La sede Melipilla se ha caracterizado por tener resultados e indicadores buenos. A veces se menciona que al ser una Sede de menor cantidad de alumnos los procesos podrían ser menos engorrosos. Por otro lado, que el equipo de trabajo tiene una cultura distinta al ser una Sede “Provincial” ubicada dentro de Santiago. Todo esto eran solo hipótesis que debíamos corroborar, en conjunto con la Dirección de la Sede y el equipo de Directores de Carrera, antes de definir cuáles serían los objetivos y planes de trabajo para el 2016 y los próximos 5 años dentro de Melipilla.
En mi experiencia anterior dentro de la Institución, a la sede Melipilla la conocía por algunos de sus resultados obtenidos y por el nivel de cobertura que tenía (cantidad de alumnos), lo que me obligo a plantearme otro gran desafío: entender y conocer la cultura interna de las personas y su trabajo, y cómo sus gestiones impactaban a nuestros alumnos.
Para esto es que partimos conociendo cada uno de los procesos y como se estaban desarrollando en la Sede, sobre todos los académicos, y una de las principales conclusiones es que las tareas y sus resultados obtenidos no necesariamente iban de la mano a procesos estándares para todos los equipos internos, lo que podría llegar a impactar en el futuro con la proyección de crecimiento que tenemos gracias a la nueva Sede que está en construcción. Es así decidimos estandarizar los procesos académicos y administrativos con el objetivo de mantener y mejorar los buenos indicadores existentes en la Sede, sin perder el norte de que esta regularización de procedimientos debiese impactar de manera positiva en las personas con las que trabajamos día a día gracias a una claridad en el diseño del trabajo.
Con estos antecedentes comenzamos a definir cuáles serían nuestros objetivos para Melipilla de acá al 2020, de la mano al Plan de Desarrollo Institucional; y es así que establecimos que 2 de nuestros propósitos son gestión en el desarrollo de las personas y gestión de excelencia.
Una de las primeras tareas fue, con el equipo directo (Directores de Carrera y DARA/CGA), establecer flujos internos de procesos académicos identificando responsables, tiempos de acción, canales de comunicación hacia los alumnos y tiempo de respuesta. Por otro lado iniciamos la revisión del Reglamento Académico para que fuera la guía de trabajo para toda el área, entre otras cosas. Es importante destacar que en este punto ha sido fundamental el trabajo colaborativo de cada una de las jefaturas y sus equipos, cada uno aportando desde su mayor experiencia y conocimientos y sobre todo, teniendo claro nuestro foco principal: nuestros alumnos.
Otro rol importante es el que ocupan nuestros docentes dentro de la Institución, por lo que una prioridad del 2016, y que sigue siendo este año, fue cómo sería nuestra relación con ellos y cuales debiesen ser las prioridades para el equipo de Coordinación Docente. Es así que definimos 3 aspectos principales a desarrollar para ellos: 1) Foco en las tareas administrativas (auditorías internas, registro de carpetas, seguimiento a recuperaciones de clases, manejo de disponibilidad de salas, etc.), 2) Deberes formales de los docentes (cumplimiento de procesos y fechas establecidas, trabajo con el Calendario Académico, Reglamento Docentes y Reglamento Académico, asistencia en línea, etc.) y 3) Bienestar docente (mejorar sus espacios de trabajo, trabajo colaborativos con ellos, premiación de docentes destacados, fechas importantes, etc.)
Sin duda que los desafíos propuestos para el 2016 van de la mano con ejes de trabajo para el presente año, buscando continuar con las buenas prácticas, manteniendo los buenos resultados ya exhibidos y potenciando el desarrollo profesional de los colaboradores.
El trabajo que hemos realizado y estamos realizando en este sentido, se justificó de mayor manera este año con el ingreso de los 4 nuevos coordinadores de carrera y los 3 nuevos colaboradores en la coordinación de los Programas Transversales. Experiencia que ha sido gratificante al contar con un equipo de trabajo estable e indefinido, en donde pude, en conjunto con ellos, establecer un plan de trabajo enfocado no solo en la coordinación de los Programas como tal, sino que también en el trabajo colaborativo con toda la Sede, una mayor y mejor presencia en los procesos académicos, una participación activa en mejorar la permanencia de nuestros alumnos y la oportunidad de poder dar a conocer las iniciativas innovadoras que se están desarrollando en Melipilla.
Sumado a todo lo anterior, los desafíos para este año en el área académica son seguir consolidando los distintos procesos internos, pero principalmente fortalecer el trabajo en conjunto con UAP en lo que se refiere al seguimiento y asignación de docentes, trabajar con los deberes y obligaciones formales de ellos, generar equipo (sobre todo con las nuevas incorporaciones), y por último, una participación activa de la Subdirección Académica en la acreditación Institucional.
En varias oportunidades he escuchado que el gran cambio será cuando tengamos la Sede nueva, con nuevos espacios y con una capacidad organizativa distinta a la actual, pero como Dirección hemos sido claros en que el cambio ya comenzó y que los más de 6.000 m2 nos traerán un aporte a que podamos hacer de mejor manera nuestra funciones siempre con el foco central en lo que nos define nuestra Misión Institucional: “Formar personas en el ámbito técnico y profesional, con una sólida base ética inspirada en los valores cristianos, capaces de actuar con éxito en el mundo laboral y comprometidos con el desarrollo de la sociedad”.
0