Con un futuro cuyo rasgo central es una incertidumbre acentuada, como no la ha experimentado el mundo en los últimos 200 años, el mercado laboral está expuesto dado los eventos que se avecinan, tanto desde una perspectiva antropológica como de los medios materiales que la acompañan y que son de la cotidianeidad de la humanidad, a cambios de una profunda envergadura. La pregunta que todos se hacen, personas e instituciones, es cómo debemos ser formados para este nuevo escenario ad portas.
Según el Banco Mundial, el 2025 habrá 149 millones de nuevos empleos, directamente vinculados a la automatización y la digitalización. Ahora bien, estos nuevos empleos exigirán conocimientos disciplinares y habilidades blandas probablemente distintas a las vigentes y requeridas hoy. La brecha entre quienes tienen la posibilidad de obtener educación de calidad y los que no tienen acceso a instituciones con docentes de excelencia, crecerá a niveles inauditos. Como lo ha señalado el historiador Yuval Noah Harari, llegará un momento en que millones de seres humanos no servirán para ninguna tarea, y este hecho nunca ha ocurrido en la historia. Qué hacer con estas personas, será un desafío político enorme para todos los gobiernos.
En la medida que avance la automatización y la digitalización surgirán nuevos puestos de trabajo. Las instituciones educativas deben anticiparse a este escenario y, por tanto, la auscultación y análisis de lo que está ocurriendo en los principales centros de investigación en el mundo, así como el examen permanente de lo que está aconteciendo en las empresas, son tareas de alta responsabilidad institucional. No educamos para el pasado, sino para el presente y sobre todo para el futuro.
Existe cierto consenso que las habilidades cognitivas y manuales básicas no serán requeridas en el futuro. En cambio, las habilidades cognitivas de mayor nivel y exigencia, las tecnológicas, emocionales y sociales serán indispensables para poder participar con cierto éxito en el nuevo mundo laboral. Este es el problema para toda institución educativa: Su oferta no puede ni debe quedar obsoleta, porque de suceder, perderá su liderazgo y la confianza de sus estudiantes.
La especialización en los trabajos es otro rasgo del futuro. A medida que se profundiza en las distintas áreas del saber, se hace imposible un conocimiento acabado de todas las disciplinas. Asimismo, se pierde como competencia la capacidad de una mirada amplia y holística de la realidad, lo cual genera dificultades para obtener una formación general más amplia, propia de aquellas personas que se estima como cultas.
Una reciente investigación de McKinsey[1] efectuada el 2019, plantea para el futuro 56 competencias que las denominó Delta. En estas realizaron una síntesis de las habilidades y actitudes que demandará en el futuro el mercado laboral, no importando el área de desempeño. Se trató de encontrar nuevos nichos en donde la capacidad humana pueda desplegarse y que sea distinto a los que nos proveerán los sistemas automatizados y las máquinas inteligentes.
Las competencias Delta son las siguientes:
CAPACIDADES COGNITIVAS
Pensamiento crítico
-Búsqueda de información relevante.
-Resolución de problemas.
-Razonamiento lógico.
-Comprensión de sesgos.
Planificación y formas de trabajar
-Gestión del tiempo y priorización.
-Desarrollo de planes de trabajo.
-Pensamiento ágil.
Comunicación
-Escucha activa.
-Contar historias y hablar en público.
-Sintetizar mensajes.
-Saber preguntar.
Mentalidad flexible
-Creatividad e imaginación.
-Transfiere conocimientos.
-Adaptabilidad de diferentes perspectivas.
-Habilidad de aprender.
CAPACIDADES INTERPERSONALES Y TRABAJO EN EQUIPO
Métodos de movilización
-Modelo a seguir.
-Negociación Win-Win.
-Construcción de visión.
-Conciencia organizacional.
Desarrollo de relaciones
-empatía.
-Inspirar confianza.
-Humildad.
-Sociabilidad.
Trabajo en equipo
-Resolver conflictos.
-Fomento de la inclusión.
-Colaboración.
-Acompañamiento.
Empoderamiento.
CAPACIDADES AUTODIRIGIDAS
Autoconciencia y Autogestión
-Integridad.
-Conocer las propias fortalezas.
-Autocontrol y regulación.
-Automotivación y bienestar.
-Autoconfianza.
-Emprendimiento: Valentía y asumir riesgos, gestión del cambio, innovación, energía, pasión, optimismo, romper barreras.
CAPACIDADES DIGITALES
Fluidez digital
-Ética digital.
-Aprendizaje digital.
-Colaboración digital.
Uso y desarrollo de software
-Alfabetización de programación.
-Pensamiento computacional y algorítmico.
-Análisis de datos y estadística.
Comprensión de sistemas digitales
-Comprensión de datos.
-Sistemas inteligentes.
-Conocimiento de ciberseguridad.
–Traducción tecnológica y habilitación.
Al observar las competencias es posible deducir que muchas de ellas vinculadas a la ciencia y tecnología, requieren que se asuma la necesidad de iniciar a la brevedad posible el aprendizaje de estas, pero no solo por las carreras más afines a la ciencia y tecnología, sino como una demanda a todas las profesiones sean estas humanistas, biológicas o de ciencias exactas o tecnológicas. Las tecnologías pasan a ser el nuevo alfabeto para poder participar en cualquier trabajo en el futuro. El analfabetismo digital puede traer consecuencias serias para la empleabilidad en el mediano plazo. He aquí el desafío mayor para toda institución educativa.
Duoc UC consciente de este escenario, ha dado un fuerte y sólido énfasis a este desafío en su nuevo Plan de Desarrollo 2021-2025.
Lunes 14 de marzo de 2022
EQUIPO EDITORIAL OBSERVATORIO
[1] https://www.mckinsey.com/industries/public-and-social-sector/our-insights/defining-the-skills-citizens-will-need-in-the-future-world-of-work
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