Los talleres extracurriculares buscan generar instancias que favorezcan la relación entre los alumnos; brindar oportunidades de esparcimiento y socialización para generar capital social y redes, así como fortalecer las competencias genéricas y habilidades blandas.
Las opciones que ofrecemos a nuestros alumnos son abundantes en cantidad y variedad, pero ¿qué pasa con su calidad formativa? Si bien los talleres extracurriculares lúdicos se focalizan en el esparcimiento y socialización, resulta interesante encontrar un lugar en el que converjan estos aspectos con la entrega de una oportunidad formativa de calidad.
Considerando que el 67% de nuestros alumnos pertenecen a la primera generación que ingresa a la educación superior en sus familias[1], resulta crucial proporcionar espacios de desarrollo personal que potencien su autoestima y confianza para que, tal como se define en nuestra misión institucional, logren actuar y enfrentarse con éxito al competitivo mundo laboral.
Este año implementamos el Taller de Teatro que condujo a la creación del primer elenco Sede del cual pudimos ver frutos en sus presentaciones semestrales, saliendo a la luz talentos dormidos y desplantes sorprendentes.
Karen Sosa (actriz y docente que dirige el taller) explica que el juego dramático, recurso principal de las clases, tiene la magia de permitir jugar sin ser juzgado donde hay cabida para las duplas éxito/error y expresión/escucha, lo que se complementa con la responsabilidad que implica asumir este compromiso compuesto de rigor, disciplina y constancia.
Tomando palabras de Verónica García Huidobro (fundadora de la Pedagogía Teatral en Chile) desde el teatro es posible contribuir al desarrollo y realización individual enriqueciendo códigos de comunicación y brindando nuevas formas de interactuar con el otro trabajando desde nuestros propios mundos afectivos.
Cada sesión abrió un espacio íntimo en el que los alumnos pudieron soltar su creatividad, enfrentar sus propios miedos, despertar su carácter y ejercitar el lenguaje no verbal. En síntesis, aprender una disciplina que movilizó sus recursos personales hacia el entorno. En ellas, también pudimos observar cómo los vínculos formados en el grupo pudieron dar contención a sus inestabilidades emocionales resultando ser un complemento tanto para su desarrollo integral, como para el trabajo realizado por la unidad de Apoyo y Bienestar Estudiantil. De igual manera, hubo un avance sustancial en su expresión corporal y gestualidad al momento de enfrentarse a hablar en público, con autoridades y dentro de sus propias familias pudiendo gestionar un potente auto liderazgo.
Otro aspecto importante fue que las presentaciones finales fueron auto gestionadas por el elenco bajo la dirección de la docente. Ambas obras fueron creaciones colectivas basadas en sus propias experiencias, lo que involucró de manera personal a cada actor con la puesta en escena de sus propias vivencias.
Las experiencias de este 2016 nos llevaron a comprender que implementar un Taller de Teatro es más que ofrecer un espacio recreativo. El teatro es un medio formativo al servicio del alumno que logra desarrollar un sinfín de habilidades y competencias junto con fortalecer la integridad de su proceso de aprendizaje, proporcionando una valiosa herramienta de esparcimiento, socialización y formación de calidad.
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