19 de Octubre, 2015

Hacer clases para no olvidar lo esencial

Andrés Ramírez Mahaluf.

Andrés Ramírez Mahaluf.

Subdirector Académico de la sede Maipú de Duoc UC

4 minutos de lectura

Durante los cuatro años que llevo trabajando en Duoc UC, nunca ha dejado de llamarme la atención el grado de motivación de los colaboradores, tanto así, que estoy convencido que sin darnos cuenta se ha trasformado en un elemento diferenciador dentro de la industria, y posiblemente nos ha permitido desarrollar ventajas competitivas frente a otros actores.

Al respecto, hay labores y áreas dentro de la institución que están un poco más lejanas de la formación integral de nuestros estudiantes, engranaje esencial que nos mueve y motiva a destajos. Por ejemplo, nuestro aporte como área administrativa tiene por tarea fundamental velar por la salud financiera de la sede, regulando que no se escapen los gastos operacionales por sobre lo presupuestado, facilitar la ejecución de las actividades y mantener las cuentas de los alumnos en orden. Para lograr los objetivos cuento con un equipo de personas excepcional y comprometido en dicha tarea.

Sin embargo, es fácil que la sensación generalizada en áreas de este tipo sea sentirse como un anexo a la gestión diaria al no estar en contacto con los alumnos ni relacionados con el área académica que es el motor de nuestra institución.  Al mismo tiempo, es fácil que desde la esquina económica nos olvidemos de lo complejo que es educar, y no tomemos en cuenta la mirada fresca de nuestros alumnos de hoy.

Motivación ante todo para mantener nuestro sello

Tal como lo haría cualquier organización, lo que no se debe hacer por ningún motivo es perder el elemento diferenciador que te permite mantener tu ventaja competitiva en el sector donde te desenvuelves. Es aquella ventaja que hace a la organización especial y con un sello diferente, que finalmente la convierte en la mejor opción entre todos los competidores. Por lo mismo soy un convencido que tal como hoy está en el ADN de quienes trabajan en Duoc UC, debemos cuidar y mantener la motivación por mantener a nuestros alumnos en el centro. Y tanto la motivación, como la amistad y la felicidad son elementos que debemos nutrir todos los días para mantenerlas tal y como queremos que estén.

A raíz de lo anterior los últimos tres años he tenido la suerte de dictar la asignatura Finanzas de Largo Plazo a las carreras de Ingeniería en Administración y Administración Financiera. Solo una sección al año el primer semestre, en jornada diurna. Sin duda es el mejor momento del día laboral, todos los años han sido distintos, y a la fecha he tenido buena recepción por parte de los alumnos.  Cuando se entra a la sala de clases se olvidan los presupuestos, los sistemas, y recuerdo que tras cada RUT hay un alumno con alguna historia detrás. Esa dicotomía abrupta y disruptiva, remece, reenfoca y finalmente te motiva. En resumen, hace bien.

Tras conversar con muchos funcionarios de Duoc UC resulta que varios se han planteado alguna vez “hacer clases” en nuestra institución, sin embargo, han existido razones de sobra para no hacerlo. Estas típicamente obedecen al sobreesfuerzo que esto implica en tiempo de trabajo que hoy no tenemos. Si bien es cierto que hacer clases ocupa bastante tiempo, no debemos verlo solamente como un “hobbie laboral”. De hecho, sugiero que lo veamos como la mejor jornada motivacional a la que podemos asistir, un excelente laboratorio de creatividad de testeo inmediato, y un espacio de encuentro y retroalimentación con respecto a nuestra gestión diaria. Y tal vez el mejor aporte de todos, nos permite hablar desde “donde las papas queman”, o mejor dicho con conocimiento de causa.

Tiempo atrás en nuestra sede implementamos talleres donde muchos que no éramos docentes de asignaturas curriculares debimos enseñar. Yo hablé de felicidad, otros hablaron de comunicación, otros de normas ISO, primeros auxilios, etc. Nunca escuché algún arrepentido, al contrario, todos lo pasamos muy bien. Por lo que escuche de nuestros alumnos, para ellos también fue una buena instancia de formación.

Si bien es probable que no todos encuentren su fuente de motivación en hacer clases, también es cierto que como dice el chef Gusteau “un verdadero chef puede venir de cualquier parte”. Por lo mismo los invito a considerar nuestras propias salas de clases como talleres de motivación, capacitación e innovación de nuestro quehacer diario. 

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