante y decidido, con una comunidad siempre dispuesta y comprometida a construir una institución cada vez más sólida.
Una institución que contribuya aportando cada vez mejores egresados, personas bien preparadas que aporten a donde estén, donde viven, donde trabajan, con quienes se relacionan. Una institución ejemplar en calidad y pertenencia que aporta al desarrollo de la Educación Técnico Profesional chilena y de la sociedad en general. Muchas gracias.
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