3 de Abril, 2017

Discurso del Rector Ricardo Paredes Molina en la Inauguración del Año Académico 2017 en la sede Antonio Varas de Duoc UC.

Equipo Editorial Observatorio

Equipo Editorial Observatorio

8 minutos de lectura

Deseo saludar al Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, don Ignacio Sánchez Díaz, al Padre Cristián Roncagliolo Pacheco Capellán General, a las Autoridades del Mineduc, Señora Daniela Torre, a las autoridades de Duoc UC, al Director de la sede Antonio Varas Señor Farid Elfar, a los Profesores y colaboradores.

Quiero dar también una especial bienvenida a quienes se inician como estudiantes y agradecer a Dios por tenernos como actores del proceso de transformación que se está dando en Chile y que no tiene precedentes.

Nuestros alumnos, la parte más esencial de esta comunidad, tienen el privilegio de llegar a una institución con un prestigio ganado del trabajo de casi cincuenta años entregando educación Técnico Profesional de calidad. Duoc UC se fundó en momentos turbulentos, para servir a obreros y campesinos, los más necesitados. Requirió inicialmente solo saber leer, escribir y las cuatro operaciones matemáticas básicas. Hoy, manteniendo los principios de los fundadores, pero en un país en el que prácticamente todos los alumnos terminan la educación secundaria y quieren más estudio, se exige mayor formación previa y disposición al estudio. Es que sin disposición y entrega no podríamos ofrecer a la sociedad técnicos y profesionales en las disciplinas más pertinentes al país, que asuman sus compromisos, que den cuenta, que estén preparados para los desafíos que les impone el mundo laboral, y que luzcan un sello marcado en una base ética de inspiración cristiana.

En simple, no solo queremos técnicos y profesionales eficientes; deseamos modelos de trascendencia que impregnen a la sociedad. Para ello, deben permearse a la cultura, a las relaciones con la comunidad, a la innovación, a las actividades de la pastoral, del deporte, de liderazgo y en definitiva, a recibir una formación que surge de una mirada diferente a la Educación Técnico Profesional.

Desde los inicios de la República hemos sido testigos de una discusión conceptual entre educadores y políticos sobre la importancia de la educación Técnico Profesional. Sin embargo, la política pública sistemáticamente se ha inclinado por concebir esta educación como paliativo de las inequidades de la cuna, y no como una que es base fundamental de un desarrollo productivo y social.

Las cosas están cambiando para bien. La educación superior, a la que más y más jóvenes acceden, fue esquiva en el Chile de pocos años atrás, cuando ella era sinónimo de educación universitaria y si bien de alta calidad y muchas veces gratis, estaba restringida a un puñado de universidades y a los escasos alumnos que terminaban la educación media.

Hoy la educación superior ya ni siquiera es principalmente universitaria, las tasas de cobertura alcanzan la media de los países desarrollados, y ello debido a la educación Técnico Profesional. A nuestra generación le está tocando vivir un rol privilegiado, como actores de una discusión sobre educación superior que ha de derivar en políticas y eventualmente, en una configuración del sector educativo que marcará las vidas de generaciones y del país. Tenemos el deber de influir, de centrar el eje en los problemas propiamente educacionales y de productividad y sobre los que a Duoc UC le cabe un rol clave.

La Educación Superior Técnico Profesional requiere de una visión reforzada desde el Estado para que realmente se constituya en un pilar del crecimiento y de las oportunidades. Ello requiere concebirla como camino para desarrollar competencias únicas, complementarias a las que forman las universidades y no como “un peldaño” para acceder a un título universitario. Camino complementario que permita que técnicos y profesionales refuercen su productividad con los universitarios requiere de una adecuada arquitectura institucional y financiamiento no discriminatorio.

Requerimos también mayores estándares y exigencia a las instituciones y de estas a los alumnos. Debemos terminar con las instituciones que no garanticen continuidad, que no sean capaces de proveer una educación de calidad.

Si concebimos calidad relacionada y medida como el grado de cumplimiento del proyecto educativo, previamente aprobado, coherente y promotor de un servicio educacional, estaremos promoviendo la diversidad del sistema, con instituciones adscribiendo a proyectos propios, con autonomía, con amplias posibilidades para que los jóvenes se formen en la real diversidad. Por su parte, un Estado dando directrices y eliminando prácticas nocivas, cerraría un círculo educativo virtuoso.

Con una concepción así de calidad, en la que por cierto caben las diferencias por tipo de institución, se hacen insostenibles las discriminaciones. El desigual acceso al financiamiento estudiantil a la gratuidad con la que partimos el año 2016 fue una política pública incomprensible. Y celebrando el esfuerzo del Gobierno y del Parlamento por remediar esta situación, permanecen brechas entre sectores universitarios y técnico profesionales, que deben cerrarse con urgencia con sustancial mayor prioridad que cualquier aumento de percentiles elegibles a gratuidad.

