Al igual que la génesis de muchas cosas, es difícil conocer con exactitud cómo se originaron las primeras Olimpiadas Académicas de la Sede Plaza Norte. Así como ocurre en el desarrollo de nuevas ideas, no obedecen solo a la iniciativa de una persona, sino más bien al momento oportuno en el cual se desarrollaron los hechos y al entusiasmo que todos los involucrados pusieron de su parte.
Todo comienza como una forma de solucionar la distribución de un presupuesto de extensión disponible para la Subdirección Académica de la sede Plaza Norte. Para evitar cualquier fuente de tensión decidimos invertir el presupuesto en una actividad que fuese transversal a todas las Escuelas y así maximizar el impacto de los recursos. El objetivo en un inicio era lograr la integración y sentido de pertenencia de los estudiantes y a su vez darle algún sentido académico.
Cuando comenzamos a organizar la actividad (la cual fue pospuesta por lo menos 2 veces en el año) nos dimos cuenta verdaderamente del proyecto en el cual nos habíamos embarcado. Si el objetivo era impactar al 30% de los estudiantes de la Sede (1.000 alumnos aproximadamente) distribuidos durante toda la jornada académica, se hizo imperativo contar con la colaboración de todos los funcionarios dedicados exclusivamente a la actividad. De esta manera se fue integrando Desarrollo Estudiantil con sus distintas unidades en una primera instancia, y la Sede completa cuando quedaban semanas. Finalmente y sin buscarlo la jornada se había transformado en una actividad de trabajo en equipo de la Sede en su totalidad. Hicimos un grupo de WhatsApp para comunicarnos al instante y mandarnos fotos en vivo de lo que estaba ocurriendo. Todos los colaboradores se integraron en funciones durante la jornada completa, de igual a igual. No hubo jerarquía, solo organizadores y buena voluntad.
Lo que ocurrió el jueves 13 de octubre de 2016 (primera versión) fue todo un éxito y se superaron por completo las expectativas. Sin embargo y como es natural, siempre hay algo por mejorar. Hubo situaciones “evidentes” que pasamos por alto y otras no tanto. Por ejemplo contar con una ambulancia en la Sede en caso de accidentes, la alimentación de los colaboradores, participación de los docentes e impacto en la permanencia de los alumnos de primer semestre, entre otros.
Con la experiencia del año 2016, decidimos repetir la segunda versión el 4 de Abril de 2017. En esta ocasión y por solicitud de los mismos alumnos decidimos mezclar las Escuelas para incentivar que los participantes se conozcan más entre compañeros de otras carreras. Esto último requería un esfuerzo mayor por parte de los docentes, a quienes integramos mucho más en esta segunda versión.
Si bien ambas versiones de las Olimpiadas Académicas fueron actividades de alto costo, también lo es el impacto que estas tuvieron. Por lo mismo el costo por alumno no se escapa de valores típicos de charlas con algún ágape para nuestros estudiantes.
Los resultados una vez más superaron las expectativas. Aumentamos la cobertura de alumnos, mejoramos la organización de la actividad y nuestra Sede tuvo una excelente actividad de trabajo en equipo. Si bien, todavía queda mucho por avanzar especialmente en la participación e interés de los alumnos vespertinos, pareciera que vamos por buen camino.
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