La matrícula femenina en la educación superior se ha triplicado a nivel mundial entre 1995 y 2020 (OCDE; 2020). Sin embargo, investigaciones recientes dan cuenta que la brecha de género en la Educación Técnico Profesional no ha disminuido en las últimas décadas. Lo que es coincidente con la desigualdad de género existente hoy en algunas áreas del mercado laboral[1].
La composición de la matrícula para la educación TP en 2021, muestra que un 53% de estudiantes son mujeres (SIES, 2021). Si bien este resultado es alentador, las cifras ocultan una de las barreras que afectan a las mujeres, a lo largo de su trayectoria formativa -y que en algunos casos- se perpetua en el mercado laboral: la masculinización de ciertos sectores laborales, en particular, en áreas STEM[2] asociadas a rubros tradicionalmente masculinos como la Construcción, Metalmecánica, Minería, Electricidad y Electrónica, entre otros.
Uno tendería a pensar que la situación antes expuesta, va en retirada o al menos ya tiene vías de solución pero el reconocimiento y visibilización de la existencia de brechas de género en la educación superior chilena; y consecuentemente la creación de medidas y planes de acción concretos (como, por ejemplo, la implementación de vías de ingreso especial para mujeres en carreras de STEM y/o acciones que promueven la contratación de mujeres en igualdad de condiciones curriculares) no ha tenido el mismo impacto -en términos de participación y elección de carreras- en los distintos niveles educacionales.
La Educación Técnico Profesional es hoy en día uno de los sectores educacionales que se ve más afectada por los sesgos de género. La necesaria vinculación de este nivel de formación con la industria refleja la desigualdad de género y estereotipos asociados a ciertos sectores de la economía.
La falta de perspectiva de género –en el análisis sobre empleabilidad y desempeño laboral de estudiantes de ETP; no permiten hoy día identificar brechas. No obstante, para el total de estudiantes, estos reportes confirman que son precisamente las especialidades afines a áreas STEM las mejor remuneradas. Y, en cambio, las áreas relacionadas a educación y salud, donde tiende a concentrarse la matricula femenina, las que presentan remuneraciones más bajas.
Por esta razón, es importante traer a la discusión cuales son las barreras específicas que afectan a la formación de mujeres en la Educación Técnico Profesional, qué desafíos propios enfrenta el sector y cómo -desde la formación- abordamos esta problemática, con perspectiva de futuro.
La incorporación de la mujer a la Educación Técnico Profesional no es solo un problema de equidad. No es una aspiración por mayores oportunidades de desarrollo, ni el anhelo de las nuevas generaciones femeninas. Una mayor participación de la mujer en los sectores laborales es un factor determinante para impulsar la eficiencia económica. En este sentido, las brechas existentes no solo se deben abordar desde la perspectiva de la equidad e inclusión, ya que debe considerarse como un determinante clave para el funcionamiento de la economía y desarrollo del país.
El potencial trasformador de la formación TP es quizás un factor no explorado en profundidad. Como se indicó previamente, la vinculación de la formación TP con el mundo del trabajo, tiene la posibilidad de incidir en la estructura productiva y en su patrón de especialización. Incorporar mayores niveles de desarrollo tecnológico en formación TP incidirá en la productividad futura de los y las profesionales. En este sentido, esta transformación debe tener como horizonte de desarrollo la igualdad, e incluyendo la igualdad de género como un eje estructural. Lo anterior parece ser una clave para enfrentar un desarrollo sostenible.
Ahora bien, el mercado laboral presenta importantes restricciones y limitaciones para las mujeres a nivel global, incidiendo fuertemente en su autonomía económica y generando importantes patrones de desigualdad y discriminación. Una manifestación de ello se observa hoy en sectores productivos con mayor desarrollo tecnológico. La “tecnologización” de la industria y mercado laboral, afectará entonces, de forma más profunda, en los sectores en los que históricamente las mujeres tienden a estar mayoritariamente empleadas (servicios). Se prevé una importante supresión de puestos de trabajo lo que aumentará las brechas de género en el mercado laboral (CEPAL, 2019, pág. 31).
En este sentido, la gran preocupación por la inclusión de mujeres en las carreras STEM, no es solo un tema de representación o participación. Es un imperativo. Las carreras vinculadas con las STEM constituirán el empleo del futuro, la fuerza motriz de la innovación, del bienestar social, del crecimiento inclusivo y del desarrollo sostenible. Luego, se necesitan políticas integrales e intersectoriales, que permitan, faciliten y promuevan la participación de niñas y mujeres en ámbitos de las tecnologías la búsqueda de soluciones para hacer frente a los desafíos futuros.
Desde Duoc UC se ha asumido este desafío para el desarrollo sostenible, como Centro Unevoc-Unesco, lideramos y desarrollamos estrategias para que nuestras estudiantes puedan expandir sus horizontes y contribuir desde sus capacidades a la construcción de una sociedad mejor.
La Escuela de Informática y Telecomunicaciones, ha sido pionera en liderar programas para promover la participación de estudiantes mujeres en espacios de connotada visibilidad. Más Mujeres en las TIC’s., es un proyecto de reconocimiento internacional, cuyo objetivo se focaliza en aumentar la participación de mujeres y potenciar su rol en la industria de las tecnologías de la información y la comunicación. En el marco del programa, 63 alumnas fueran preparadas -y dos seleccionadas- como Estudiantes Embajadoras de Microsoft, siendo las únicas alumnas elegidas a nivel nacional. En este paso como embajadoras tendrán la oportunidad de certificarse en nuevas competencias digitales vigentes en el mundo laboral y, a la vez, potenciarse como formadoras-entrenadoras para convertirse en líderes y figuras inspiradoras para sus pares.
Technovation Girls Chile, es otra iniciativa que busca fomentar e incentivar en niñas y adolescentes para potenciar sus vocaciones profesionales en áreas STEM; y en donde tres equipos de mujeres pertenecientes a la comunidad Duoc UC, lograron llegar a la final mundial. La convocatoria 2022, la Escuela participa como co-organizadora. Esta iniciativa reviste gran importancia para nuestra institución porque permitirá el acercamiento vocacional temprano y la formación de niñas y adolescentes entre 13 y 18 años, en áreas de programación e inteligencia artificial.
Hace una semana catorce estudiantes de Duoc UC fueron seleccionadas para ser parte del Programa Unesco Women@Dior: Mujeres Líderes y Sostenibilidad, cuyo propósito se centra en empoderar a jóvenes mujeres del mundo en temas como autonomía y autoestima, inclusión, creatividad y sostenibilidad a nivel global. Debemos consolidar y profundizar nuestras acciones para que más mujeres sean referentes en la sala de clases, en la docencia y en el mundo del trabajo. Tenemos la responsabilidad de conversar con actores del mundo laboral y empresarial para invitarles al desafío de abrir prácticas y puestos de trabajo tradicionalmente masculinizados a las mujeres, en condiciones de igualdad y respeto.
Así, desde un enfoque estratégico, que busca incrementar la progresión, titulación y empleabilidad de los y las estudiantes, se han desarrollado distintas iniciativas cuyo objetivo final es expandir los horizontes de las y los estudiantes, logrando, a través de una formación crítica, eliminar estereotipos y/o barreras, procurando que sus vocaciones no se vean limitadas. Su proceso de formación es una invitación a explorar y desarrollar un proyecto profesional y laboral basadas en sus propias capacidades e intereses, independiente de su género.
[1] Columna publicada en el Boletín N°53 Observatorio Duoc UC.
[2] STEM, sigla en inglés es el acrónimo de los términos Science, Technology, Engineering and Mathematics.
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