14 de Octubre, 2024

La IA como asistente de las personas: Desafíos y oportunidades para la Educación Técnico Profesional

Equipo Editorial Observatorio

Equipo Editorial Observatorio

8 minutos de lectura

Imaginemos un mundo donde cada ser humano, sin importar su profesión o nivel educativo, cuente con un asistente de Inteligencia Artificial (IA) personalizado. Un entorno en el que la IA no es solo una herramienta técnica, sino un socio cotidiano que optimiza tareas, facilita decisiones y permite a las personas centrarse en aspectos más creativos, estratégicos y emocionales de su trabajo. Este escenario ya no es ciencia ficción, ya que es una posibilidad real que se vislumbra en un futuro muy próximo, impulsada por los avances tecnológicos que transforman el mundo laboral a una velocidad no conocida antes en la historia de la humanidad.

¿Cómo se integraría cada persona con la IA? ¿Qué implicaría esto para la formación de los estudiantes de carreras técnicas y profesionales no universitarias, aquellos que forman parte de la columna vertebral de la economía y el progreso de nuestras sociedades?

En un mundo donde la IA está integrada en todos los aspectos de la vida profesional, el primer cambio profundo radicaría en la redefinición del papel, el sentido, el aporte concreto del trabajador humano para la evolución de la economía y la productividad de toda empresa. Las tareas rutinarias y mecánicas, aquellas que solían consumir tiempo y recursos, estarían mayormente automatizadas. Desde el procesamiento de datos hasta la gestión logística, la IA asumiría un rol predominante en la ejecución eficiente de estas actividades. En sectores técnicos como la administración, la manufactura, la salud, el turismo, la comunicación, el diseño y la gastronomía y tantas otras disciplinas, la IA actuaría como un “asistente invisible”, gestionando tareas administrativas, anticipando problemas y proporcionando soluciones en tiempo real. Respecto a las ingenierías y la informática, se estima que la IA provocará cambios distópicos, acelerando las capacidades de estos profesionales y técnicos.

En este contexto, el ser humano estimamos se enfocaría en las tareas que requieren creatividad, juicio crítico, inteligencia emocional, habilidades interpersonales para trabajar en equipo con la IA. Por ejemplo, un técnico en mantenimiento industrial podría usar IA para diagnosticar fallos en una maquinaria de manera rápida y precisa, pero sería su capacidad de tomar decisiones basadas en la experiencia y su intuición la que determinaría las acciones a seguir. Un chef podría utilizar IA para optimizar el uso de insumos y prever la demanda de ciertos platos, pero la creación de nuevos menús seguiría siendo una labor creativa y humana, así como la personalización de la preparación de la comida y lo bebestible.

La integración de la IA en la vida profesional de cada persona no será homogénea. Cada sector y cada profesión experimentarán esta transformación de manera distinta, pero en términos generales, la IA se convertirá en una extensión de las capacidades del trabajador. Esto ya es una realidad, y se producirá el efecto que no tendrán empleabilidad aquellas personas que no aumentan sus capacidades con la IA y que tiendan a resistir el cambio. Es un cambio de mentalidad muy profundo y una democratización de la extensión de las competencias humanas para todos aquellos que asuman rápido esta nueva realidad tecnológica. Las empresas, como ya hemos señalado, preferirán a aquellos que tengan asumida en su saber esta nueva tecnología, ya que es la nueva alfabetización obligatoria para continuar participando en el nuevo mundo.

El gran desafío para esta integración será asegurar que todos los trabajadores, independientemente de su nivel educativo, tengan acceso equitativo a las tecnologías de IA y a la formación necesaria para utilizarlas. Esto requiere no solo infraestructura tecnológica, sino también una cultura de la formación continua. Las empresas deberán asumir un papel clave en la capacitación de sus empleados, y las instituciones de formación técnico-profesional actualizar sus programas constantemente para incluir módulos de IA, no solo desde una perspectiva técnica, sino también desde una óptica ética y crítica.

