Actualmente el acceso a la tecnología, la disminución de sus costos asociados, los avances de los procesos productivos y la alta penetración de internet en computadores y toda clase de equipos portátiles, ha revolucionado la forma en que nos informamos y comunicamos. El surgimiento de internet y la explosión de páginas web con diversos contenidos, permitió la democratización del acceso a la información ya que casi cualquier cosa que buscáramos, literatura, música, películas, etc. estará disponible en internet.
En esta búsqueda frenética de contenidos, provocó que muchas veces se pasara por alto los derechos de autor. Sin embargo, con el tiempo fue cambiando el modelo de negocios. Internet se ha vuelto restrictivo y la legislación internacional se ha endurecido castigando a los infractores. Ahora internet se ha centralizado en los contenidos creados, con el fin de obtener ganancias por medio de la publicidad o a través del pago por suscripción a un servicio.
El surgimiento de internet también afectó el modo y las posibilidades de aprender. Antiguamente para cursar estudios se debía estar durante varias horas en la sala de clases, pero desde hace algunos años han aparecido ofertas académicas flexibles que se ajustan a la necesidad de cada usuario, y a la disponibilidad de tiempo que este tenga. Hoy basta con poseer un dispositivo electrónico, (computador, teléfono o tablet) que cumpla con ciertas características para ingresar a un aula virtual, la cual está disponible las veinticuatro horas del día los siete día de la semana. En esta modalidad podemos encontrar sistemas de aprendizaje que pueden ser tanto gratuitos como de pago, de libre acceso o restringidos, colectivos, etc. Un ejemplo concreto son muchos de los videos tutoriales de Youtube que en su mayoría permiten aprender de diversas materias, desde las maneras de cocinar un huevo, hasta cómo funciona un motor de combustión interna, entre otros. Esta forma de aprendizaje es libre, gratuito y dependerá exclusivamente del tiempo e interés que dedique el usuario a aprender.
Los modelos más tradicionales como los propuestos por las instituciones de educación superior manejan un formato para controlar asistencia online en la asignatura, apoyan su aprendizaje con tutorías y controlar los aprendizajes esperados a través de test y pruebas presenciales, ya que finalmente se pretende acreditar que se ha obtenido este conocimiento el cual conlleva a la obtención de un diploma, título o cualquier otra acreditación dispuesta por la institución.
Por otra parte, se ha superado la barreras de la distancia geográfica que por ejemplo impedían asistir a una conferencia, curso, diplomado, etc. Hoy todo esto se ve posibilitado por la tecnología. Hoy en día, un experto en cualquier parte del mundo puede utilizar MOOC (Massive Open Online Curses, que español sería cursos masivos abiertos online) para difundir conocimiento. Por mencionar un caso cercano, hace un par de años una amiga diseñadora tomo un par de cursos de programación web con especialistas argentinos vía online utilizando SKYPE. Las clases consistían en chat de video en que se explicaban la parte teórica y se planteaban ejercicios para la aplicación práctica. A la vez, este ejemplo, nos demuestra que no es necesario disponer de una gran infraestructura tecnológica para impartir conocimiento.
La pujante evolución tecnología nos entregó el concepto de que a más tecnología mayor seria nuestra libertad para administrar el tiempo. En la modalidad online existe la ventaja de que cada alumno puede administrar sus horarios, lo que al parecer no ha sido tan promisorio ya que al consultar a los que no han obtenido buenos resultados, su principal respuesta es que no han podido dedicar el tiempo suficiente a sus asignaturas. Esto pasa a ser un contrasentido a la modalidad escogida, ya que esta debiera ser un medio para tener más tiempo. Aquí es donde se debe analizar con mayor profundidad lo siguiente: ¿somos un país con la cultura suficiente para adoptar con responsabilidad las modalidades educativas que dependen exclusivamente de nuestra forma de administrar el tiempo?, ¿Respetamos más las modalidades tradicionales en las cuales debemos presentarnos a cierta hora en cierto lugar con un docente en sala que entrega conocimientos? Por otro lado, ¿tenemos menos respeto por una modalidad al no estar en un espacio físico compartiendo con otros, o solo se trata de un tema de nuestra cultura latinoamericana a la cual le hace falta un poco más de disciplina? Esto último, explicado por una inequidad y baja calidad del sistema escolar que no se enfoca en generar metodologías de “el cómo lograrlo”, sino en solo obtener resultados.
También es importante destacar que la brecha generacional entre el profesor o tutor (experto en su área) y el alumno en cual es un nativo digital (nacidos después de 1980 y 1990 cuando ya existía tecnología digital desarrollada). Estos últimos superan en algunos casos a los docentes en conocimientos tecnológicos, lo que puede ser beneficioso en el caso de existir transferencia de conocimientos del uno al otro. Pero puede ser perjudicial también dando posibilidades a estudiantes para copiar en pruebas usando WhatsApp u otro instrumento de transferencia de contenidos.
Duoc UC debería ver a la educación online como una alternativa a futuro. En Chile, tal como ocurre en Europa, se proyecta una baja en la natalidad y el aumento de adultos mayores (este cambio demográfico se produce por temas de nivel económico y de calidad de vida), por lo cual podemos suponer que en algún minuto disminuirá la demanda de carreras en institutos profesionales y universidades. En cambio, este nuevo segmento demográfico que se encontrará en el campo laboral demandará métodos no convencionales de capacitación y perfeccionamiento, para lo cual la metodología e-learning se acopla bastante bien siendo un facilitador de esta demanda.
Recordar también que la reforma a la educación en Chile no considera el financiamiento y gratuidad de las metodologías FOL (full online), será importante reflexionar en este aspecto y quizás reconsiderar la incorporación ya que ésta podría tener una gran relevancia en lo que llamamos “movilidad” a nivel socioeconómico, la gratuidad en esta modalidad apoyada, como se mencionó con anterioridad, en la generación de “disciplina” podría disminuir la brecha económica ya que los estudiantes que trabajan para pagar sus estudios podrían utilizar estos mismo ingresos para ir en apoyo de sus familias.
Queda en manos de la sociedad de la tecnología y educación la responsabilidad de un profundo análisis para el cambio de paradigma en la educación Online y su futuro impacto en el país, su proyección como medio para traspasar la barrera socioeconómica y ser un impulsor de bien para la sociedad y el crecer con igualdad.
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