En este siglo ha aumentado la voluntad política de diferentes países en el mundo de asignarle más importancia estratégica a la Educación Técnico Profesional. Muchos gobiernos coinciden, entre estos China, Singapur, Inglaterra, EE. UU y otros, en que el desarrollo económico de sus países dependerá cada vez más de este subsector de la educación superior, y lo que haga o no haga, incidirá decisivamente en las posibilidades de más bienestar, ya que será un sector educativo esencial para incorporar a públicos no universitarios en las revoluciones científicas y tecnológicas en marcha.
Es un hecho cierto que estamos en pleno desarrollo de una revolución científica y tecnológica sin precedentes en la historia. En este escenario hemos pasado aceleradamente de un trabajo manual a uno en que las capacidades cognitivas y el dominio de la revolución digital serán esenciales para mejorar la empleabilidad de los sectores medios y vulnerables. Su educación práctica y estrechamente vinculada con las necesidades actuales y futuras de las empresas, la convierte en un subsector estratégico para lograr más crecimiento económico, bienestar y movilidad social, con la condición sine qua non que esta se actualice rápidamente.
Sabemos que los sectores más vulnerables hoy poseen, por diferentes o copulativas causas, menos posibilidades educativas para formarse con la calidad necesaria para enfrentar el futuro. De tal modo que adquirir las competencias básicas numéricas, dominio del lenguaje, comprensión lectora y los conocimientos digitales pasan a ser tareas relevantes para la educación básica y media, y de no lograrse, probablemente el daño será mucho mayor a los efectos que se producían en el pasado como lo es que muchos adolescentes posiblemente no tengan ningún espacio para trabajar por carecer de los conocimientos y capacidades mínimas requeridas por empresas altamente tecnologizadas.
Luego para la Educación Técnico Profesional de nivel superior sus tareas serán crear carreras pertinentes para insertar a sectores no universitarios a la revolución 4.0 y 5.0. los países necesitan que porcentajes significativos de la población accedan a esta nueva realidad científica y tecnológica que ya impacta y que será más significativo su efecto en los siguientes años. Se necesita formar a las nuevas generaciones para este futuro que ya anuncia su presencialidad y la Educación Técnico Profesional debe y se le pide cumplir un rol muy relevante.
Ejemplo de esto podemos observar en los gobiernos de Australia, Canadá, China, Inglaterra, Singapur, entre otros, que le están asignando un rol muy relevante a la Educación Técnico Profesional para acompañar a las Pymes en su desarrollo e inserción en las revoluciones 4.0 y 5.0. Consideran que este tipo de instituciones y estudios deben ayudar con eficacia a pequeñas y medianas empresas a actualizarse en su diseño, capacitación e introducción de moderna tecnología a su quehacer diario. Se concluye que sin el aporte activo y estratégico de estas instituciones educativas, el crecimiento y mejoramiento del bienestar de los países será bastante menor al deseado.
En los países mencionados, se le está solicitando a la Educación Técnico Profesional que participe activamente y de manera creciente en investigación aplicada e innovación. Este foco es nuevo ya que durante el siglo XX no se les exigió a las instituciones técnico profesional en todo el mundo que fueran parte de su actividad académica. Se estima que dado su énfasis en el aprender haciendo, las características de sus docentes y estudiantes pueden tener más habilidades para detectar y aportar posibles soluciones e innovaciones a los problemas que son recurrentes en las empresas.
Pasa a ser decisivo hoy el ser capaces de lograr aprendizajes en nuestros estudiantes que permitan que puedan agregar valor a sus tareas. Que exploren nuevas alternativas y procesos para lograr avances y nuevas creaciones en sus disciplinas. Somos un país rico en materias primas y debemos ser capaces de formar estudiantes para crear o sustentar con sus empleos nuevas industrias que no sean solo de servicios sino capaces de crear nuevos productos industriales, con más innovación tecnológica.
Dado lo anterior, en los países mencionados la Educación Técnico Profesional, se están recibiendo importantes aportes financieros y consideraciones presupuestarias positivas de los distintos gobiernos, con sumas cuantiosas como ya es posible visualizar en China e Inglaterra, porque han concluido que, sin este tipo de instituciones, no pueden aspirar a más desarrollo y bienestar en un mundo postpandemia con innumerables desafíos.
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