Hemos vivido momentos de cambios constantes, en los que aprendemos y desaprendemos de esta nueva forma de trabajo, de estudio, de enseñanza, y de colaboración entre todos los integrantes de nuestra comunidad educativa.
Somos reconocidos por ser una institución flexible, que logra adelantarse a los cambios que nos entrega el mercado y ahora debemos demostrar cómo hemos afrontado nuestra formación en pandemia, cómo logramos impactar a nuestros estudiantes y cómo nos hacemos presente en esta nueva formación.
Es importante considerar que como institución de educación nuestro motor principal en la formación de nuestros estudiantes son los docentes. Por tanto, debemos mantener de forma constante una actualización de sus competencias de formación y de especialización acorde al mundo en el que vivimos, acorde al uso de tecnologías, lo que nos permite la entrega de competencias y la verificación y validación del logro de las mismas. De igual forma, la comunicación es clave en la formación, tanto desde el punto de vista del formador como del formado.
Tenemos experiencias en Investigación Aplicada, en las que de manera constante se vincula la comunidad educativa con proyectos de aplicaciones. Uno de los ejemplos más significativos, y que se encuentra en desarrollo actualmente, es el proyecto en el que está participando Álvaro Ortiz Labraña, estudiante de Ingeniería en Electricidad y Automatización Industrial en la sede Plaza Norte, quien es parte del equipo que trabaja en el proyecto LEVIATAN[1]. A través de la biomimética, rama de la robótica que busca imitar los movimientos de los seres vivos, se logra modelar matemáticamente el movimiento de la cola de un pez considerando el uso de un CPG (Central Pattern Generator). Un CPG está basado en el funcionamiento de las neuronas y su interacción para poder generar movimientos de manera constante de los músculos del cuerpo. Los movimientos del cuerpo se generan con un cierto orden, que es posible de modelar a través de un modelo matemático. Para este desarrollo se trabajó con un CPG de Matsuoka que modela la interacción de dos neuronas que oscilan entre ambas generando pulsos entre una y otra. Luego, se generó una maqueta que permitió imitar el movimiento que realiza el pez con su cola [2], logrando que visibilice lo modelado y permitiendo al estudiante materializar la aplicación.
Otra de las experiencias en Investigación Aplicada que están desarrollando los docentes de la Escuela de Ingeniería en la sede Plaza Norte, y que se ha logrado en modalidad mixta de trabajo, presencial y virtual, es la Implementación de un softrobot bioinspirado en una serpiente, desarrollado por Oscar Pino, estudiante de Ingeniería en Electricidad y Automatización Industrial de la sede Plaza Norte. Al igual que el trabajo de Álvaro, Óscar también desarrolló el modelo matemático de su investigación, lo que le generó una base que le permitió lograr una simulación a través de un software, para imitar el movimiento que realiza una serpiente. Esta simulación permitió reproducir el movimiento de una serpiente, logrando su variación en el tiempo. Para este caso también fue necesario trabajar con redes neuronales, lo que permitió interacciones entre funciones de la modelación, y así se logró imitar el movimiento.
Muchas veces cometemos el error de sesgarnos, producto que nos sentimos muy capaces y competentes, pero lo somos y debemos tenerlo claro, pero en nuestra área. Esto a veces no nos permite ver el entorno de forma sistémica y entender que somos partes e integramos un ecosistema diverso. Los Proyectos en los que participan Álvaro y Oscar, son evidencias que tenemos de integraciones y como necesitamos aprender de diversas cosas para con nuestro desarrollo, darle solución a lo que es parte de nuestra vida y que está compuesto por distintos saberes que son capaces de complementarse.
Hoy contamos con un Laboratorio de Investigación Aplicada en la sede Plaza Norte; Laboratorio de Sistemas Embébidos y Robótica, L.A.S.E.R. [1], que integra y logra desarrollar propuestas que le generan valor a los estudiantes y la comunidad en general, abriendo el conocimiento e integrándolo en proyectos reales, en aplicaciones concretas que les permita a los estudiantes entender, desde un punto más integral, cómo pueden usar sus competencias, no solo técnicas, sino que también las humano relacionales.
Este laboratorio cuenta con personas que son parte fundamental del trabajo en comunidad y desarrolla las ideas para lograr vincular a los estudiantes e impactar en su aprendizaje, a través de proyectos que se realizan de forma participativa y logra comprender que la integración es parte fundamental del trabajo actual.
Existen otras acciones, no menos relevantes para el desarrollo del conocimiento, en las cuales los profesores Óscar Loyola y César Sandoval, han logrado ser parte de publicaciones en el extranjero, buscando trabajos en proyectos de vinculación y colaboración con empresas que, desde la voluntad y beneficio mutuo, contribuyen al desarrollo y la formación de nuestros estudiantes. Ser parte de una comunidad educativa a nivel mundial debe ser clave en nuestra comunidad educativa, no debemos quedarnos fuera de esta hiperconectividad, el acceso al conocimiento, el compartir experiencias de distintas partes del mundo, ya que es parte de la nueva forma que tenemos de comunicarnos y debemos entender que es parte de la formación y el beneficio de nuestros estudiantes.
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