Desde la década del noventa del siglo pasado, es decir, hace unos 30 años, ha crecido en el mundo la tendencia de las instituciones de educación superior a compararse con otras y han surgido rankings para poder clasificarlas, ordenarlas en cuanto al éxito que han tenido en el cumplimiento y logros de ciertos objetivos y metas internas en su cotejo con numerosas instituciones nacionales e internacionales. Sin duda, el resultado nos entrega más información sobre la calidad educativa lograda de todas las instituciones en los criterios y ejes seleccionados.
La pregunta es: ¿Qué hace exitosa a una institución educativa de educación superior? La inmensa mayoría considera que es la empleabilidad y la renta que el egresado consigue al egresar y en el transcurso de su vida laboral, dado que el mercado valora las competencias que poseen los egresados de las consideradas mejores instituciones y los premia con buenos empleos, reincorporación rápida si lo pierde y una renta competitiva. ¿Pero bastará esto, será suficiente para que consideremos que nuestro trabajo educativo lo hacemos bien?
En el caso de Duoc UC, la respuesta sería que no es suficiente, dado que su misión persigue mucho más que esto. Busca formar personas competentes en sus disciplinas, pero también que logren obtener una formación integral; es decir, inmanente y trascendente, donde la persona libre y su dignidad es protegida y estimulada. En otras palabras, que un egresado tenga un buen empleo, una renta razonable, que sea consciente de su dignidad en cuanto persona y con voluntad de reconocer que debe continuar su búsqueda personal del sentido trascendente de la vida, junto a ser una persona con valores y una actitud ética que aporte y beneficie a la comunidad, fundamento esencial de lo que es la institución.
En este camino de encontrar que todo lo que hace una institución para demostrar su calidad, ha surgido el interés por medir su impacto social. El King’s College London, la Universidad de Chicago y la Universidad de Melbourne creen que no se estaría midiendo el compromiso social de las instituciones de educación superior en los principales rankings mundiales. Al incluir esta métrica, se fomentaría que las instituciones de educación superior destinaran más recursos para beneficiar necesidades sociales de la comunidad en la que habitan.
En su tercer estudio[1] participaron más de 15 universidades del Reino Unido, Australia, Asia, Estados Unidos, América Latina y Canadá. Como resultado, acordaron ocho indicadores de compromiso cívico que son los siguientes:
Responsabilidad de las instituciones con el compromiso social: Es decir, que los directivos contemplen en su estrategia institucional el compromiso con el impacto social.
Opinión comunitaria de la universidad: Que los que poseen relaciones con las instituciones opinen que es una institución preocupada de impactar positivamente a la comunidad que la rodea.
Acceso estudiantil: Que estos son ayudados para ingresar a la educación superior y para mantenerse en ella con actividades académicas de apoyo
Voluntariado: Que la institución fomenta activamente que sus miembros retribuyan a la comunidad con diversos servicios de voluntariado, medido por el porcentaje de los miembros de la totalidad que participan.
Alcance de investigación fuera de revistas académicas: Cuántas menciones de su servicio social son recogidas por instituciones no académicas pero que trabajan directamente con la comunidad.
Aprendizaje de servicio dentro del currículo: Cuánto de servicio social poseen las asignaturas que imparte y de cómo son beneficiados los estudiantes que realizan voluntariado.
Compras socialmente responsables: Cuánto de su presupuesto es gastado en adquisiciones con un claro sentido social
Huella de carbono: Cuánto apoya la disminución de la huella de carbono en sus operaciones medido por el total de toneladas producidas.
El Informe aporta al debate para conocer más sobre el impacto social de las instituciones de educación superior en el contexto en el cual habitan y prestan servicios académicos. Se trata de saber más sobre el valor social de la institución para fomentar una cultura más cívica y socialmente responsable. Como afirma Richard Brabner[2]: “debemos integrar el enfoque cívico en los planes de estudios. Esto es vital para fomentar el compromiso de servicio a largo plazo de un estudiante, así como para desarrollar las habilidades y atributos para prosperar en el mundo exterior”.
Lunes 17 de agosto de 2020.
EQUIPO EDITORIAL OBSERVATORIO
[1] https://www.kcl.ac.uk/policy-institute/assets/advancing-university-engagement.pdf
[2]Director de la Fundación UPP en el Programa de Asociaciones Universitarias.
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