La Educación Superior Técnico Profesional (ESTP) tiene como uno de sus objetivos fundamentales favorecer la inserción laboral de sus titulados, a través del desarrollo de competencias que les permitan la incorporación al mundo laboral. El Programa de Lenguaje y Comunicación, a partir de este año, ha asumido esta tarea no solo como un desafío institucional, sino también como un aporte al país, incorporando el trabajo con la competencia de empleabilidad “Habilidades Interpersonales”, de acuerdo al modelo Tuning América Latina/Universidad de Deusto. Esta alineación curricular-instruccional tiene como objetivo fortalecer las habilidades de comunicación efectiva en nuestros estudiantes, asegurando que nuestros titulados cuenten con las herramientas básicas necesarias e imprescindibles para lograr la inserción y el éxito laboral futuro.
Afortunadamente, hemos dado un paso adelante en habilidades interpersonales, sin embargo, tenemos otro desafío: si bien las habilidades comunicativas se van desarrollando y adquiriendo a medida que se avanza en los niveles educativos, estamos ante un escenario donde los estudiantes que ingresan a la educación superior no han adquirido las habilidades necesarias para comprender lo que leen. Este problema, que no solo afecta a jóvenes sino también a adultos en nuestro país, ha sido destacado por los más importantes referentes internacionales, y también la prueba estandarizada de mayor alcance a nivel nacional, SIMCE.
El 33% obtenido como resultado en la prueba de lectura, The Programme for International Student Assessment, (PISA) 2012, (OCDE, 2016), evidencia que la gran mayoría de los estudiantes en Chile presenta dificultades para enfrentar con éxito las exigencias reales de lectura, es decir, para desempeñarse como lectores competentes en distintos contextos. The Programme for the International Assessment of Adult Competencies, (PIAAC) 2016, por otro lado, concluye que entre un 50% y un 57% de los adultos en Chile no entiende lo que lee y es capaz de realizar solo inferencias básicas utilizando material impreso. Inquietante resulta un estudio comparativo entre PIAAC e International Adult Literacy Survey (IALS), el cual indica que el bajo desempeño en comprensión lectora se ha mantenido constante en los últimos 17 años (MINEDUC, 2016). En este sentido, podemos concluir que la comprensión lectora es el eje transversal del aprendizaje que impacta en los contextos de aprendizaje y también a lo largo de la vida.
No podemos dejar de lado, entonces, la comprensión lectora, eje clave en la competencia comunicativa. Este eje, que juega un rol innegablemente ventajoso y relevante en el aprovechamiento de la educación superior (Velásquez Rivera, Cornejo Valderrama, & Roco Videla, 2008), incide en el desarrollo profesional, la inserción exitosa en la sociedad y en la calidad de vida de las personas.
“Es así como hoy aparece como una de las más preciadas competencias humanas, ya que de ella depende en gran medida la capacidad de continuar aprendiendo durante toda la vida (Sánchez E. en Marchesi, 2001). Esto demuestra cómo en la cultura actual se espera que la competencia para operar con el lenguaje escrito la adquiera toda la población con un grado de pericia alto, lo que no ocurre con otras capacidades humanas. En este sentido, organizaciones como la Unesco han asumido como política educativa internacional el desarrollo de la competencia lectora, debido a su importancia en el aprender a aprender, imprescindible en la sociedad del conocimiento y de la información”. (Martínez-Díaz, Díaz, & Rodríguez, 2011).
Nuestros desafíos este 2018 están centrados en proveer de una mirada nueva y más integral, que trabaje todas las dimensiones lingüísticas juntas, orientada a solucionar problemas prácticos de la comunicación aplicando estrategias funcionales.
“Un buen desarrollo del lenguaje en sus cuatro dimensiones (leer, escribir, escuchar y hablar) determina el acceso a todas las áreas del saber […] y lograr que las y los estudiantes comprendan lo que leen y puedan comunicarse en forma clara y precisa, oralmente y por escrito en diversas situaciones, es un objetivo no solo del sector de Lenguaje y Comunicación, sino de todas las otras disciplinas” (Ministerio de Educación, 2009, pág. 26).
Este nuevo esquema de trabajo permitirá responder con mayor efectividad y pertinencia a las diversas necesidades de aprendizaje del lenguaje y la comunicación de los estudiantes; a la vez que impactará satisfactoriamente en su itinerario formativo. Adicionalmente, potenciaremos el desarrollo de competencias transversales clave para su movilidad y empleabilidad futuras, dotándolos de las herramientas requeridas para la adaptación a los cambios y los desafíos del mundo laboral.
“…Si todos los estudiantes chilenos de 15 años alcanzaran por lo menos el nivel básico de rendimiento en PISA, el PIB de Chile en el año 2095 podría ser un 35% más elevado.”.
OCDE 2015 –Universal Basic Skills: What countries stand to gain.
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