En la era del marketing 3.0, donde lo que prima es mantener relaciones rentables y a largo plazo con “personas” y donde el término “Human spirit” acuñado por Phillip Kotler cobra mayor significado, las empresas deben trabajar en la consolidación de la relación tanto con sus colaboradores como con sus clientes. Lo anterior, ¿se podrá relacionar con la felicidad en las organizaciones?,
La RAE define felicidad de la siguiente forma: “Felicidad es un estado de ánimo de las personas que se sienten satisfechas por disfrutar con lo hacen”. Si bien puede parecer un concepto demasiado abstracto, subjetivo y relativo, en las organizaciones de hoy en un tema relevante entre quienes dirigen y tienen altos puestos.
Se debe destacar que la ONU declaró que: “La búsqueda de la felicidad es inherente al ser Humano”; y como ejemplo tenemos a BUTÁN, país que aunque pequeño, mide su felicidad Interna bruta marcando un hito como ejemplo para otros países.
¿Estaremos preparados para esto en Chile? Se sabe que muchas organizaciones se han preocupado del tema. En Chile, por ejemplo, existe el Instituto del bienestar. El Instituto del Bienestar (IBE) es una organización interdisciplinaria que nace el año 2011 a partir de la reunión de varios profesionales expertos en salud mental que trabajan el tema de las relaciones saludables, el bienestar y la felicidad. Presidido por Daniel Martínez (médico psiquiatra) y sus directores, IBE Chile lo integran: Lorena Zamora A. (Psicóloga), Mónica López (Psicóloga) y Wenceslao Unanue (Psicólogo Economista).[1]
Ellos organizan un encuentro llamado “Encuentro de la Felicidad” donde participa también la empresa Coca Cola Company, Eventual Chile y el programa Campus Saludable de la UC.
Este es un ejemplo de asociación que bien podría ser seguido e imitado. Pero volviendo al tema empresarial: ¿estarán las PYME preparadas para este asumir el compromiso de incorporar la gestión de la felicidad cómo objetivo estratégico de desarrollo? Es definitivamente un camino que debemos recorrer y que probablemente será largo en una sociedad que no acostumbra a relevar estos aspectos en las organizaciones. La influencia de tener jefaturas deficientes eleva el número de renuncias, por eso se recalca que los trabajadores no renuncia a la empresas si no renuncian a los “malos jefes”.
Desde una estrategia de marketing las personas son extremadamente relevantes, esto significa que cualquier estrategia de marketing debe estar centrada en las personas y destinada a ellas. Personas que le dan importancia a los valores, que sienten, opinan, ríen, se emocionan y comparten todas esas vivencias en las redes sociales.
La importancia de las relaciones humanas en las organizaciones es fundamental Desde una estrategia de marketing. Las personas son extremadamente relevantes, esto significa que cualquier estrategia de esta índole, debe estar centrada en las personas y destinada a ellas., tener un buen clima laboral y relacional es fundamental para que los colaboradores realicen sus actividades laborales con alegría; esto se refleja en la atención al cliente, estableciéndose como un valor agregado.
Otro aspecto a considerar es la influencia de las redes sociales. La experiencia que les proporcionemos a los colaboradores y a los clientes es conocida en tiempo real por tantas personas como estén en la red social.
Si usted es un empresario reticente a participar en las redes sociales, es necesario que entienda que en tiempo real, alguien está hablado de usted y su empresa a través de ellas y por ende, ya está participando. Por eso las empresas deben hacerse cargo y actuar como líderes de opinión para crear tendencias favorables. Es parte de la estrategia, es parte del marketing de este tiempo. Y una empresa orientada a las personas podrá manejar las redes sociales con mayor naturalidad que una que no lo es.
El marketing de las personas o human spirit responde a una tendencia mundial, responde a lo que siempre hemos sido: personas únicas e irrepetibles con distintas necesidades a satisfacer y con el deseo de sentirnos únicos e importantes para las empresas que elegimos.
Esto significa que debemos intervenir la cultura corporativa si es necesario, intervenir e influenciar en la esencia de la empresa, en su identidad, y en su personalidad de acuerdo al comportamiento real de la empresa en el mercado y en la sociedad.
¿Basta con que declare que soy una empresa orientada las personas? No, no basta, debemos demostrarlo en todas las acciones realizadas, debemos ser socialmente responsables con la comunidad, con los clientes internos, por cierto con los clientes externos y con los steakholders.
“Humanizar las empresas es un trabajo difícil, la recompensa no solo es económica, es además gratificante porque nos damos cuenta que trabajamos a nivel de felicidad organizacional y que por lo tanto se traduce en colaboradores felices que quieren hacer felices a los clientes ya sea a través de nuestro producto o de nuestro servicio”. [2]
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