“Cristo vive…y te quiere vivo”[1]. Así comienza y así termina, respectivamente, el primer párrafo de la exhortación apostólica del Papa Francisco, dirigido a todos los fieles, pero especialmente a los jóvenes. Si bien es cierto va dirigido a los jóvenes creyentes, el Santo Padre es explícito en señalar que también busca dialogar con todos los jóvenes, independientemente de sus creencias (cfr.CV4).
Resulta fácil entender entonces por qué dicho escrito tiene particular relevancia para nosotros que acogemos en nuestra institución a más de 100 mil alumnos, la gran mayoría de ellos jóvenes. El documento puede convertirse en una verdadera carta Gantt para nuestra labor educativa.
¡Y es que la cultura de la muerte amenaza directamente a nuestros estudiantes en forma descarnada y trágica! Lo que Juan Pablo II señalaba acerca de la cultura de la muerte[2], se ve reflejado -por ejemplo- en las alarmantes cifras de las tasas de suicidio en Chile, con una significativa proporción de ellos en el área juvenil.
De ahí que nuestra misión como Duoc UC puede entenderse como un gran desafío a despertar en los jóvenes el anhelo a descubrir el sentido de sus vidas y de su misión. En uno de los párrafos quizás más sinceros y desafiantes de la exhortación, el Papa Francisco insta a los jóvenes: “Jóvenes, no renuncien a lo mejor de su juventud… no sobrevivan con el alma anestesiada ni miren el mundo como si fueran turistas. ¡Hagan lío! Echen fuera los miedos que los paralizan, para que no se conviertan en jóvenes momificados. ¡Vivan! ¡Entréguense a lo mejor de la vida! ¡Abran la puerta de la jaula y salgan a volar! Por favor, no se jubilen antes de tiempo” (CV143).
Para nosotros como Institución Católica la opción por la vida no solo se juega por defender la vida “biológica” en todas sus instancias, sino principalmente por ofrecer a nuestros jóvenes la posibilidad de entrar en contacto con Aquel que no solo da la vida, sino quien ES la vida misma: Dios. Nuestra tarea educativa no solo es temporal e inmanente, sino también trascendente, invitamos a descubrir y encontrar la Verdad, Jesucristo.
Si logramos entregar a nuestros alumnos una educación de calidad, basada no solo en principios, conocimientos técnicos y especializados, sino también en una sólida enseñanza católica en los ámbitos de la antropología y ética, por cierto que estaremos contribuyendo no solo a disminuir la tasa de suicidios en Chile, sino a mejorar los preocupantes índices de depresión, corrupción, drogadicción, alcoholismo, VIH, y un largo etcétera que son algunas de las muestras de que la cultura de la muerte y del descarte amenaza con instaurarse en el corazón y mente de nuestros jóvenes. ¡Nuestros jóvenes nos necesitan y debemos estar a la altura de este momento tan desafiante!
Animo a todos a tomar en sus manos este interesante documento para que podamos promover en nuestra institución y sociedad una cultura de la vida, y así podamos contribuir a ese anhelo tan propio del corazón de Jesús: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn.10, 10).
[1] https://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20190325_christus-vivit.html
[2] Entre numerosos documentos y charlas, destaca por cierto la Encíclica Evangelium Vitae, el Evangelio de la vida.
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