Desde noviembre de 2022, con la irrupción de ChatGPT, hemos sido testigos de una vertiginosa explosión de aplicaciones y modelos de Inteligencia Artificial (IA). Esta revolución, que llevaba más de setenta años gestándose, transformó en realidad lo que parecía propio de la ciencia ficción. Hoy la IA no solo forma parte de nuestra vida cotidiana, sino también de nuestro quehacer profesional. Este escenario nos invita a reflexionar sobre sus verdaderos alcances, en particular en el ámbito educativo, donde mi experiencia docente en Duoc UC y mi formación en un Magíster en Inteligencia Artificial me han otorgado una nueva perspectiva.
Mi acercamiento a la IA comenzó en febrero de 2023, cuando descubrí ChatGPT y logré generar un pequeño programa para un microcontrolador Arduino. Más tarde, al iniciar el magíster, enfrenté conceptos que al principio parecían abstractos o alejados de mi visión inicial. Sin embargo, la inmersión en el funcionamiento interno de los sistemas de IA —cómo procesan, deciden e interactúan— se reveló como un conocimiento esencial. Comprender estos fundamentos abrió un abanico de posibilidades y me llevó a plantearme preguntas reveladoras: ¿qué quiero hacer?, ¿qué puedo desarrollar?, ¿qué deseo crear hoy?
En solo dos años y medio, la evolución de los sistemas de IA ha sido asombrosa. Hoy existen modelos capaces de programar, responder preguntas, generar flujos completos de trabajo y manejar un conocimiento vasto en múltiples áreas. Estas capacidades han transformado lo que antes parecía ficción en una realidad tangible, modificando de manera profunda nuestras expectativas en distintos campos de la vida profesional.
Más allá de los grandes modelos de lenguaje más conocidos —como ChatGPT, DeepSeek, Claude, AI Studio o Gemini—, la IA ha dado paso a agentes capaces de ejecutar secuencias completas de tareas. Estas van desde enviar mensajes de voz y agendar reuniones, hasta programar un microcontrolador con una simple instrucción hablada, sin necesidad de escribir código. Esta nueva frontera tecnológica redefine la relación entre las personas y las máquinas.
Ahora bien, esta evolución no es solo un logro técnico; representa también un desafío para la docencia. Muchas prácticas que antes eran esenciales en la enseñanza hoy pueden volverse obsoletas. Esto obliga a repensar metodologías, redefinir el foco educativo y preguntarnos qué es realmente relevante para la formación de los estudiantes. En Duoc UC esta reflexión es constante, pues nuestra misión es preparar profesionales y técnicos capaces de enfrentar los desafíos del mañana.
En mi caso particular, como docente de la asignatura de Robótica, he podido aplicar conceptos básicos de IA en el aula. Aunque la malla lo exige solo en una unidad, los aprendizajes obtenidos en el magíster me han permitido motivar a mis estudiantes en el uso de pequeños modelos de IA aplicados al control industrial. Las experiencias han sido enriquecedoras: los estudiantes no solo profundizan en los sistemas automatizados, sino que descubren nuevas formas de optimizar procesos productivos, desarrollando pensamiento crítico y capacidad de resolución de problemas.
Uno de los desafíos más relevantes ha sido adaptar el currículo para integrar estas herramientas de forma práctica y accesible, considerando tanto los recursos disponibles como la base de conocimientos de los estudiantes. Asimismo, la constante actualización docente resulta imprescindible, no solo para manejar las nuevas tecnologías, sino para aplicarlas pedagógicamente y despertar la curiosidad en los alumnos.
La IA se convertirá en una herramienta indispensable para las próximas generaciones, del mismo modo que lo son hoy la calculadora, el teléfono o el computador. Pertenezco a una generación en la que tener un computador en casa era casi impensable, y he sido testigo de cómo la tecnología ha acelerado la invención y el descubrimiento. Hoy resulta cotidiano interactuar cordialmente con una máquina, algo que hace algunas décadas parecía imposible.
Además de mi labor docente, mi formación en el magíster me ha permitido aplicar la IA en proyectos vinculados a la industria, los cuales enriquecen mi práctica académica en Duoc UC. Actualmente colaboro con una empresa minera en el desarrollo de un modelo de IA para optimizar procesos, como parte de mi proyecto final. También trabajo en un sistema de visión artificial para la robótica industrial y, a nivel personal, desarrollo un modelo que analiza patrones en audio con el fin de predecir el comportamiento de una máquina.
Estas experiencias me han dado una visión directa del impacto de la IA en sectores clave de la economía y de la necesidad de preparar a nuestros estudiantes para liderar esa transformación. El conocimiento aplicado en estos proyectos se traduce en ejemplos prácticos que fortalecen la formación de futuros técnicos y profesionales de Duoc UC.
En conclusión, la IA debe ser entendida como un aliado estratégico, capaz de potenciar nuestras actividades profesionales y, sobre todo, los aprendizajes de nuestros estudiantes. Para ello es fundamental que los docentes nos actualicemos permanentemente y comprendamos a fondo sus alcances. Desde mi rol en Duoc UC me entusiasma seguir explorando cómo la IA puede enriquecer la enseñanza y la innovación.
Mi mayor aspiración es que en cada ambiente de aprendizaje la pregunta central sea: ¿Qué vamos a mejorar o crear hoy? En el futuro, las interrogantes no estarán centradas únicamente en conocimientos específicos, sino en qué necesitamos transformar. Aunque hoy la IA nos sorprenda, aún depende de las grandes preguntas que nosotros planteemos. Por eso, nuestro verdadero desafío no es que la IA piense por nosotros, sino que nosotros pensemos cuáles son las grandes soluciones que requiere la sociedad.
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