Escribir sobre nuestros alumnos es complejo, ya que es difícil poder describir la cantidad de universos personales que se cruzan en la constelación de Duoc UC, especialmente en estos tiempos de mayor turbulencia y desbordante información.
Trataré de expresar en pocas líneas la impresión personal de mi participación en este Proyecto Educativo, de quien viene del mundo formal de las empresas, con estructuras diferentes, con modelos culturales más formales centrados en los objetivos y planes por cumplir, es decir, responder a los clientes y accionistas. Cada organización posee su cultura, códigos y prácticas, algo ya arraigado en mí en mis últimos 30 años, para luego arribar a interactuar mayoritariamente con nuestros alumnos, la gran mayoría de la generación “millenials”, tan diferente de los métodos aprendidos antaño y a lo largo de mi experiencia que sorprenden con los que ahora se aplican en los nuevos modelos de enseñanza.
El hecho de abrir espacios para generar espacios de mayor interacción, abrir debates, exponerse a disertaciones, el trabajo en equipos y el despliegue de habilidades blandas, casi desconocidas para muchos de ellos, que al interactuar con otros les genera una complejidad adicional en el modelo de aprendizaje que desarrollamos. Pero este modelo no es muy diferente al que próximamente deben enfrentar en el mundo real del trabajo, algo que no logran apreciar aún pero que debemos desarrollar aún más en ellos, con experiencias cercanas de cara a la realidad laboral.
Nuestros alumnos a veces se asemejan a nuestros propios hijos. En lo personal nos cuesta hablar con los hijos, hablar de verdad, no los monólogos casuales o de buenos modales, si aún quedan algunos. Cada uno en sus cavilaciones del proyecto de vida que desean emprender, de los deseos íntimos de progresar, de ser mejores personas. Surgen en mi realidad docente estos nuevos desafíos, compañeros de ruta temporal, que intentan con su formación tener el aval de un título profesional-técnico para ganarse el sustento futuro. Y en el día a día de interacciones docentes alumnos, estos mundos generan fricciones y desafíos que nos exigen mejores herramientas, disponibilidad, tiempo, paciencia y energía, para entregar nuestro aporte a su desarrollo.
En las interacciones diarias me encuentro con todo tipo de personalidades, inquietudes, intereses, preguntas y comentarios que permiten inferir una amplia gama de posibilidades, desde los que quieren ser mejores profesionales y avanzar para demostrar en sus círculos sus esfuerzos y sacrificios de viajar, estudiar y trabajar, con aquellos pocos que aún no saben porque están aquí y entre estos extremos esta la mayoría de nuestros alumnos.
Esta realidad hoy nos golpea con fuerza la inmediatez de algunas cosas, la instantaneidad de los mensajes e información, por medios y redes sociales que es tan acelerada, que compite con sus propias prioridades y genera un disruptor de sus planes inmediatos. Esta competencia con los dispositivos móviles en las clases es una competencia tan desleal que a veces pienso que necesitan respirar a través del aparato.
Cada uno en su universo propio y con la diversidad de casos y situaciones de vida, nos desafían a lograr para ellos ser constructores del futuro, que se ha revelado aún más desafiante al ingresar nuevos alumnos por los sistemas de gratuidad, y por tanto sin costo económico que pagar ante el fracaso de sus estudios.
Los ciclos de conocimiento mutuo me permiten esbozar el desarrollo de un proceso comunicacional ascendente y enriquecedor. Inicialmente están a la defensiva, pero con el tiempo se comienza a forjar una relación más fluida, del que sabe algo más con el que tiene deseos de aprender. La relación maestro-aprendiz, algo que está desapareciendo, pero que genera una aproximación al arte de enseñar y del aprender, va generando lazos de Confianza, lo que abre espacios de comunicación para lograr entender las diversas realidades sociales de nuestros alumnos. En los contextos de roles adicionales que algunos deben desplegar de cara a cumplir con responsabilidades anteriores y prioritarias como son los hijos, el cuidado y apoyo a sus adultos mayores o hermanos pequeños, cuando sus padres trabajan. Personalmente ya he tenido en las aulas a hijos menores y también algunos hermanos pequeños que ojalá sean futuros alumnos de nuestra institución.
¿Cómo son estos alumnos? aquí un esbozo de clasificación positiva muy personal:
A) Los Emprendedores, quieren iniciar una actividad personal, un negocio, ser sus propios jefes, no rendir cuentas arriesgándose a perseguir un sueño.
b) Los cuentacuentos, siempre tienen una respuesta, quieren saber pero les faltan elementos, ojalá podamos influir en ellos para que tengan mejores historias con mayor sustento y elementos de juicio para que progresen.
c) Los con problemas personales, derivados de su familia, relaciones familiares o compromisos adquiridos por inexperiencia, pero que intentan genuinamente progresar para hacerse cargo de si mismos y de los que dependen de ellos.
d) Los que llegan siempre tarde, por el Transantiago, por un corte en el metro, por la lluvia, por el tráfico, por no tener carga en su TNE, bueno siempre es por algo distinto y que intentan ponerse al corriente preguntando al compañero del lado.
e) Los hiperconectados, que no se desprenden del celular, ni para recargar la batería.
f) Los que trabajan, que llegan cansados y corriendo, pero siempre con buena actitud y deseos de aprender para progresar.
g) Los conversadores, aquellos que no pueden esperar al cambio de hora y que tienen incontinencia verbal, pero solo para sus temas, porque si les haces una pregunta se quedan mudos.
h) Los que se esfuerzan por aprender, hacen sus tareas y trabajos, estudian con dedicación, llegan a tiempo, tienen actitud y disposición, y que se sientan en las primeras filas.
Para todos esos jóvenes y algunos no tanto van estas frases, que representan de una forma general el propósito de quienes estamos en el rol de educador, especialmente este profesor que viene de regreso del mundo del trabajo, para aportar a las nuevas generaciones, especialmente aquellos que han elegido el mundo de las personas, el mundo de los recursos humanos.
Frases: Antonio Machado, dijo “En cuestiones de cultura y de saber, solo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da.” Y, Joseph Joubert, señala, “Enseñar es aprender dos veces“.
De alguna manera representan el compromiso con nuestros alumnos, especialmente con mis estudiantes, en quienes me gustaría poder trascender en el tiempo y en su formación, en base al tiempo que hemos podido convivir en el aula. La experiencia les llegará haciendo cada uno su propio camino.
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