Me refiero a dos brechas que permanecen: una de financiamiento, que dejó a los alumnos Técnico Profesionales de los deciles 6 y 7 con becas inferiores a la que acceden desde 2017 alumnos de universidades masivas y que genera una distorsión en las decisiones de dónde estudiar. La segunda, de concepción: a los estudiantes TP se les limita en sus perspectivas de mayor estudio, se restringe el acceso a programas de posgrado tecnológico, y se les sugiere que no tiene para ellos un crecimiento permanente en educación. Se les da una señal que nada tiene que ver con el origen histórico de los programas de Masters, ni menos con el sentido práctico, de orientación a la aplicación que ofrece un camino virtuoso de la Educación Técnico Profesional en Europa, Canadá, Australia. Por eso resulta tan relevante la veta que hemos venido profundizando con la Pontificia Universidad Católica de Chile para que en ciertos posgrados de tipo profesional, aplicado, nuestros alumnos tengan completa acogida.  

Con una clara vocación pública, desde Duoc UC estamos abordando los mayores desafíos del sector Técnico Profesional, entre los que destaco una mayor flexibilidad curricular y de enseñanza, que facilite reconocer estudios y trayectorias previas, mejores aprendizajes, llegar a lugares donde hoy es inviable, adaptarse a las necesidades de muchos de nuestros alumnos que trabajan y que son jefes de hogar, y estudian en formatos no diferentes a los de alumnos con exclusividad estudiantil. Esto, por cierto, debiera atenuar uno de los más grandes flagelos en educación superior hoy, cual es la deserción.

Estimados alumnos, ustedes se integran a una comunidad educativa de la Iglesia Católica, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, una experiencia educativa única en el mundo. Somos afortunados de vivir esta época de innovaciones, de posibilidades de cambios profundos en el sector, y desde una posición privilegiada en lo educativo, desde Duoc UC.

No vemos coincidencia en que hace pocos días hayamos tenido en nuestras aulas a la máxima autoridad de la Nación celebrando el sentido público que tiene esta institución de la Iglesia y de la Universidad Católica. No le atribuimos a la coincidencia que esta misma semana hayamos recibido la noticia de que nuestro Capellán General, Padre Cristián Roncagliolo Pacheco, fuera llamado a servir como obispo auxiliar de Santiago, a apoyar a su Arzobispo en el gobierno y en el cuidado pastoral de la comunidad, para que como señaló Juan Pablo II, pueda “…enseñar, santificar y guiar, en comunión jerárquica con el Sucesor de Pedro y con los otros miembros del Colegio episcopal…”.  Pedimos también aquí, que la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia y “auxilio de los apóstoles, lo proteja y socorra al igual que al resto de los Pastores de la Iglesia en su misión apostólica”. En definitiva, no es casualidad todo lo anterior: es fruto del trabajo de años y de la voluntad de Dios, lo que nos impone mayores obligaciones de mira al futuro.

Por todo esto, quiero concluir agradeciendo a Dios, por tener la oportunidad de dirigirme hoy a ustedes desde esta posición de responsabilidad, por los desafíos que impone y por las expectativas que genera el Duoc UC sobre lo que puede hacer, lo que puede transformar. Agradecer por la institución a la que llegan, por el apoyo que reciben desde sus familias, desde la sociedad, desde su esfuerzo. Y pedir también que como alumnos agradezcan y reconozcan que son afortunados, por las oportunidades que tienen y que les fueron esquivas o derechamente inexistentes a generaciones recientes que han venido construyendo esta parte linda de la casa en que hoy vivimos. 

Santiago, lunes 3 de abril 2017

Deja tu comentario

Nombre y Apellido *

Guardar mi nombre y email en este navegador para la próxima vez que desee comentar.

0 comentarios

Otros artículos de interés

NAVEGAR LA EDITORIAL

18 de Noviembre, 2024

Inspiración, innovación y compromiso en los 56 años de Duoc UC

La conmemoración de los 56 años de Duoc UC, celebrada con solemnidad el miércoles 13 de noviembre, marca un momento clave para reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro de nuestra institución.  El acto de conmemoración de los 56 años de vida institucional de Duoc UC tuvo lugar en el piso 15 del […]

11 de Noviembre, 2024

Duoc UC: Un legado de excelencia y compromiso desde 1968 hasta 2024

Desde su fundación el 16 de noviembre de 1968, Duoc UC ha forjado una trayectoria marcada por hitos significativos que reflejan nuestro compromiso con la Educación Técnico Profesional en Chile. A lo largo de más de cinco décadas, hemos enfrentado desafíos, adaptándonos a los cambios y consolidando nuestra posición como una institución de excelencia. Hoy, […]

4 de Noviembre, 2024

La capacitación laboral en la era de la innovación tecnológica

Vivimos años caracterizados por significativos avances científicos y tecnológicos sin precedentes, situando la capacitación de los colaboradores en una encrucijada crucial. La rápida aparición de nuevas tecnologías y conocimientos obliga a las empresas e individuos a adaptarse continuamente para mantener su competitividad y relevancia en el mercado laboral. Esta realidad nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo […]