A nivel internacional ha crecido de forma sostenida el interés por evaluar la calidad y la eficacia de las instituciones de educación superior mediante un criterio que adquiere cada vez mayor centralidad: El éxito profesional de sus egresados. En este nuevo escenario, el seguimiento sistemático y riguroso de quienes culminan sus estudios se ha convertido en una práctica estratégica y una obligación ética para universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica.
Ya no es suficiente con certificar que los estudiantes han adquirido las competencias definidas en sus perfiles de egreso. La formación técnico profesional ha de concebirse hoy como un proceso educativo continuo, articulado a lo largo de toda la vida laboral. Esta nueva mirada está siendo intensificada por los vertiginosos cambios del mercado del trabajo, que exige una actualización permanente de saberes y habilidades. En este contexto, las instituciones formadoras tienen la responsabilidad no solo de entregar competencias iniciales, sino de establecer un vínculo formativo de largo plazo con sus egresados, acompañándolos en su desarrollo y readaptación profesional en el tiempo.
El seguimiento de egresados no es solo una herramienta administrativa: Es un instrumento de excelencia para medir la efectividad formativa de cada institución. Permite observar si las competencias enseñadas son pertinentes, útiles y transferibles a los contextos reales de trabajo. Además, brinda retroalimentación valiosa para la revisión permanente de los perfiles de egreso, de los planes curriculares y de los programas de capacitación continua. Esta información, debidamente sistematizada, constituye la base para procesos de mejora continua sostenidos en evidencia concreta.
En el ámbito de la Educación Técnico Profesional (ETP) donde la formación modular, flexible y orientada a la empleabilidad adquiere mayor relevancia, el seguimiento de egresados se transforma en una pieza clave para asegurar la pertinencia de la oferta formativa y la sostenibilidad de los proyectos educativos. Es, además, una herramienta concreta para mantener vínculos efectivos con el mundo del trabajo y para anticiparse a las transformaciones del entorno laboral.
Además, en un escenario donde la Inteligencia Artificial (IA) avanza con rapidez y está transformando la naturaleza del trabajo técnico y profesional, el seguimiento de egresados adquiere un valor aún mayor. La IA exige nuevas competencias, genera nuevas ocupaciones y desplaza otras tradicionales. Solo a través de un monitoreo activo y bien articulado será posible detectar con oportunidad cuáles son las habilidades emergentes, qué formación es necesaria de ofrecer y cómo deben reconvertirse los planes formativos para no quedar obsoletos. En otras palabras, el seguimiento de egresados es también una estrategia de adaptación institucional frente al impacto de la IA en el mundo productivo y educativo.
Los egresados constituyen, en este marco, una fuente de conocimiento estratégico de primer orden. Nos informan no solo sobre su nivel de inserción laboral o sobre sus ingresos, sino también sobre la pertinencia, profundidad y actualización de la formación recibida. Mantener una relación activa y continua con ellos permite a las instituciones contar con insumos auténticos y actualizados para renovar sus programas, incorporar nuevas tendencias tecnológicas y fortalecer su capacidad de respuesta ante un mundo en transformación.
En países como Alemania, China, Suiza, Inglaterra, Singapur, Estados Unidos, entre otros, los sistemas de seguimiento de egresados son cada vez más robustos. No solo miden empleabilidad, sino que identifican con precisión nuevas competencias, tanto específicas como transversales, que las industrias están demandando. Estos modelos permiten anticipar cambios estructurales en el mundo del trabajo y orientar con más pertinencia las estrategias educativas nacionales.
La excelencia institucional en la Educación Técnico Profesional no se mide únicamente en términos de acreditación o indicadores internos. Se demuestra, sobre todo, en la capacidad de las instituciones para mantenerse vinculadas con sus egresados, aprender de ellos y devolverles oportunidades de formación continua que les permitan permanecer vigentes, competitivos y plenamente insertos en un mercado laboral dinámico.
Por ello, el seguimiento de egresados debe ser entendido no como una acción de cierre, sino como una política de continuidad formativa, de actualización permanente y de compromiso real con las trayectorias personales y profesionales de quienes confiaron su formación a nuestras instituciones. En esta tarea, la Educación Superior Técnico Profesional se juega, en buena medida, su legitimidad futura y su capacidad de liderar con pertinencia en tiempos de cambio.
Duoc UC, en coherencia con su misión formativa y su compromiso con la excelencia educativa, avanza con decisión hacia la construcción de un sistema institucional robusto, continuo y estratégico de seguimiento de egresados, que permita no solo monitorear su inserción y trayectoria laboral, sino también detectar tempranamente nuevas competencias requeridas por la industria, retroalimentar con evidencia los perfiles de egreso, actualizar sus programas de estudio y fortalecer su oferta de formación continua. Este sistema, apoyado por herramientas digitales y pronto con inteligencia artificial, se concibe como una política permanente de vínculo formativo de largo plazo, donde cada egresado no solo sea fuente de información estratégica, sino también sujeto activo de su propio desarrollo profesional y personal, reafirmando así el compromiso ético e institucional de Duoc UC con el aprendizaje a lo largo de toda la vida.
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