¿Se podrá mejorar la autonomía lumínica de las boyas del litoral?

“Tenemos que cambiar nuestra actitud; en vez de competir, colaborar; en vez de desear, compartir. Por eso hablamos del fin del liderazgo y el inicio de la co-inspiración y colaboración”^[1].

Quizás no sea claro el momento de la reflexión que tuve al respecto, pero recuerdo el momento cuando en el 2016 junto a investigadores de una Universidad Privada en Chile, nos pusimos a trabajar en el proyecto de recuperación de la energía de trenes.  Gran experiencia, pues aprendí que el trabajo era importante, la dedicación más, pero por sobre todo el compartir ideas y responsabilidades me permitió conocer mis debilidades y al mismo tiempo mis fortalezas que puedo aportar a un proyecto.

Me sirvió mucho esa experiencia y ahora más como docente de Duoc UC pude comprobar que lo aprendido valió la pena: las puertas de inquietud intelectual y la necesidad de cuestionar lo obvio se mantenían.

El año 2019 junto a un gran equipo compuesto por Gustavo Bulnes y Cesar Jiménez, ambos de la Escuela de Ingeniería y Recursos Naturales de la sede San Bernardo, y por quien escribe estas líneas, de la Escuela de Administración y Negocios, nos juntamos con el área especialista de señalización marítima de la Armada de Chile con el ánimo de consultar sobre cómo se desarrolla la señalética de boyas en el litoral chileno y cómo este funciona.

No antes de empezar socializamos el proyecto con nuestros directores de Carrera de Administración y Negocios (director Jose Miguel Vergara en su momento y después Flavio Constanzo) y de la Escuela de Ingeniería y Recursos Naturales (director: Patrick González), junto también con el Director de la sede Sr. Cristian Zenteno, quienes nos han apoyado hasta el día de hoy.

La aproximación al tema fue una gran sorpresa para nosotros, puesto que las señalizaciones marítimas a lo largo de Chile son más 1200, y en cada una se debe realizar una mantención.

Y he ahí el tema: la Armada de Chile incurre en altos costos en estas mantenciones que permiten visibilizar los peligros para barcos mercantiles y otros, y con eso permitir el flujo normal de comercio, turismo y otros en el litoral.

Nuestra reflexión era: ¿se podrá mejorar la autonomía lumínica de las boyas del litoral?

Actualmente las boyas de Alta Mar funcionan básicamente con paneles solares que cada 6 meses o más deben ser mantenidas para efectos de limpiar los residuos fecales de los pájaros que entorpecen el gestionar de los paneles solares junto con el material particulado producto del mar, es decir, sal y otros. Básicamente la Armada de Chile moviliza recursos: Barco, tripulación, combustible y otros para estas mantenciones.

A partir de esa realidad nos embarcamos en 4 reuniones de interés y 3 visitas a terreno (Valparaíso) para ambas instituciones, proponiendo la realización de un prototipo para permita despejar esa duda.

Un hito importante en este proceso fue la instalación en la boya bajo Bianchi ubicada frente a Valparaíso, de DATALOGGER (sistema que nos permitió capturar la data de los movimientos de la boya), ver fotografía:

Logramos una tremenda experiencia, este dispositivo fue instalado el día 26/01/2022 y retirado exitosamente el día 12/03/2022. La data fue importante y todavía la estamos estudiando.

A inicios de julio, tuvimos una gran noticia, concursamos y fuimos aprobados en la 6ª convocatoria de Desarrollo Experimental 2022 de Duoc UC. Nuestro proyecto se denominó: “Proyecto Boya, mejoramiento de señalización marítima para la Armada de Chile”.

Estamos en proceso de desarrollo, pero ya hemos aprendido muchas cosas en el camino, como por ejemplo:

•Los proyectos pueden ser trabajados mancomunadamente entre las Escuelas, y eso es práctico, pues, aunque el proyecto puede tener una carga considerable de mirada ingenieril necesita también el aporte de la mirada administrativa y sus derivadas.

•El aporte de los grupos multidisciplinarios es la principal experiencia para los estudiantes de Duoc UC que se ven involucrados en proyectos de otras disciplinas pero que a su vez se complementan con los conocimientos que reciben en el aula. En este caso los alumnos y alumnas de las Escuelas han interactuado aportando sus miradas y han fortalecido experiencias y conocimientos. Ese proceso formativo es invaluable pues permite vislumbrar otros horizontes de empleabilidad para ellos.

•El ejercicio se puede replicar, y para eso creamos la figura de Proyecto Paragua, vale decir, Proyecto Faraday (genio de la física), que busca ser un apoyo a los proyectos de los alumnos, alumnas y docentes que tengan una idea, les mostramos un equipo multidisciplinario y estudiantes de diferentes Escuelas que los pueden ayudar. Estamos seguros de que hay que dar el paso.

En el camino:

La experiencia de casi 3 años de estudio la vimos disfrutada y crecida con el aporte de estudiantes de la escuela de Ingeniería y de la Escuela de Administración y Negocios, especialmente del área de logística.

Los estudiantes de la Escuela de Administración y Negocios aportaban desde sus competencias registrales, bitácoras, análisis de costos, desarrollo de carta Gantt, y otros instrumentos al orden del proyecto. Todo cambia cuando el proyecto se hace en terreno.

Un gran aporte son los estudiantes de la Escuela de Ingeniería y Recursos Naturales, con sus conocimientos de electrónica y prototipado. En terreno: jugados, siempre aportando desde su área con buenas ideas que siempre suman.

Para finalizar:

Puedo concluir que esta experiencia ha sido enriquecedora para los alumnos, alumnas y para los docentes pues nos ha permitido poner en práctica conocimientos que cuando se juntan desarrollan ideas, las fortalecen y mejoran.  La sinergia entre las escuelas ha sido también importante. Que decir de los equipos, se dice que no es fácil y de verdad es así, pero la socialización de las ideas y el respeto mutuo ha permitido que los docentes crezcamos con el desafío. Digo desafío pues del equipo es el desafío y todos remamos para el mismo lado.

También hemos tenido momentos para darnos cuenta de que el tiempo es escaso y nuestros esfuerzos han valido la pena. Comenzamos como unos docentes de distintas Escuelas, ahora somos un “equipo” comprometido.

Nada ha sido fácil, tener reuniones de trabajo en plena pandemia, demostrar compromiso, demostrar responsabilidad. Al otro lado tenemos a la Armada de Chile, sin duda nada que explicar por ellos, solo puedo señalar que el nivel de profesionalizamos ha sido ejemplar en lo acordado. Ellos están cumpliendo su parte, nos han permitido utilizar sus recursos, vale decir, el transporte en el mar y con el respeto destacado hacia nuestros alumnos, alumnas y docentes.

[1] Humberto Maturana (biólogo, filósofo y escritor chileno).