En los últimos años se ha instalado una convicción, una decisión y una particularidad del quehacer académico de las instituciones de la ESTP: no investigamos, no lo deseamos hacer y la investigación no es una actividad esencial de nuestra educación vocacional. No es extraño entonces que en la inmensa mayoría de los libros y artículos que hablan o analizan la ESTP, sus autores no provienen ni trabajan en el ámbito técnico profesional, sino que trabajan y se desarrollan en las universidades.
Penetró muy fuerte en la ESTP el énfasis en el saber práctico por sobre el saber teórico. Toda actividad propiamente teórica es mirada con cierto desdén o con poco interés. Aunque sabemos que es necesaria, no la potenciamos ni la estimulamos. Y cuando la necesitamos, la buscamos en académicos que nos asesoran en temas muy concretos y que nos aportan sus documentos de análisis. El amor a la gestión y al hacer sabemos que son potenciados con mucho interés y decisión política en la educación vocacional.
Sin embargo, esta decisión ha tenido consecuencias. Es notorio comprobar que en los ambientes académicos o de toma de decisiones de políticas públicas, no son invitados como expositores o panelistas, los académicos o autoridades del ámbito de la ESTP. Incluso, muchos de los que trabajan en nuestra área, consideran que son mirados en menos y con indiferencia desde el ámbito universitario o político.
Es evidente que los que trabajan y entienden de los estudios técnico profesionales saben y tienen mucho que aportar al debate sobre su nicho educativo que hoy supera en matrícula e incluso en empleabilidad a los estudios propiamente universitarios. La madurez a la que pretende llegar la ESTP, la presiona a incentivar entre sus docentes el análisis y la exposición escrita de lo que significa transferir competencias en la ESTP. El sistema educacional en su conjunto espera con paciencia y con esperanza este aporte cualitativo.
Dada esta realidad, parece necesario fortalecer los estudios en dos sentidos: autoanálisis interno de la ESTP y una investigación amplia de los espacios laborales del país. Respecto a lo primero, es indispensable la investigación sobre la formación profesional: cambios en el entorno empresarial, planes y programas nuevos, recogimiento de experiencia internacional, nuevas modalidades de formación, etc. En lo segundo, investigaciones sobre los mercados de trabajo y evolución de los sectores para conocer sus variaciones; nuevas formas de organización; competencias demandadas por sectores; situación ocupacional, configuración de los empleos y su evolución; metodologías de cómo enseñar y mejorar las competencias laborales en nuestros estudiantes y trabajadores, etc.
Es indispensable fomentar el estudio, la investigación, los escritos sobre la ESTP. Este tipo de trabajo no es fomentado por estas instituciones educativas. Desaprovechamos la experiencia práctica de los que están directamente vinculados con la ESTP. Ésta en su esencia forma para el trabajo, hacia el saber práctico, y para que se cumpla su finalidad, se debe pensar y estudiar cuál es la mejor manera de crear titulados altamente eficientes para el mercado laboral. Si no pensamos y escribimos lo que hacemos, es fácil caer en un casuismo o en un activismo sin sentido, sin orientación clara y ordenadora.
Si observamos que nuestros estudiantes son aquellos que poseen debilidades importantes de capital cultural, se hace necesario y urgente el estudiar y proponer formas pedagógicas novedosas y currículum más eficientes para transferir las competencias de empleabilidad que todos ellos buscan encontrar en la ESTP. No todas las carreras se mantienen sin variación en el tiempo; por el contrario, son muy dinámicas y cambiantes, dado su cercanía muy estrecha con el mundo de las empresas y de sus desarrollos frenéticos en diversas industrias.
Debemos parecer y ser de la educación superior. Es decir, comunicar que no sólo trabajamos habilidades simples, sino también las complejas como el saber evaluar y el de crear espacios educativos para innovar. Sería recomendable mirar países que han avanzado mucho en sus investigaciones sobre su el quehacer académico vocacional. Entre estos están Alemania, Finlandia, Francia, Holanda, Noruega, España y Canadá. En América Latina, Colombia y Brasil han mejorado sistemáticamente en sus estudios y en la planificación teórica de la ESTP. Siempre será recomendable mirar experiencias externas exitosas para recoger aprendizajes que puedan beneficiar y mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes chilenos que buscan mejorar su calidad y empleabilidad en la educación técnico profesional.
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