La Educación Superior Técnico Profesional desde 1981 ha evolucionado tímidamente en los primeros años y con intensidad en este siglo. En sus inicios estuvo preocupada de crear Carreras pertinentes que tuvieran aceptación social y laboral. Tarea particularmente compleja dado el peso e influencia que posee en el mundo laboral los títulos universitarios. Se trató de convencer a la ciudadanía que este nuevo tipo de estudios podían ser una alternativa viable como alternativa eficaz y con futuro para los jóvenes y adultos.
Se tuvo que organizar instituciones que fueran capaces de atraer a los jóvenes, creando estructuras académicas y administrativas que mostraran a la comunidad que la formación de entidades técnico-profesionales constituían un hecho cierto y confiable. Estas nuevas organizaciones debían crear productos académicos novedosos y afines a las necesidades de las empresas. Además, tuvieron que pugnar con una cultura que solo admitía a los estudios universitarios como confiables para lograr empleabilidad. En los dos primeros decenios, estos dos desafíos la marcaron en su accionar.
Es a fines de los noventa en que la Educación Superior Técnico Profesional camina a decidir si desea formar por objetivos o por competencias. Esta decisión era de suma importancia académica, para los modelos educativos, estrategias de aprendizaje y con efectos en los perfiles de egreso. Históricamente este tipo de estudios había enfatizado el aprender haciendo, como estrategia para formar. Por tanto, el conjunto de instituciones estimó más adecuado formar basado en competencias que por objetivos, dado que esto último es más afín a los estudios universitarios con énfasis en la teoría y no en la práctica.
Otra característica de la naturaleza de la Educación Superior Técnico Profesional fue su creatividad para levantar novedosas Carreras, que no tenían pasado y que constituían una apuesta para el futuro. Estas emanaron desde las necesidades concretas de las empresas, con competencias precisas y requeridas por las empresas. No se elaboraron estas nuevas propuestas académicas sin escuchar a los expertos en las tareas. De otra manera no habría sido posible.
Por tanto sus permanencias han sido su creatividad para diseñar Carreras inexistentes; crear estructuras administrativas que permitan una vinculación permanente con los espacios laborales; docentes inmersos en el mundo de las empresas y que enseñen lo que hacen todos los días; adoptar el modelo de formación basado en competencias y diseñar su proceso de enseñanza y aprendizaje para lograr los respectivos perfiles de egreso; enfatizar los estudios prácticos por sobre los teóricos y formar para la empleabilidad.
Con respecto a sus desafíos presentes y futuros, son variados y distintos para cada una de las instituciones. Entendemos por desafíos experiencias complejas que apuntan a lograr resolver tareas de gran magnitud y no a resolver problemas concretos de la gestión diaria. En tal sentido, nos parece que la ESTP posee desafíos de orden intelectual, como lo es definir con precisión su verdadera naturaleza y ubicación en la educación superior, como también trabajar en continuar convenciendo a los chilenos que son una alternativa eficaz para la formación de los futuros trabajadores.
En el nuevo escenario de la revolución 4.0, está ya tiene y serán más intensos los efectos en la sociedad en general. Para la ESTP este fenómeno cultural y científico, es quizás de un impacto decisivo e inédito para su futuro. No trabajar en torno a esta, significa en pocos años quedar fuera del mercado académico y laboral con todas las consecuencias que esto implica para la supervivencia de la ESTP.
Por último, también es visible otro desafío significativo para aquellas instituciones que poseen una visión educativa que entiende a la persona con un sentido trascendente. La diversidad cultural vigente y las diferentes formas de entender la razón de la existencia humana y el para qué y para dónde esta se dirige, las obliga a trabajar arduamente para ofrecer y convencer a otros del sentido último y permanente de su formación educativa. Hoy se requiere de nuevas estrategias, acorde al tiempo actual, para entusiasmar a las personas de la maravillosa propuesta valórica y religiosa que se posee y que constituye un pilar sustancial de su misión.
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