“La única forma de aprendizaje es el autoaprendizaje.” Alvin Toffle
El Programa de Acompañamiento Docente (PAD) tiene por objetivo fortalecer y desarrollar prácticas pedagógicas que promuevan la implementación del proceso de enseñanza- aprendizaje, la innovación y evaluación para mejorar la calidad de los aprendizajes de los estudiantes. Para tal efecto, el asesor(a) pedagógico, encargado de guiar el proceso de acompañamiento y apoyo a la docencia, establece un vínculo significativo con los docentes asesorados que le permite apoyar, motivar y modelar los ejes fundamentales del Modelo Educativo y transmitir su concreción en el aula.
Quisiera detenerme en el rol del asesor UAP y relevar el proceso de vinculación como una oportunidad de conocimiento entre dos profesionales e identificación de fortalezas y oportunidades de mejora. Mediante este proceso el asesor(a) logra comprender y reflexionar en torno a los múltiples factores que inciden en el proceso de enseñanza y aprendizaje, llegando a una construcción personal y profesional de ese “ser docente”.
Por tanto, se hace necesario abordar la capacidad de autoaprendizaje y liderazgo del asesor(a), los cuales son desafíos permanentes para este rol. Estos se activan en la relación dialógica que se establece en los encuentros del asesor con cada uno de sus docentes, así también en las observaciones de clases y en las retroalimentaciones. Todo ello tiene por objetivo desarrollar la mirada reflexiva de la práctica docente y cómo la mejora de esta se constituye como un proceso continuo para nuestro quehacer profesional.
“Todo liderazgo comienza por el liderazgo de uno mismo y por la capacidad de autoaprendizaje”, de acuerdo a ello, Pittinsky (2009) subraya que el líder ha de propiciar la coordinación y consolidación de los grupos con los que interactúa, logrando mejorar la cultura y promover el máximo compromiso de todas las personas implicadas; se destaca el valor de la alofilia, que propicia actitudes favorables hacia todos los miembros del equipo. Por su parte, Morales (2012) considera que la función de los líderes ha de basarse en el fomento de la confianza mutua y en el desarrollo de las relaciones positivas entre todas las personas implicadas en el programa y en las instituciones educativas.
Nuestro contexto educativo considera el aprendizaje como un proceso de transformación en el que interactúan estudiantes como sujetos activos. Sin embargo, este proceso transformador solo puede transmitirse si se vivencia de igual modo; por tal razón es condición que en el proceso de acompañamiento conviva la disposición hacia el cambio, la confianza y el compromiso. Todo lo anterior, liderado por el asesor pedagógico.
“Liderazgo es influencia; nada más, nada menos.” John C. Maxwell.
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