También la IA se integrará en la vida no laboral de las personas. Fuera del entorno laboral, la IA ya actúa como asistente en nuestras vidas cotidianas, ayudándonos a gestionar nuestro tiempo, nuestras finanzas, es nuestra fuente de respuesta para preguntas repentinas que tenemos, nuestras decisiones de consumo e incluso nuestra primera aproximación a temas de salud. En el futuro, esta interacción será más fluida y omnipresente, lo que requerirá que los individuos desarrollen un conjunto de habilidades para navegar en un entorno donde la IA está presente en casi todas las facetas de la vida. Así también, las personas deberán estar conscientes de que deben preservar su autonomía y juicio crítico y que no sea la IA quien les gobierne sus vidas.

La pregunta entonces es, en este escenario, qué deben hacer los IP y CFT con sus estudiantes. Según la IA GPT, utilizada como asistente para esta editorial, nos respondió:

“La integración efectiva de la IA en el mundo profesional requiere una formación sólida que permita a los estudiantes de carreras técnicas comprender, utilizar y aplicar estas tecnologías en su vida profesional y personal. Para formar a estos estudiantes, es crucial que las instituciones técnico-profesionales diseñen currículos que combinen habilidades técnicas con una comprensión integral del funcionamiento y las implicaciones de la IA. Este proceso de formación debe basarse en tres pilares fundamentales:

Comprensión Técnica: Los estudiantes de carreras técnicas deben recibir una formación básica en las tecnologías de IA que afectan a su campo profesional. Esto implica enseñarles cómo funcionan los algoritmos de aprendizaje automático, cómo se procesan los datos y cómo se utilizan herramientas específicas de IA en su industria. En sectores como la administración, la ingeniería, la salud y la informática, esta formación es esencial para que los futuros profesionales comprendan cómo la IA puede automatizar procesos, optimizar recursos y mejorar la eficiencia operativa.

Aplicación Práctica: Más allá de la teoría, los estudiantes deben aprender a aplicar estas tecnologías en escenarios reales. La IA tiene el potencial de transformar la forma en que se llevan a cabo los trabajos técnicos, por lo que es fundamental que los estudiantes practiquen el uso de estas herramientas en contextos prácticos. Simulaciones, estudios de caso y proyectos colaborativos pueden ayudar a los estudiantes a entender cómo la IA puede ser utilizada para resolver problemas concretos en su campo. Por ejemplo, un estudiante de turismo podría usar IA para analizar datos de comportamiento de clientes y así ofrecer experiencias más personalizadas.

Ética y Pensamiento Crítico: Aunque la IA ofrece muchas ventajas, también plantea preguntas éticas fundamentales. Los estudiantes deben ser formados para utilizar la IA de manera responsable, comprendiendo los límites de esta tecnología y las implicaciones de su uso en la sociedad. En campos como la salud o la comunicación, donde la IA podría influir en decisiones críticas, es esencial que los profesionales técnicos desarrollen un pensamiento crítico y una conciencia ética sólida sobre cuándo y cómo utilizar la IA.

Además de estos tres pilares, es crucial fomentar una mentalidad de aprendizaje continuo. La tecnología de IA está en constante evolución, y los estudiantes deben comprender que su formación no termina al obtener un título. Deberán estar preparados para actualizar sus conocimientos y habilidades a medida que la tecnología avance. En este sentido, las instituciones de formación técnico-profesional deben ofrecer oportunidades de formación continua y reciclaje, en colaboración con las industrias que utilizan IA”.

De acuerdo a esta respuesta, el uso de la IA nos ofrece enormes oportunidades como también siderales desafíos. Respecto a las primeras, sin duda mejora nuestra eficiencia, hace posible la personalización del saber y que, además, ahora podemos entender aquello que nos resultaba complejísimo.

En relación a los desafíos, son muchos, pero al menos dos son irrefutables: Aquellos que no estén capacitados para utilizar la IA podrían quedar relegados en el mercado laboral. Para evitar esto, es esencial que las instituciones educativas y los gobiernos trabajen juntos para democratizar el acceso a la formación en IA y garantizar que nadie se quede atrás.

La IA también generará una creciente demanda de profesionales con habilidades interdisciplinares. A medida que la IA se expanda a todas las áreas de la vida, será crucial que los técnicos no solo dominen las herramientas tecnológicas, sino que también comprendan sus implicaciones sociales, culturales y éticas. La educación en carreras TP deben prepararlos para este desafío, fomentando una visión holística del impacto de la tecnología en la sociedad y en especial los alcances y posibilidades de la IA.

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