Cada vez que hablamos del siglo XXI en educación, solemos imaginar pantallas, plataformas y metodologías activas. Pero para la Educación Superior Técnico-Profesional (ESTP) el cambio no parte solo en el aula: parte en el taller, en la planta, en la obra, en el laboratorio, en la cocina profesional y, cada vez más, en la nube. Lo que diferencia a un docente escolar o universitario de un docente técnico-profesional no es la dignidad del profesional o técnico que es la misma, sino la naturaleza del puente que debe construir: traducir necesidades productivas reales en experiencias de aprendizaje rigurosas, seguras y evaluables, en plazos acotados y con estándares verificables.
Esa diferencia se entiende mejor cuando miramos el rol histórico de la formación para el trabajo: forjar y actualizar competencias laborales en contextos de innovación tecnológica, reorganización productiva y cambios frecuentes en la demanda (Barba et al., 2007). En otras palabras: la ESTP debe dialogar con un sistema que se mueve, y por eso el rol del docente formador es protagónico. No basta con dominar una disciplina ya que se necesita comprender cómo este saber se expresa hoy en tareas, tecnologías, normativas, riesgos y procesos, y cómo se proyectará mañana en nuevas ocupaciones y formas de organizar el trabajo.
Barba, Billorou, Negrotto y Varela (2007) lo plantearon con claridad al señalar que el docente técnico-profesional no puede limitarse a competencias técnicas específicas, porque debe también promover competencias clave de empleabilidad para el aprendizaje permanente y para enfrentar cambios constantes en la manera de hacer y organizar el trabajo (pp. 9–10). Y añadieron un punto decisivo para la identidad TP: no son suficientes los conocimientos de pedagogía general, ya que se requiere capacidad de contextualización con el mundo del trabajo y del aprendizaje permanente, lo que vuelve a la pedagogía técnico-profesional en una disciplina distinta (Barba et al., 2007, p. 10).
Hoy esa tesis se vuelve más urgente, porque la pertinencia dejó de ser una meta y se convirtió en un blanco móvil. El Future of Jobs Report 2025 del World Economic Forum proyecta para 2025–2030, un aumento fuerte de habilidades como IA y big data, redes y ciberseguridad y alfabetización tecnológica, y en paralelo un alza sostenida de capacidades humanas como pensamiento creativo, resiliencia, flexibilidad y agilidad, junto con curiosidad y aprendizaje permanente (World Economic Forum, 2025). Si el trabajo se vuelve híbrido entre lo técnico y lo socioemocional, entre lo físico y lo digital, entonces el docente TP también debe volverse híbrido: especialista disciplinar, diseñador de experiencias de aprendizaje, evaluador de desempeños, mentor de trayectorias y, cada vez más, mediador ético del uso de tecnología.
A ello se suma la transición verde. La estrategia 2024–2026 de la Unesco-Unevoc insiste en que la TVET/ESTP está llamada a responder simultáneamente a la revolución digital y a las demandas emergentes de la economía verde, empujando procesos de reskilling y upskilling (Unesco-Unevoc, 2024). En este marco, estar actualizado ya no es incorporar una máquina o una norma nueva: se trata de desarrollar una capacidad institucional y docente de leer tendencias, interpretar impactos y reconfigurar aprendizajes sin sacrificar formación integral.
Chile, además, ha venido construyendo herramientas para sostener ese puente entre formación y empleo con mayor robustez. El Marco de Cualificaciones Técnico-Profesional (MCTP), presentado como parte de la política TP, plantea explícitamente que la Formación Técnico-Profesional debe estar fuertemente vinculada con el mundo del trabajo y que el marco permite comprender habilidades requeridas por la sociedad y sectores productivos, transmitiendo esa información a personas e instituciones formativas (Ministerio de Educación de Chile & Corfo, 2017). Más recientemente, un estudio de evaluación de implementación del MCTP recuerda que la Ley N° 21.091 pide considerar, entre otros, el análisis de tendencias productivas, mecanismos de coordinación e inserción laboral y empleabilidad (Ministerio de Educación de Chile, 2024). Esto es clave: la pertinencia ya no puede depender solo del olfato de cada carrera: requiere datos, articulación, lenguaje común y gobernanza.
Sin embargo, hay un riesgo: confundir pertinencia con mera adaptación. Si la ESTP se limita a seguir la ola, la educación se transforma en capacitación de corto plazo. Y la ESTP no puede ser eso. Debe formar para el empleo y para la movilidad; para lo técnico y para el aprendizaje permanente; para el desempeño y para la ciudadanía laboral. Aquí la docencia TP tiene una fortaleza: su tradición de aprendizaje situado, resolución de problemas y evaluación por estándares. El desafío es actualizar ese ADN en un escenario donde la tecnología ya no es solo herramienta: es entorno, es infraestructura.
La irrupción de la IA generativa vuelve esto ineludible. La Unesco advierte que el despliegue veloz de las herramientas de IA supera la adaptación regulatoria; la falta de regulaciones deja expuesta la privacidad de datos y a las instituciones poco preparadas para validar herramientas, por lo que propone un enfoque humanista, de protección de datos, validación ética y pedagógica (Unesco, 2023). Para la ESTP, la pregunta no es si se usa IA, sino cómo integrarla sin vaciar el aprendizaje: que no reemplace el juicio técnico, que no degrade la comprensión, que no normalice el copiar-pegar de decisiones sin trazabilidad, y que no invisibilice sesgos o errores.
