Está terminando el año y es un instante en que las personas suelen reflexionar sobre sus diversas experiencias vividas en el período. También lo realizan las instituciones a través de sus directivos y colaboradores. Estamos programados biológica como culturalmente para tener y darnos este espacio de pausa razonada, pensando en lo que hemos hecho, lo que hacemos y lo que proyectamos hacer.
Este año, qué duda cabe, tuvo meses finales de acontecimientos, de enormes sorpresas en el contexto nacional. Nadie, ni personas ni las instituciones predijeron y menos estuvieron preparadas para los singulares fenómenos políticos que marcaron el final del año. Sin embargo, Duoc UC con sus colaboradores, docentes y estudiantes, pudo enfrentar con relativo éxito esta situación nacional excepcional. La flexibilidad académica que los propios estudiantes, organizados a través del Consejo de Representantes de Sede, ayudaron a delinear, destacó entre las numerosas medidas para ayudar a terminar de la mejor manera posible el año. Para ningún estamento fue fácil, porque para nadie en el país lo fue. Chile está en la búsqueda de un nuevo trato social y de construir un país más solidario, más humano y comprometido con los valores que estamos deseando como ciudadanía.
En esta pausa podemos concluir y quizás estar de acuerdo en algunos de los desafíos que se nos presentan para el siguiente año. Podríamos sintetizarlos en seis: ciudadanía y contexto institucional más demandante; relación educativa con estudiantes culturalmente más diversos y tecnologizados; apoyar a nuestros docentes con herramientas para el nuevo contexto educativo; avanzar para una revolución 4.0 en desarrollo; apoyar con voluntad y lealtad nuestra misión institucional y cuidar nuestra sustentabilidad económica.
Duoc UC requiere, como todas las instituciones, ser más perseverante en analizar el contexto y en ello, aprender más de lo que resulta dialogar, conocernos mejor. También requerimos verificar en qué medida la nueva legislación y la que surja podría afectar su evolución institucional. Ello significa profundizar significativamente lo que siempre hemos hecho, pero ahora pasa a ser un foco de ocupación y de interés permanente, dado la vorágine pública que se está viviendo.
Hoy tenemos en nuestras aulas estudiantes con las más diversas formaciones culturales y antropológicas. Es parte de nuestra riqueza institucional, y siendo más complejo, debemos valorar que nos escogieron como centro educativo para obtener una educación que les proporcionara valores, una mirada trascendente y una empleabilidad que abre esperanza para su desarrollo futuro. En tal sentido, tenemos el deber de perseverar, de profundizar lo que somos y acogerlos como Jesús lo hizo con todos los que se acercaron y lo buscaron. Nuestro maestro y fuente de nuestra misión institucional es y continuará siendo Cristo.
Siempre será una ocupación y un desafío permanente el apoyar a nuestros docentes. Como no hacerlo si son un pilar fundamental para la existencia de Duoc UC. En tal sentido, en conjunto con ellos, debemos pensar en nuevas estrategias e instrumentos que fortalezcan los aprendizajes logrados en todas las aulas y en particular, mirar lo que ocurre dentro del aula. En el escenario actual y tan abierto hacia el futuro, pasa a ser un subrayado desafío central.
Dar un salto también en la preparación para abordar la revolución 4.0 es de máxima importancia. El último año Duoc UC ha realizado esfuerzos ingentes para estudiar los avances que ha habido en estas materias. Las Escuelas han reflexionado sobre su quehacer y el impacto que les está provocando los avances en la ciencia y la tecnología y algunas ya han implementado talleres y cambios curriculares relevantes. Este trabajo se debe fortalecer porque el máximo interés institucional es lograr el éxito formativo y la empleabilidad de nuestros egresados.
En un ambiente tan culturalmente diverso, debemos fortalecer y estimular nuestra identidad católica. Todo lo que realizamos por nuestros estudiantes, docentes y colaboradores se analiza y se examina desde esta perspectiva. Nos piden ser buenos católicos, no nos discuten que lo seamos, pero nos piden ser fieles a lo que decimos que somos. Ser cristiano hoy y siempre es un enorme desafío de vida, porque la coherencia con el mensaje de Cristo es exigente, y sabemos que nos caemos, pero que con la fuerza de la fe y la ayuda de Cristo, volvemos a levantarnos. En tal sentido, lo que realizamos en cualquier acto educativo es ofrecer el regalo gratuito de conocer a Dios, la Verdad.
0