Un modelo educativo representa esa expresión transformadora, motivante y hasta cómplice de cómo vamos a lograr plasmar lo que nos hemos planteado como propósito en los hechos. Es la manera en que se expresa en el hacer la esencia de un grupo humano dispuesto a entregar lo mejor de sí en servicio de la formación de otros. Un modelo educativo da cuenta también de cómo se conjugan los diferentes perfiles, características y ante todo los liderazgos de las personas que componen la comunidad educativa. Por último, un buen modelo educativo debe saber recoger lo que pasa en el entorno para poder dar respuesta a las necesidades de este, y hacerlo desde el resultado mismo que arroja el proceso de enseñanza y aprendizaje. De ahí que un buen modelo educativo debe saber dar cuenta de los tiempos en los que nos encontramos, no ser ajeno a las circunstancias del medio, porque debe ser un buen catalizador de lo interno y externo, para que en ese proceso de osmosis el estudiante salga favorecido, y con condiciones de aprendizaje que fueron contextualizadas, activas y significativas, como propone el Modelo Educativo de nuestra casa de estudios.
Sin embargo, es crucial preguntarse ¿Por qué hacemos las cosas? ¿Qué nos motiva a hacerlo? ¿Cuál es el propósito de nuestras acciones? Muchas veces se habla de los valores universales como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, etc. como un fin en sí mismos, esos que se sindican para ser “buenas personas”, “buenos ciudadanos”. Pero para los católicos hay algo mucho más profundo que ser meramente buenas personas por que hay que serlo, y para explicarlo, lo primero que sugiero tener presente es algo conceptual de base, el significado de la palabra católico, que paradójicamente ni los mismos católicos muchas veces conocemos. Católico viene de la raíz griega καθολικός o katholikós que significa Universal, que comprende o es común a todos (RAE). Este primer y básico entendimiento nos permite comprender lo esencial que Cristo nos ha pedido, una iglesia donde nadie sobra y donde todos son bienvenidos, una iglesia que formamos todos, y de donde el ejemplo vivo de esos valores universales en nuestra vida, nos permiten servir a Dios. Es por lo anterior que un Modelo Educativo como el de Duoc UC, resulta ser una poderosa herramienta de bien para la sociedad, porque ya teniendo claro el por qué (que vendría siendo nuestro Proyecto Educativo) el modelo nos habla del cómo se cimienta en un piso firme los valores cristianos, a través del trascendente y transformador proceso de enseñanza aprendizaje, dando cuenta de la relevancia en la formación integral basada en valores.
Es de toda justicia por lo tanto rescatar del Modelo Educativo justamente su propuesta basada en competencias, que ahora nos invitan a llevar un paso más adelante de la mano con las capacidades de cada persona, ya sean estudiantes, docentes o administrativos. Competencias y capacidades expresados en resultados de aprendizajes, es una combinación innovadora, que puede llevar a abrazar los anhelos más insospechados del desarrollo pleno de una persona, porque es la habilidad de un modelo educativo, el que pueda identificar en el educando, todo ese potencial como ser humano digno, irrepetible, lleno de virtudes y talentos, los que motivados, entrenados y mejorados, pueden hacerle llegar a estadios de desarrollo inusitados para la misma persona y quienes les rodean.
Desde este alero conceptual, se puede señalar que en este Modelo Educativo hay mucho de la teoría de potencia y acto de Aristóteles, porque en potencia un estudiante que ingresa a Duoc UC puede llegar a ser un gran profesional que aporta a una sociedad mejor, y cuando eso se materializa y comienza a ejercer como profesional se configura el acto. Dicho de otra manera, un estudiante es en potencia mucho más de lo que representa en su ingreso, y lo maravilloso de esta lógica es que nosotros tenemos el deber de que esas capacidades potenciales que trae, que le son inherentes, que le pertenecen, que lo hacen único y virtuoso o virtuosa, ellos las puedan descubrir y/o potenciar con sus propias capacidades.
Por otra parte, otro aspecto a resaltar, es que el Modelo Educativo pone de manifiesto el interés de invitar al estudiante a un proceso de aprendizaje y formación que promueve trayectorias formativas y laborales continuas, siendo este uno de los elementos que mejor dan cuenta de la real preocupación de la institución (desde sus orígenes), de disponer de programas de estudios ajustados a la verdad, a la necesidad del mundo laboral y en el entendido que las personas siempre nos encontramos en etapa de formación continua, especialmente durante sus vidas productivas. En ello es de toda justicia valorar el esfuerzo institucional de entregar una mirada de educación continua a un plazo aproximado de 60 años, entregándole seriedad y compromiso institucional, teniendo una mirada trascedente y no de corto plazo.
Cabe señalar que otro punto a destacar en la formación de Duoc UC, es que ella no es con foco en formar meramente técnicos y profesionales, sino que ante todo formar, a través de esta experiencia formativa, personas íntegras, que cuenten con las herramientas para expresar la mejor versión de ellos mismos si así se lo plantean, personas que puedan sentirse libres, plenas, llenas de intenciones de agregar valor al entorno, de entregar fortaleza y orgullo a sus seres queridos, a sentirse útiles y pertinentes para ayudar a seguir construyendo nuestro país.
Desde nuestra Escuela de Turismo y Hotelería, este Modelo Educativo es un traje a la medida, dado que la impronta ético cristiana se expresa en un genuino sentido de servir al otro, de darse a los demás, de ser feliz haciendo feliz a otros, todos elementos del cristianismo, y razón por la cual no somos simplemente buenas personas o “buena onda” porque se dice que hay que serlo, porque es lo que corresponde, sino que por un propósito más profundo, que es servir a Dios desde este oficio o actividad del Turismo y la Hotelería, una actividad que por esencia tiene el servir a otro para ayudarle a encontrar ese sano y necesario espacio de ocio y recreación.
Por todo lo anteriormente dicho, la relevancia de este Modelo Educativo nos guiará, por ejemplo, a que como Escuela suscribiremos a un trabajo de un nuevo CAPE que nos permitirá cerrar con mayor fuerza y también de manera muy innovadora, varias brechas y necesidades de nuestros currículums, manifestadas por la industria durante los últimos años, donde todas se inspiran y guían por los elementos solicitados por el Modelo Educativo, tales como las capacidades de prospección, procesos ágiles de diseño curricular, currículum flexible y estrategias formativas conjuntas con el medio laboral.
Durante los próximos meses el Modelo Educativo será presentado también a todos los docentes, estudiantes y directivos de la escuela a lo largo de Chile, junto con el nuevo Plan Estratégico de la misma para los años 2021 – 2025.
Desde la Escuela de Turismo y Hotelería, este nuevo Modelo Educativo es sin duda alguna, nuestro timón y brújula del barco, el que nos ayudará a llegar a puerto seguro y sobre todo a aportarle a nuestro país por medio de nuestros queridos estudiantes. Que viva Duoc UC.
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