Profesor:
Ama lo que eres, recuerda que no “eres lo que hay”; eres persona, con una fuerte vocación de servicio, con rica vida interior, capacidad para comunicarla a otro, para dar, para establecer relaciones interpersonales y para trascender a tu tiempo.
Ama lo que sabes, no en vano te has preparado por años para alcanzar el título de profesor, si amas tu disciplina tratarás de estar siempre al tanto de todo nuevo avance que se produzca en el dominio de la misma, te preocuparás por perfeccionarte en forma continua y estarás atento a toda novedad que otros alcancen y, si te es posible, harás las gestiones pertinentes para ensanchar, por tu cuenta, tus horizontes de sabiduría.
Ama lo que haces, tu profesión es una de las más hermosas que existe, tu labor es esencial para el desarrollo y estabilidad de la sociedad, eres constructor de vidas, cristalizador de sueños y agente de movilidad social.
Sonríe, representas una de las pocas instituciones que conservan credibilidad en un mundo que cada vez tiene menos certezas y más temores.
Profesor comienza con las palabras “pro” y “fe”, por lo tanto, cree en ti y en tus capacidades, cree en que puedes contribuir a muchos que si creen en ti.
Piensa en los padres y apoderados que creen que la mayor herencia que pueden dejar a sus hijos o pupilos es la educación, porque constituye una herramienta que, una vez conquistada, nadie se las puede arrebatar.
Ama dónde lo haces, si has firmado un contrato de trabajo en una institución, sé leal a ella, intenta corregir sus defectos, fortalece sus aciertos, comprométete más allá del estricto cumplimiento de tus obligaciones, del cumplimiento de rutinas, aporta con tu creatividad, acoge inquietudes, recuerda que eres agente de cambio, sé un emprendedor e innovador, resiste con hidalguía las críticas destructivas que recibirás por no unirte al equipo de los rutinarios, de los cumplidores del mínimo, de los meros marcadores de tarjetas.
Alimenta sueños e ideales, esfuérzate por ser cada día mejor, lucha vehementemente por alcanzar tus sueños, hay muchos ojos que te están mirando. Algunos pequeños que te imitarán más tarde.
Ama con quien lo haces, tus alumnos confían en ti y en tu capacidad profesional, para muchos de ellos puedes ser el primer y único modelo de persona digna de ser imitado en sus vidas, debes ser, entonces, más que su profesor, debes ser su confidente, su soporte, tal vez su único amigo, eres el camino que ellos están dispuestos a transitar, eres ese alguien que, con palabras, puede encantarlos, asombrarlos, estremecerlos, transformarlos.
Ama a tus colegas, aquellos hombres y mujeres que, sintiendo el mismo fuego tuyo, han decidido entregar sus vidas a esta hermosa profesión, asístelos en sus penas, comparte sus alegrías, solicítales su apoyo, sé su confidente, su amigo o si es necesario y dependiendo de los casos, su líder, pero no pases junto a ellos ignorándolos, son soldados de tu mismo ejército, son obreros de la misma mies, tus espejos fraternales.
Sé feliz con lo que haces…enseñar a otros es un privilegio, un honor.
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