El año 2024, las jefaturas de las Unidades de Apoyo Pedagógico (UAP) tuvimos la oportunidad de conformar comunidades de aprendizaje (CAP). Nuestro guía fue Ricardo García, académico de la Universidad Católica de Temuco. Comenzamos reconociendo la importancia de la conformación de comunidades de aprendizaje en la institución y decidimos partir “por casa”, por lo que organizamos comunidades entre las jefaturas UAP, iniciándose este proceso junto a mis pares Beatriz Bastías, Constanza Iglesias y Paulo Morales.
En este artículo quisiera compartir, de manera muy breve, lo investigado, analizado y reflexionado sobre el bienestar laboral docente en la educación superior, con énfasis en el contexto postpandemia, pues nuestras preguntas iniciales fueron ¿qué podemos hacer para comprender el fenómeno post pandemia desde la perspectiva del docente? ¿cuáles debían ser las líneas de trabajo para resguardar el bienestar de las profesoras y profesores de nuestra institución?
El primer hallazgo fue reconocer que el bienestar de los docentes no solo repercute en su calidad de vida, sino que también influye directamente en el rendimiento académico de los estudiantes (Herrera, 2023; Chavarría et al., 2022). De acuerdo con la investigación, el bienestar docente comprende dimensiones físicas, psicológicas y sociales, y se manifiesta como un “estado de satisfacción general, derivado de la realización de las potencialidades del docente en relación con su labor y las relaciones sociales que ahí establece” (Herrera, 2023).
Un punto importante para nuestra comunidad de aprendizaje era identificar los factores que afectan negativamente el bienestar, entre ellos la sobrecarga laboral, bajos salarios, falta de recursos y apoyo institucional, así como altos niveles de estrés y agotamiento emocional (Charria-Ortiz et al., 2022; De Brito Mota et al., 2019). Estos factores no solo afectan la salud de los docentes, sino que también repercuten en la calidad de la enseñanza, generando un círculo vicioso de desmotivación y bajo rendimiento estudiantil.
Fue satisfactorio, luego de una sistemática revisión bibliográfica, comprender la estrecha conexión que existe entre el bienestar docente, el liderazgo pedagógico y el compromiso laboral. Según Bolívar et al. (2017), el liderazgo pedagógico implica una gestión directiva centrada en la mejora de los aprendizajes estudiantiles, mientras que Carranza-Villón (2020) vincula este liderazgo al enfoque transformacional y distribuido, enfatizando el rol colectivo en la mejora institucional. La investigación de García Moncada et al. (2024) confirma que el bienestar laboral y el liderazgo pedagógico son determinantes en el compromiso docente, impactando positivamente la calidad de los aprendizajes.
Posteriormente, abordamos el concepto de engagement docente, pues emerge como un factor crítico en nuestro proceso de investigación, Schaufeli y Bakker (2004) definen el engagement como un estado mental positivo, caracterizado por vigor, dedicación y absorción en el trabajo, el cual está asociado a un mayor desempeño y satisfacción laboral. El engagement actúa como un amortiguador frente al burnout, fenómeno identificado como una respuesta crónica al estrés laboral prolongado (Malbrán, 2022).
El último concepto, y no menos importante, fue comprender la importancia de la estabilidad emocional de los docentes. Para que nuestros estudiantes alcancen aprendizajes significativos y perdurables se requiere a docentes emocionalmente saludables, pues esto genera un ambiente de aula más seguro, motivador y efectivo (Mazurek Díaz & Canese Caballero, 2024; Sarmiento et al., 2022). Según Franco López (2021), tanto la motivación intrínseca como la extrínseca del docente son cruciales para fomentar aprendizajes significativos y duraderos en sus estudiantes.
En conclusión, el bienestar laboral docente es un pilar fundamental para la calidad educativa. Su promoción implica no solo atender a las condiciones laborales objetivas, sino también fortalecer las competencias socioemocionales de los docentes, potenciar el liderazgo pedagógico y fomentar el compromiso institucional.
Finalmente, quiero destacar los esfuerzos que se realizaron a nivel institucional para la conformación y desarrollo de nuestras comunidades de aprendizaje profesional UAP y decir que todo este proceso nos insta a priorizar el bienestar laboral docente para garantizar entornos de aprendizaje resilientes, inclusivos y eficaces.
Fuentes Bibliográficas:
Bravo, D., Castro, W. & Bravo, E. (2021). Docentes Universitarios y su desempeño laboral. Obtenido de Dialnet: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8590454
Charria Ortiz, V. H., Romero-Caraballo, M. P., & Sarsosa-Prowesk, K. (2022). Bienestar laboral y condiciones de trabajo en docentes de primaria y secundaria. Revista CES Psicología, 15(3), 63–80. https://doi.org/10.21615/cesp.5984
Herrera, C. (2023). Factores asociados al bienestar subjetivo en docentes chilenos. Obtenido de Tesis Doctorales Universitat de Girona: http://hdl.handle.net/10803/688208
Bienestar laboral y liderazgo pedagógico en el compromiso docente de los CEBAs. (2024). FIDES ET RATIO, 28(28), Pág. 71 – 94. https://doi.org/10.55739/fer.v28i28.154
Ruiz Segarra, M. I., Cortés Valiente, J. A., Villafuerte Garzón, C. M., & Benítez Cruz, D. A. (2024). Diagnóstico del bienestar psicológico y Burnout en docentes de Educación Superior. Revista Ecuatoriana De Psicología, 7(17), 50–59. https://doi.org/10.33996/repsi.v7i17.109
Mazurek Díaz, C. R., & Canese Caballero, V. (2024). La inteligencia emocional en los docentes de la educación superior. Revista de Análisis y Difusión de Perspectivas Educativas y Empresariales (RADEE), 4(8), 78-97. https://doi.org/10.56216/radee022024ago.a06
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