Dos millones de jóvenes no podían creer lo que estaban escuchando. Francisco, el Papa, decía que en algunos casos la vida se entendía como si fuera un sofá: uno “que nos ayuda a estar cómodos, tranquilos, bien seguros”. Lo llamó “la sofá-felicidad”, que hace que “poco a poco, sin darnos cuenta, nos vamos quedando dormidos, nos vamos quedando embobados y atontados mientras otros -quizás los más vivos, pero no los más buenos- deciden el futuro por nosotros”. Y luego invitó a “cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos horizontes… Hemos venido a dejar una huella”. Esa huella se traza con Jesucristo y los jóvenes, que aplauden a rabiar al Papa, lo tienen claro.
Entre ellos hay siete estudiantes que han viajado más de 13 mil kilómetros para estar allí. Son alumnos de Duoc UC que ahora toman mayor conciencia de que son protagonistas de la historia presente y que pueden construir un futuro mejor a la luz de la fe y al servicio de los demás. Han venido a la Jornada Mundial de la Juventud en la ciudad polaca de Cracovia. Dos semanas participando en las actividades han reafirmado su fe en Jesucristo y su pertenencia a la Iglesia. El Papa Francisco ha venido en los últimos días del encuentro a confirmar la fe de los muchachos y a invitarlos a construir un mundo mejor.
La primera semana fueron acogidos por la comunidad cristiana en la Parroquia de Wilkowisko, a unos 300 kilómetros de Cracovia. Luego la delegación se dirigió a la ciudad de Cracovia, anfitriona de la Jornada Mundial, donde se unieron a los más de 500 chilenos que viajaron al encuentro. Los jóvenes pudieron celebrar diariamente la Eucaristía, visitar santuarios, participar en momentos de oración y reflexión, charlas, catequesis y música. Parte de la peregrinación religiosa incluyó la visita lugares emblemáticos como el castillo Babel donde se encuentran los restos de los reyes polacos y de San Estanislao, patrono de Polonia. También visitaron el campo de concentración Auschwitz–Birkenau, el que también fue recorrido por el Sumo Pontífice.
A la hora del recuento, los alumnos concuerdan en que se trató de una experiencia inolvidable. No resulta fácil describir la razón de tanta alegría y satisfacción. ¿Qué fue exactamente lo que impactó sus vidas? ¿Qué significa para ellos esta oportunidad como parte de su proceso de formación profesional? ¿Cómo los ha marcado esta experiencia a nivel de fe? Es la fe compartida en hogares, Iglesias, calles, campos, parques y plazas; el cariño gratuito de cientos de personas que los acogieron sin condiciones; la comunión con miles de jóvenes venidos de los cuatro puntos cardinales, quienes unidos por la fe se encontraban para celebrar al Señor. Creo que sobre esta experiencia recién están sacando conclusiones, tanto a nivel de su formación como de sus compromisos con la Iglesia y con los demás.
Un alumno que tiene la oportunidad de conocer otra cultura, de entrar en diálogo con un pueblo distinto al propio, de experimentar manifestaciones de la fe católica tan diversas, indudablemente se ve favorecido en su formación humana y profesional. El intercambio cultural y la vivencia comunitaria de la fe hace de los alumnos personas más abiertas, dialogantes; infunde en ellos un deseo de servicio más entusiasta, y por supuesto, vuelve a concentrar sus vidas en Jesucristo, el gran tesoro desde el cual pueden construir toda su vida personal, familiar y profesional.
El lema del encuentro fue “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. De regreso en Chile uno de los alumnos señaló: Aprendimos sobre la misericordia con el mejor ejemplo ya que ellos sin hacer prejuicios nos aceptaron en su vida con los brazos abiertos…
La ocasión que estos alumnos han tenido durante su formación en Duoc UC de participar en un encuentro así los ayudará, sin duda, a mirar con nuevos ojos la misión evangelizadora de los cristianos, su propio aporte en nuestra Institución y luego como profesionales cristianos al servicio del Señor, de la Iglesia y de Chile.
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