8 de Septiembre, 2025

Reflexión sobre el uso de la inteligencia artificial en mi quehacer docente en Duoc UC.

Jorge Astudillo Ugalde

Jorge Astudillo Ugalde

Profesor de Matemática y Ciencias de la Computación de la sede Maipú de Duoc UC.

7 minutos de lectura

Durante mucho tiempo fui reacio al uso de la inteligencia artificial. Sentía que su incorporación en el ámbito académico podría generar una pérdida de profesionalismo, fomentando el relajo tanto en docentes como en estudiantes. Sin embargo, con el paso del tiempo y en especial durante este primer semestre del año, decidí comenzar a experimentar con ella. Para mi sorpresa, la IA no solo no afectó negativamente mi desempeño, sino que se ha transformado en una herramienta clave para mejorar diversos aspectos de mi práctica profesional.

En primer lugar, la IA se ha convertido en un recurso valioso para preparar mis clases de Física y Estadística. La utilizo como una especie de interlocutor académico: le hago preguntas sobre conceptos complejos, le solicito aclaraciones sobre detalles que muchas veces marcan la diferencia entre una clase aceptable y una clase realmente excelente. Por ejemplo, le pido que me enumere posibles preguntas que los estudiantes podrían hacer sobre un determinado contenido, o que me sugiera conexiones entre temas para promover un aprendizaje más significativo. Incluso, le explico ciertos tópicos y le solicito retroalimentación sobre la claridad, dificultad y pertinencia de mis explicaciones.

Aunque no empleo la IA directamente en la sala de clases frente a mis estudiantes, su uso constante me ha permitido desarrollar un “ojo clínico” para identificar cuándo mis alumnos la utilizan en sus trabajos. Por lo general, la IA genera textos extensos, con párrafos elaborados y un vocabulario técnico o sofisticado, lo que contrasta con el estilo más simple y directo de los estudiantes. Esta diferencia me permite detectar cuándo una tarea ha sido realizada con asistencia artificial sin una edición posterior por parte de estos.

En mis clases, suelo dialogar abiertamente con los estudiantes sobre el uso de la IA. Les comento que no es malo utilizarla; de hecho, yo mismo la utilizo con frecuencia. Sin embargo, insisto en que su uso debe ser responsable y mesurado. La IA no debe reemplazar el esfuerzo personal ni convertirse en el autor de los trabajos académicos. Más bien, debe actuar como una herramienta facilitadora que les entregue insumos para alcanzar sus metas. Considero absurdo negar la existencia o prohibir el uso de la IA. En cambio, creo firmemente en la necesidad de enseñar a utilizarla correctamente. No se trata de formar profesionales carentes de habilidades esenciales porque delegaron todo su proceso formativo en una máquina. Más temprano que tarde, esos estudiantes se verán enfrentados a situaciones reales donde deberán actuar sin ayuda, y ahí se evidenciarán las falencias de una formación basada exclusivamente en la automatización.

¿Cómo utilizo la IA para mi desarrollo profesional?

Además de mi labor docente, la IA también ha sido una aliada clave en mi desarrollo profesional. Su capacidad para responder de forma inmediata a preguntas técnicas me ha permitido avanzar rápidamente en el aprendizaje de lenguajes de programación como Python. Me ha ayudado a identificar errores en el código, a optimizar procesos mecánicos y a resolver problemas técnicos que antes me demandaban muchas horas de búsqueda.

Asimismo, la IA ha simplificado tareas que antes me resultaban tediosas o repetitivas, como la revisión ortográfica y gramatical de textos, la aplicación de normas APA en la elaboración de bibliografía, y la búsqueda eficiente de información en bases de datos especializadas. Todo esto me ha permitido ahorrar tiempo y dedicar más energía a tareas creativas o de mayor impacto.

A pesar de todos estos beneficios, es importante destacar que la IA no reemplaza el juicio humano. Por eso, siempre verifico la información que me entrega, contrastándola con otras fuentes confiables. No debemos cometer el error de pensar que la IA es infalible. Es una máquina, y como tal, tiene un margen de error. El uso adecuado de esta herramienta requiere de una supervisión activa: si le solicitamos una tarea, debemos revisarla y asegurarnos de que cumple con los estándares que esperamos. La IA no puede ni debe asumir toda la responsabilidad del trabajo profesional.

¿Cómo creo que la IA afectará el futuro a nivel educacional?

