El mercado laboral es hoy cada vez más complejo, año a año egresan miles de Técnicos e Ingenieros desde distintas instituciones de educación superior de nuestro país, y en este contexto, nuestros estudiantes llevan un plus respecto al resto de los egresados, es que nuestra Institución representa una imagen de calidad, que ha sido avalada por sus estudiantes y que entrega a sus titulados una identidad de profesionalismo y conocimiento sobre la media del mercado, pero como docentes debemos tener claro que cualquier título solo hace el 50% de la pega; en el día a día, en su entorno, es donde nuestros estudiantes deben marcar la diferencia. Ser profesional es mucho más que un título que así lo certifique: ser profesional significa tener la capacidad y el compromiso para aportar desde su ámbito laboral a los objetivos de su organización.
Vivimos en la era del conocimiento. Hoy se requieren manos con neuronas, profesionales dispuestos a trabajar con el claro objetivo de dejar una huella; aportar a los objetivos organizacionales, de tal manera que su remuneración no sea un gasto, sino que se transforme en una inversión para la empresa. Es en este nivel, donde ellos habrán ganado, merecidamente, su mejora en términos de remuneraciones y expectativas de mejores cargos y posibilidades de desarrollo profesional.
Esta nueva era, representa un mundo lleno de oportunidades para ellos, a pesar de lo que muchos piensen, cuando las empresas se ven enfrentadas a escenarios inciertos como el actual, con bajo crecimiento y tendencia al alza en los niveles de desempleo, es cuando se necesitan profesionales con disposición a poner el 100% de su capacidad al servicio de su empresa, de su trabajo, de su fuente laboral y, si me disculpan la auto referencia, mi propia experiencia me ha hecho entender que es en estas situaciones cuan-do hay más oportunidades que nunca.
Hoy los jefes tienen más problemas que antes, tienen metas más difíciles de cumplir, tienen que enfrentar mucha más competencia y el trabajo bajo presión se hace cada vez más intenso. Aquí es donde se miden y requieren a los verdaderos profesionales y es donde los docentes deberíamos poner mayor énfasis en la formación de nuestros estudiantes. Lograr que ellos crean en sus talentos, aptitudes y competencias, les dará la confianza para que levanten su mano, cada vez que se requiera un voluntario para proponer alternativas de solución, pero que tarea más difícil si, y supongo a muchos nos ha pasado lo mismo, cuando deben entregar trabajos o tareas, el día de la clase solicitamos un grupo voluntario para exponer, el silencio en la sala es sepulcral, miradas al horizonte o al techo, un cri-cri-cri que es hasta molesto; y lo peor de todo es que cuando revisamos los trabajos, nos damos cuenta de que hay muchos muy bien logrados, entonces cómo logramos que se crean el cuento, cómo logramos hacer explotar sus capacidades, cómo les damos confianza en sus talentos y competencias, cómo hacemos para que entiendan y asuman que tienen todo lo que necesitan, y solo deben proponerse utilizarlo. Debemos perseverar para que se atrevan, para que confíen en sus medios, en sus talentos, en su capacidad y esfuerzo.
Como docentes sabemos que la diferencia entre un profesional y uno que no lo es, es la capacidad e intensión de hacer un poco más, de estar dispuesto a dar un paso al frente, no importa la situación, no importa cuán compleja sea la tarea, debe haber disposición a asumir y trabajar por hacer bien las cosas, eso se llama compromiso, eso se llama profesionalismo, eso es lo que tratamos los docentes Duoc UC de dejarles como reflexión a nuestros estudiantes en cada clase, en cada instancia donde podemos compartir con ellos. SÍ, es cierto que esto implica más trabajo, tal vez más sacrificio, pero nada es gratis en esta vida, todo esfuerzo, todo sacrificio, siempre, más temprano que tarde les traerá beneficios y eso debiese ser nuestra bandera de batalla. Hay que intentar darles una visión de futuro, que aprendan a mirar el horizonte al tomar una decisión, no el presente, ya que ahí, a la vuelta de la esquina, estará el premio a su esfuerzo y sacrificio. Sin ir más lejos, todo el esfuerzo mental, laboral y familiar que nuestros alumnos hacen al estar aquí pronto se convertirá en un sueño cumplido, un título profesional, una realidad cuyo mayor logro será la satisfacción personal de cada uno de ellos por el objetivo alcanzado.
Lograr que ellos reconozcan con cariño su Alma Mater es responsabilidad nuestra; mostrar el camino, intentar enseñar que el compromiso y profesionalismo son valorados en el mercado y son las capacidades base para lograr el Empoderamiento. El Empowerment es una actitud de vida, es la capacidad de hacer propia la tarea, de sentir que se puede y se puede hacer bien, de sentir y confiar en que uno pue-de aportar y ser cada día un poco más.
En general, los seres humanos a medida que pasa el tiempo vamos asimilando mensajes, enseñanzas y formas de ver la vida, conceptos que nos han intentado dejar desde niños, primero nuestros padres, luego en la etapa escolar, nuestros maestros y más adelante nuestros amigos y redes de contacto. Con el tiempo he ido entendiendo un dicho de mi padre: Nunca algo muerto, le ganó a alguien vivo, claro que con los respectivos chilenismos entre medio. Y otro de un muy querido amigo, cuando te dan una oportunidad…abrázala, aférrate a ella con dientes y uñas.
A medida que han pasado los años, creo haber ido entendiendo mejor el mensaje, nada es imposible, todo tiene solución, solo hay que ser más inteligente que el problema y cada vez que hagas algo, hazlo bien, o intenta hacerlo a la primera, comprométete, responsabilízate por algo y asume de corazón, con todo tú ser, el desafío planteado. El logro de objetivos es posible, empoderarse es la manera, pero nada de esto es posible sin considerar un aspecto importante, muy importante diría yo: Actitud, y más que actitud, Actitud Positiva.
Actitud Positiva, término quizás muy manoseado, pero que entendiendo su génesis es tremendamente atingente y útil; mirar la mitad del vaso lleno, siempre hará de ti una mejor persona, irradiarás luz y la luz genera confianza, la confianza te abre las puertas. Estas puertas te traen oportunidades y las oportunidades traen consigo beneficios; nada de esto es posible si no somos capaces de enfrentarlos con actitud positiva. Esta actitud con la que entramos a la sala de clases cada día y esa actitud de debemos lograr que entiendan y asuman nuestros estudiantes, esa actitud que nos señala el camino de trabajo, ética y responsabilidad para enfrentar nuestros desafíos. Actitud es la clave, actitud positiva es lo que los hará distintos, mejores y más valorados…A nosotros y nuestros estudiantes…Este debería ser nuestro sello, nuestra huella.
Para terminar, solo recordarles que el mundo laboral de hoy es técnico, competitivo y estresante; debemos priorizar, desde nuestra experiencia laboral y de vida, que nuestros niños no solo adquieran, sino que crean en sus competencias y conocimientos para enfrentarlo, que pongan con confianza y fe lo que les corresponde: talento, esfuerzo, trabajo y mucha actitud, en otras palabras que se crean el cuento.
(Publicado en la Revista Pedagógica UAP diciembre, 2015, sede Padre Alonso de Ovalle Duoc UC).
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