Un modelo de docente TP hacia los próximos años: Docente TP 2030
Si queremos un horizonte concreto, conviene pensar el perfil docente TP no como una lista de cursos, sino como un modelo de capacidades integradas (un modo de ejercer). Se pueden observar siete dimensiones:
- Pertinencia con anticipación (no solo actualización)
El docente TP 2030 desarrolla una inteligencia de cambios: conversa con empleadores, egresados y organizaciones sectoriales; monitorea tecnologías y normas; y traduce señales del mercado en resultados de aprendizaje.
- Didáctica técnica: Aprender haciendo, con sentido
Diseña experiencias auténticas: proyectos, casos, simulación, laboratorio, aprendizaje en empresa y desafíos integrados. Su sello es convertir estándares productivos en secuencias didácticas seguras, con calidad y criterios explícitos.
- Evaluación por competencias con evidencias
Menos memoria descontextualizada y más desempeño observable: rúbricas, portafolios, demostraciones, bitácoras, evaluación situada y criterios de certificación. La evaluación se vuelve parte del aprendizaje y no solo su control.
- Mentoría de empleabilidad y competencias transversales
Aquí vuelve el corazón del planteamiento clásico: la docencia TP debe promover competencias clave para sostener el aprendizaje permanente y enfrentar cambios en el trabajo (Barba et al., 2007). La comunicación, colaboración, pensamiento crítico, seguridad, ética y autonomía no se agregan al final: se integran como criterios del desempeño técnico.
- Alfabetización digital e IA responsable
No basta con usar plataformas: se requiere comprender datos, ciberhigiene, automatización y el uso crítico de IA. En ESTP esto se traduce en tareas donde la IA sea apoyo (documentación, simulación, prototipado, tutoría), pero el valor evaluado esté en el proceso: diagnóstico, decisiones, criterios, seguridad y trazabilidad).
- Sostenibilidad aplicada al oficio
Integra eficiencia energética, economía circular, reducción de residuos, mantenimiento inteligente y cumplimiento normativo. La doble transformación verde-digital ya no es tendencia: es el nuevo estándar de productividad (Unesco-Unevoc, 2024).
- Inclusión y trayectoria: nadie queda fuera del taller
La ESTP trabaja con diversidad de edades, historias educativas y capital cultural. El docente TP 2030 diseña apoyos, promueve permanencia y entiende trayectorias como continuidad formativo-laboral, coherente con el sentido de marcos de cualificación y aprendizaje a lo largo de la vida (Ministerio de Educación de Chile & Corfo, 2017).
Condiciones para que este modelo sea posible
No basta con exigirle al docente estar al día. Se requieren condiciones institucionales: tiempo formal para actualización, co-docencia con especialistas del sector productivo, acceso a equipamiento y simulación, comunidades de práctica, y reconocimiento a la innovación pedagógica generada internamente u observada externamente como experiencias exitosas. En Europa, Cedefop subraya que la calidad VET necesita inversión y un enfoque holístico del desarrollo profesional docente, considerando roles crecientes y complejos: dominar tecnologías, apoyar inclusión, identificar estudiantes en riesgo y comprender cambios del mercado laboral (Cedefop, 2022). La lección es simple: la calidad docente TP no se improvisa: se diseña.
Porque, al final, el docente de la ESTP no solo transmite una técnica: habilita una biografía. Enseña a trabajar, sí, pero también enseña a aprender, a adaptarse, a colaborar y a ejercer un oficio o una técnica con dignidad y responsabilidad. Cuando la economía cambia de piel a una digital y verde, la educación técnico-profesional no puede ser un vagón que sigue al tren: debe ser una locomotora de oportunidades. Y esa locomotora tiene nombre y rostro: el docente TP, profesional reflexivo, conectado con el mundo productivo y comprometido con formar personas capaces de moverse con criterio en el trabajo del presente y del futuro.
Referencias
-Barba, E., Billorou, N., Negrotto, A., & Varela, M. C. (2007). Enseñar a trabajar: Las competencias de quienes forman para el trabajo (Herramientas para la transformación, N.° 32). OIT/Cinterfor.
-Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop). (2022). Teachers and trainers in a changing world: Building up competences for inclusive, green and digitalised vocational education and training (VET): Synthesis report.
-Ministerio de Educación de Chile. (2024, octubre). Estudio evaluación de la implementación del Marco de Cualificaciones Técnico Profesional (MCTP). Mineduc.
-Ministerio de Educación de Chile, & Corporación de Fomento de la Producción (CORFO). (2017, noviembre). Marco de Cualificaciones Técnico-Profesional. Mineduc/Corfo.
-Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco,2023). Guía para el uso de la IA generativa en educación e investigación.
-Unesco-Unevoc. International Centre for Technical and Vocational Education and Training. (2024). Medium-term strategy IV 2024–2026: Elevating TVET for a just and sustainable future for all.
-World Economic Forum. (2025). The Future of Jobs Report 2025: Skills outlook. World Economic Forum.
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