Para responder esta pregunta, me parece pertinente citar a Daniel Lira, estudiante doctoral de la Universidad de Chile, quien señala: “La escritura se ha consolidado como el medio predominante a través del cual los estudiantes comunican sus conocimientos y aprendizajes para ser evaluados (Graham et al., 2024). La importancia de la escritura en la enseñanza escolar recae en su valor epistémico como proceso complejo de formación de conocimiento y apropiación cultural (Vygotsky, 1985; Applebee, 1984; Olson, 1995; Sotomayor et al., 2013). Al escribir, revisar y editar un texto, el escritor modifica, procesa y aclara sus propias ideas. En este proceso el escritor lee, investiga, planifica, escribe, corrige, modifica y vuelve a escribir. Por lo tanto, al producir un texto no solo logra transmitir sus ideas iniciales, sino que las ha modificado, perfeccionado y transformado, construyendo y reconstruyendo el conocimiento” (Bereiter & Scardamalia, 1992).

La cita anterior refleja una de las grandes preocupaciones que tengo respecto al uso indiscriminado de la inteligencia artificial en educación. Si no se establecen mecanismos adecuados para su integración, podríamos estar debilitando procesos fundamentales como la escritura, la lectura crítica, el análisis y el pensamiento analítico. Existe el riesgo de que, al depender excesivamente de la IA, nuestros estudiantes —quienes representan el futuro de Chile— pierdan habilidades esenciales para desenvolverse como ciudadanos y profesionales autónomos.

Un estudio realizado por el Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE UC), el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, el Centro de Innovación del Ministerio de Educación y Unicef, reveló que el 87% de los niños, niñas y adolescentes entre 8 y 17 años posee un teléfono celular con acceso a internet. Esta estadística confirma que el acceso a herramientas digitales ya es una realidad, por lo que la discusión no debe centrarse en cómo prohibirlas, sino en cómo integrarlas pedagógicamente de forma constructiva.

Las instituciones de educación superior, incluido Duoc UC, deben asumir un rol protagónico en este proceso de transformación. La inteligencia artificial debe ser incorporada como un recurso cotidiano, tal como hoy lo son el teléfono, el computador o internet. Pero su uso debe promover el pensamiento crítico, la autonomía y la autorregulación. El desafío no está en resistirse a la tecnología, sino en formar personas capaces de utilizarla de manera sostenible, ética y con sentido.

Personalmente, soy optimista respecto al futuro. Creo que Chile encontrará respuestas adecuadas a la pregunta clave que todos nos hacemos: ¿cómo utilizar la inteligencia artificial de manera sostenible y educativa? Si logramos orientar su uso de forma adecuada, la IA puede ser una gran aliada para transformar positivamente la educación.

Referencias

-Bereiter, C., & Scardamalia, M. (1992). Dos modelos explicativos de los procesos de composición escrita. Infancia y Aprendizaje, 58, 43–64. https://doi.org/10.1080/02103702.1992.10822316

-Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE UC), Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE), Ministerio de Educación de Chile & UNICEF. (2024). Kids Online Chile 2022: La relación de niñas, niños y adolescentes con el mundo digital. https://www.unicef.org/chile/informes/kids-online-chile-2022

-Ju, Q. (2023). Experimental Evidence on Negative Impact of Generative AI on Scientific Learning Outcomes [Preprint]. arXiv. https://arxiv.org/abs/2311.05629

-Wecks, J. O., Voshaar, J., Plate, B. J., & Zimmermann, J. (2024). Generative AI Usage and Exam Performance [Preprint]. arXiv. https://arxiv.org/abs/2404.19699

Deja tu comentario

Nombre y Apellido *

Guardar mi nombre y email en este navegador para la próxima vez que desee comentar.

0 comentarios

Otros artículos de interés

NAVEGAR OPINIÓN

8 de Septiembre, 2025

 Inteligencia artificial en educación: eficiencia, personalización y ética para un aprendizaje significativo.

La inteligencia artificial, la automatización y la robótica solían ser temas reservados para películas de ciencia ficción y series futuristas. En los 90’s, imaginar una máquina pensante evocaba imágenes de Terminator recorriendo las calles en busca de Sarah Connor, de Ultron conspirando en la película Avengers, o de los hilarantes enredos de Bender en Futurama. […]

8 de Septiembre, 2025

Experiencias en el aula con la IA: avances, novedades y desafíos.

La inteligencia artificial (IA) ya no es solo una promesa del futuro: está transformando la manera en que vivimos, trabajamos y aprendemos. En el ámbito de la construcción, esta tecnología se ha ido posicionando como una aliada estratégica para mejorar procesos, optimizar tiempos y garantizar estándares de calidad. Pero su impacto va más allá de […]

31 de Agosto, 2025

Contextualizar para innovar: transformar la docencia en Duoc UC

En la educación técnico-profesional, la innovación pedagógica adquiere un valor particular, puesto que no se trata solo de introducir herramientas digitales o dinámicas nuevas, sino de diseñar experiencias que contextualicen el aprendizaje, motiven a los estudiantes y fortalezcan competencias transferibles al mundo laboral. En este marco, la contextualización y la gamificación se presentan como estrategias […]