11 de Mayo, 2015

Ayudamos a construir sueños (segunda parte)

Jorge Campos Zeller

Jorge Campos Zeller

Sub-Director Académico de sede Puente Alto

4 minutos de lectura

Hace algunas semanas, a través de este mismo medio, intenté definir lo que creo es el motivo o la razónde Duoc UC. En dicha oportunidad, busqué identificar el porqué de Duoc UC en la construcción de los sueños de los alumnos y de sus familias. Como corolario de lo anterior, se enfatizó la necesidad de ser impecables (actuar con impecabilidad) en toda nuestra gestión.

Ahora bien, ¿qué significa ser impecables?, ¿qué nos exige? Permítanme aclarar que, a pesar de lo que podamos aspirar, la impecabilidad no puede implicar la exigencia de perfección. El solicitar la perfección a una obra humana es una quimera o un imposible, mas no puede ser un impedimento para desearla. La impecabilidad nos impone el deber de actuar con calidad responsabilidad. Debemos preocuparnos porque la gestión de nuestros procesos académicos y administrativos tengan como foco principal a los alumnos (una óptima experiencia en los diversos “momentos de verdad”) y el cumplimiento de las obligaciones asumidas con ellos y sus familias. La consecución de lo anterior supone el compromiso y trabajo compartido de todos quienes hemos asumido el ayudar a construir sueños, como misión personal. En otras palabras, la Impecabilidad se asimila, más que a la perfección, a la excelencia, las que siendo diferentes no son contradictorias. Parafraseando a Vince Lombardi (ex entrenador de fútbol americano en la década de 1950 y 1960), si bien “la perfección no es un alcanzable, en su búsqueda podemos llegar a la excelencia”.

Un elemento que no podemos olvidar, que debe formar parte de la impecabilidad o de la excelencia en nuestra gestión, es la evolución. La institución requiere estar en contacto permanente con el mundo productivo y sus necesidades siempre cambiantes, a través de dichos input podrá seguir a la vanguardia en materia tecnológica y de infraestructura, además de mantenerse como referente en materia de modelo educativo. Pero la evolución hace también referencia a otro significado, a la cara de la mejora continua. Por nuestro carácter de líderes en la ESTP, y en especial por ello, no podemos olvidar que la construcción de sueños nos impone el imperativo de estar en constante revisión de lo que somos y de lo que hacemos. Tenemos, por el sentido de responsabilidad propio de la impecabilidad, el deber de cuestionarnos sobre la esencia de nuestro rol y sobre la efectividad del accionar institucional.

La mejora continua (en cualquiera de sus diversas metodologías) constituye el mecanismo del que podemos hacer uso para alcanzar la correcta implementación de los procesos de enseñanza/aprendizaje, así como de todos aquellos que sustentan dicho proceso. La Impecabilidad exige con urgencia el asumir la mejora continua como un elemento más del ADN institucional, esto es, la construcción de una cultura de la optimización en todos los ámbitos de gestión. Eso sí, las acciones de mejora no pueden ser asumidos única y exclusivamente por la dirección de las diversas unidades y resumirse en la pura transcripción a un texto o manual de gestión. La mejora continua, o mejor dicho la formación de una cultura de la mejora, exige la asimilación de su importancia por parte de cada uno de quienes formamos parte de Duoc UC. Por otro lado, y como contra partida, exige el entender y dar relevancia al protagonismo que pueden cumplir todos los colaboradores (y porque no también los alumnos). Todos los miembros de la comunidad Duoc UC, junto con asumir la responsabilidad de revisar su propia gestión, son llamados a participar activamente en el proceso, y debe construir una prioridad y obligación de quienes lideran las respectivas unidades fomentar la generación de un ciclo colectivo y enriquecedor. Encapsular la mejora continua en unos pocos, además de ser un error al perder una fuente inagotable de ideas, se transforma en una manera de olvidar que Duoc UC se ha logrado gracias a la labor de todos.

Por último, debemos recordar que nuestro desafío es constituir un aporte y responder a la confianza de miles de familias que han depositado sus esperanzas y consecución de sus sueños en nuestras manos. Tal responsabilidad, más allá de ser motivo de vanagloria, implica asumir que la preocupación por la superación constante en lo que hacemos constituye parte de lo que significa el “trabajo bien hecho”.

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