Estamos a dos semanas de finalizar un año que será difícil de olvidar para esta generación. Son 10 meses en que nuestras vidas cambiaron de manera significativa, sobre todo en el ámbito laboral y en algunos aspectos de nuestro quehacer personal. Es imposible realizar una síntesis del año sin considerar los efectos directos e indirectos, en cualquier resumen, de la pandemia COVID-19.
Si observamos lo publicado en el Observatorio todos los lunes desde el mes de marzo junto a sus Boletines bimensuales, es evidente que la pandemia COVID-19 ha sido un fenómeno biológico que no ha dejado a nadie inmune a sus diversos efectos. No ha sido la primera pandemia que azota al país, pero es la primera para la actual inmensa mayoría del país. Recordemos que en 1957 surgió un brote de influenza en Chile. Esta tuvo su origen en China y Hong Kong. El virus llegó a través de algunos pasajeros contagiados en el viaje de un barco estadounidense que se detuvo en Valparaíso. Su efecto dañino se expandió por todo Chile y se estima que murieron 20.000 chilenos (entre niños y adultos mayores). Tuvo como efecto positivo, incentivar la creación del Ministerio de Salud que hoy conocemos.
Duoc UC como institución integrante de Chile, estuvo expuesto a similares efectos a los que han experimentado todas las instituciones del país y del planeta. Ha tenido casos positivos de COVID-19 como también ha tenido la enorme pena de tener como fallecidos a algunos miembros de nuestra comunidad. Tuvo que modificar muchos aspectos de su quehacer institucional para poder continuar cumpliendo su misión institucional. Lo más visible fue que los docentes, muchos administrativos y la totalidad de los estudiantes, tuvieron que ejercer sus tareas habituales a distancia, desde sus casas y conectados todos a través de instrumentos tecnológicos, sean estos computadores o celulares. Lo esencial era estar vinculados para continuar cumpliendo nuestras obligaciones, sean estas laborales o estudiantiles.
Es relevante todo el trabajo liderado con éxito desde la Rectoría, acompañada de los directores de sedes, escuelas y centrales que han tenido la responsabilidad de tomar decisiones de manera rápida, eficaz y pensando siempre en proteger el bien común y de ayudar al máximo posible a todos nuestros estudiantes. Son visibles los apoyos tecnológicos y de recursos a los que lo necesitaban, el preocuparse y crear instancias de apoyo sicológico, emocional y la empatía hacia toda la comunidad. Sumamos que, pese a todo, las celebraciones anuales del 18 de septiembre y el aniversario de la institución, entre otras importantes, fueron momentos para que la comunidad se juntara y lo hizo cada vez que fue invitada a compartir. Y como cierre del año, los colaboradores sean administrativos o docentes, han podido participar activamente en el futuro Plan de Desarrollo que nos integra a todos y todas.
Nuestra actividad central que es esencialmente académica tuvo que realizar importantes tareas para poder enfrentar la inusual situación del año. Toda la VRA acompañada de todos los estamentos administrativos trabajaron sin cesar para poder continuar entregando un servicio de calidad manifestado en una educación remota e híbrida, esta última cuando fue posible recibir a algunos estudiantes a actividades presenciales. Sin duda fue un enorme desafío para Duoc UC, el más exigente que ha vivido en estos 52 años.
Es destacable que en momentos tan severos para nuestra vida sicológica, emocional, la Pastoral y todos los sacerdotes hayan estado siempre presentes entregando a la comunidad el apoyo espiritual que en todo momento es tan necesario y más si estamos viviendo una crisis de esta magnitud. Aprovechando toda la tecnología que tenemos, el mensaje permanente del equipo de la pastoral fue que Jesucristo está con nosotros, que fortalezcamos nuestra fe con nuestros rezos personales, que debíamos ayudar a los que más nos necesitaban, que no disminuyera nuestra esperanza y que saldríamos fortalecidos.
Respecto a los docentes, estos han sido un pilar sustancial. Son miles de horas de clases remotas que han impartido para continuar formando a nuestros estudiantes. En estas tareas han ido más allá de la mera docencia: han acompañado integralmente a sus estudiantes. Y no podía ser de otra manera: son docentes de Duoc UC y saben que nuestra misión va mucho más allá que proporcionar solo conocimientos disciplinares, ya que nos interesan las personas de manera integral: siquis, alma y cuerpo. Ellos lo comprenden, lo practican y por esto son innumerables los momentos en que manifestaron su calidad de personas al servicio de los demás.
En relación con nuestros estudiantes, sin duda también estuvieron a la altura de las circunstancias. Es evidente que para ellos ha sido una experiencia inédita y que les ha exigido una adaptación rápida. Solo si pensamos como ejemplos en los que cursan el primer año y que no han podido compartir en vivo y conocerse, como aquellos que egresarán este año y en que su último año no tuvieron presencialidad, comprobamos que también para ellos tuvo costos muy relevantes y que otras generaciones no vivieron esta situación. Pese a todo, han estado presentes, han participado de muchas actividades que se han organizado para ellos, se han sumado al esfuerzo de todos para enfrentar el año y terminar con éxito.
Duoc UC posee longanimidad, grandeza ante las adversidades, de otra manera no nos podemos explicar que estemos terminando el año con una “normalidad apreciada y reconocida” en un año con importantes exigencias inéditas. Todo esto se debe a toda la comunidad, liderada por su Rector, y la institución agradece el trabajo elogiable de todos y todas. Probablemente nos queda camino por recorrer, pero sabemos que iniciamos el segundo año con mucha más experiencia y más fuertes para terminar con éxito el 2021.
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