Había una vez un profesor que tenía toda la clase planificada. Había llevado unas imágenes en un Powerpoint, que estaban bien nítidas, así que se verían muy bien en el proyector. Así que, llegando con mucho entusiasmo a la sala, y cuando se preparaba para empezar la clase, uno de sus estudiantes grita a todos sus compañeros, y les dice a sus compañeros: “¡Chiquillos!, las invitaciones gratis para ir al recital de tributo de Soda Stereo ya salieron y están publicados en Facebook! ¡Yo me gané una entrada! ¡Así que métanse altiro, que es verdad, para que se inscriban y vamos, poh!”.
Ante eso, el profesor viendo esta escena con ojos despabilados y mirada perdida, se queda con la sorpresa que ya su inicio de la clase no iba a ser el mismo planificado. Que el contenido que tenía preparado con las imágenes tan bonitas en Powerpoint, acerca de las formas de hacer un dibujo de una cubierta de madera de una casa, la que venía en la Planificación, no iba a poder ser más importante la muestra evidente de felicidad y entusiasmo que el estudiante tenia, y que contagiaba al resto de los compañeros.
Además, les motivaba a ingresar a las redes sociales, para poder tener una recompensa que todos esperaban, y no iba a poder desplazar rápidamente las manos de sus bolsillos sacando el celular para hacer la búsqueda, de lo que les esperaba en sus mentes: Entretenerse en el recital con música de su grupo favorito, y que además era el gusto del profesor también.
Pero ahora estando al otro lado del escritorio, era quien tenía que poner la seriedad y el trabajar duro dentro de las clases, para que los mismos estudiantes quedaran satisfechos al final del semestre, y el profesor con su trabajo también. ¿Qué hacer entonces en ese caso? ¿Les llamo la atención y les prohíbo ingresar a la página web, y así continuar con mi clase? ¿Les dejo que vean todo lo que quieran en la web, pero después como los entusiasmo para que vean la materia que yo traigo? ¿Qué teoría de aprendizaje o psicólogo, me saca de este embrollo en que la generación de hoy me tiene atrapado? ¿Quién me puede decir cómo me pueden tomar en cuenta mis estudiantes, y no morir en el intento?
Todos los profesores nos vemos enfrentados a esta realidad todos los días, y mucho más cuando no estábamos acostumbrados a hacer clases y nos encontramos con que los jóvenes han cambiado. Que decir de los niños, aquellos que nacen con los computadores y que nos hacen clases de cómo utilizarlos. Esta realidad aun la estamos enfrentando con algunas prácticas que nos recomiendan en pedagogía, o desde la psicología, pero que son iniciadas solo desde las llamadas teorías de aprendizaje, las cuales han podido ser comprobadas gracias a las Neurociencias y la nueva tecnología.
Uno de los llamados neuromitos más famosos es que el estudiante aprende mejor si el profesor identifica los estilos de aprendizaje del estudiante, y le enseña con medios visuales, auditivos o kinestésicos que haya detectado (Howard-Jones, 2011). Según las últimas investigaciones, hay otros mitos más que los profesores han mantenido por años como creencias que son las verdaderas y por siempre, y que incluso en el día de hoy son enseñadas como último descubrimiento, haciendo test de entrada a los estudiantes. Pero las investigaciones de neurociencias llegaron para aclarar cierta información dirigida a los profesores y directivos para incorporar en las prácticas educativas, y tomar en cuenta en la toma de decisiones. Las neurociencias llegaron para quedarse y son las que nos permiten conocer cómo funciona el cerebro cuando aprende, y como nos comportamos cuando experimentamos sensaciones, visualizamos cosas y tenemos ambientes enriquecidos para fomentar nuestras habilidades y autonomía.
Esta nueva información la podemos encontrar actualizado día tras día, y de las cuales aún están en constante cambio, ya que existe mucho interés del mundo de obtener los resultados a experimentos con personas, desde la moral, la medicina, la educación, el marketing, etc. Ahora todo lo que comienza con la palabra NEURO, que desplazó a todo lo que comenzaba con estudio de PSICO, lo que hoy en día está siendo codiciado por muchos, pero realmente conocido por pocos, ya que la mayoría aún tiene la confusión de los conceptos. Por eso se hace importante que podamos entender las diferencias, pero más que nada para que se pueda aplicar en nuestras aulas, y así no esperar a que nuestros estudiantes salgan del curso, sin que hayan podido experimentar el entretenimiento en una clase, algo que buscamos todos los profesores. En este artículo se pretende enfocar en observar cual es la importancia del profesor frente al desarrollo del cerebro del estudiante, y cuáles son las estrategias pedagógicas que nos conviene utilizar, las que son basadas desde el estudio de las Neurociencias, las llamadas neuro didácticas.
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