31 de Agosto, 2025

Cuando la institución se reconoce en sus estudiantes: oficio, técnica, profesionalismo, evidencia y porvenir común.

Equipo Editorial Observatorio

Equipo Editorial Observatorio

8 minutos de lectura

Toda institución educativa se explica, de verdad, cuando lo que dice de sí misma coincide con lo que sus estudiantes viven a diario. No basta con declarar propósitos nobles: hay que construir un ecosistema que los haga verificables. Cuando una organización asume esa exigencia, convierte su misión en una arquitectura de condiciones: tiempos que alcanzan, espacios que invitan, vínculos que cuidan, métodos que exigen y datos que orientan sin invadir. Ese paso de la aspiración al oficio, técnica o profesión marca la madurez institucional. No es retórica: es un estándar público que nos obliga a poner a prueba cada decisión con la experiencia concreta del estudiante (Unesco, 2021).

La primera señal de esa madurez es saber mirar. Mirar la diversidad real de trayectorias y organizar la enseñanza para que nadie quede fuera; mirar el currículo como un sistema vivo que admite combinaciones, rutas y reconocimientos; mirar la evaluación como un diálogo exigente entre evidencias y criterios aplicados; mirar la relación con las empresas y los servicios públicos como una conversación continua que afina pertinencia, prácticas e inserción laboral. El Learning Compass 2030 de la OCDE resume ese horizonte con claridad: agencia estudiantil, competencias transformadoras y bienestar como norte de diseño y medición (OECD, 2019). En otras palabras: si de veras el foco son los estudiantes, las pruebas son visibles.

En Duoc UC la promesa tiene apellido: empleabilidad con sentido, técnica solvente y respeto por la dignidad del trabajo. Quien llega a la ESTP busca saber hacer para aportar, y así sostener su vida y la de los suyos con una remuneración razonable. Eso nos obliga a enseñar con situaciones reales: herramientas que pesan, normas que obligan, materiales que resisten, estudiantes que importan. La ética del trabajo bien hecho recordaba Richard Sennett, no es enemiga de la productividad: la funda (Sennett, 2008). La ESTP, si quiere honrar su promesa, debe cultivar ese juicio.

Ahora bien, enseñar un oficio o técnica no equivale a renunciar a la comprensión profunda. El aprendizaje significativo de David P. Ausubel pide anclar lo nuevo en lo sabido; Jerome S. Bruner nos recuerda que cada disciplina tiene una estructura que puede reaprenderse en espiral; y Lev S. Vygotsky nos hace trabajar en la zona de desarrollo próximo, donde la mediación inteligente de otro sea docente, par, maestro, habilita el salto (Ausubel, Novak & Hanesian, 1978; Bruner, 1977; Vygotsky, 1978). La ESTP se hace fuerte cuando convierte esa teoría en prácticas verificables: rúbricas públicas, portafolios, simulaciones clínicas u operativas, bitácoras de taller, proyectos con clientes reales. Y, como advierte Gert J. J. Biesta, no olvidemos la parte no negociable: educar también es formar una persona, no solo producir rendimientos (Biesta, 2010). Esto último es esencial en Duoc UC.

Todo esto ocurre en una época que inquieta: la IA generativa transforma procesos con una velocidad que desordena certezas. La pregunta pertinente no es si prohibimos o permitimos, sino qué rediseñamos para convivir con sistemas poderosos sin perder la autoría, el criterio ni la integridad. Las orientaciones de la Unesco proponen un marco sobrio: protección de datos por defecto, integridad académica, edades y usos responsables, alfabetización crítica y formación docente específica por disciplina (Unesco, 2023). En paralelo, los diagnósticos de la OCDE y del WEF convergen: la década 2025-2035 traerá transición verde-digital, reconversión de tareas y necesidad de reskilling y upskilling sistemáticos; las microcredenciales y rutas apilables dejarán de ser accesorios para convertirse en infraestructura de movilidad laboral (OECD, 2025; World Economic Forum, 2025). La conclusión práctica es clara: enseñar junto a sistemas de IA, no contra ellos ni a su merced, elevando las zonas de alto juicio donde las personas siempre fijan los estándares.

Hay una frontera ética que no conviene cruzar: el tratamiento de los datos. Shoshana Zuboff advirtió el riesgo de convertir la experiencia humana en materia prima de plataformas (Zuboff, 2019). También en educación. En la ESTP, donde el desempeño puede involucrar simuladores, registros clínicos o de seguridad industrial, ese cuidado es parte de la competencia profesional: no solo sabemos hacer, sabemos por qué y para quién.

La misma sobriedad se exige al observar la vida cotidiana. Se aprende en las comunidades de práctica: talleres, cocinas, laboratorios, clínicas, empresas, donde circulan lenguajes técnicos, estándares y ética tácita (Wenger, 1998). Y, como mostró Philip W. Jackson, cada organización emite un currículum oculto: tiempos, tratos, símbolos, colas, silencios, correos que llegan o no llegan; todo eso educa (Jackson, 1990). Si afirmamos que “cada espacio es aula”, entonces patios, bibliotecas, oficinas y plataformas también deben ser diseñados con la misma seriedad con que diseñamos un plan de estudios. La pertenencia no es un taller motivacional: es una experiencia sostenida de cuidado y exigencia.

¿Cómo se traduce esta visión en decisiones concretas para la próxima década? Podemos decirlo sin listas, como una cadencia de movimientos que se sostienen entre sí:

-Primero, perfilar con nitidez qué capacidades debe mostrar un egresado de cada carrera y sector, y publicar evidencias de logro que cualquier persona pueda entender.

-Segundo, flexibilizar con rigor: módulos y microcredenciales apilables, reconocimiento de aprendizajes previos y pasarelas TP-universidad que permitan recombinar trayectorias sin degradar estándares (Unesco-Unevoc, 2022).

-Tercero, adoptar políticas de IA con propósito: herramientas sí, pero al servicio del aprendizaje, con trazabilidad del proceso y evaluaciones que exijan autoría demostrable.

-Cuarto, profundizar la doble pertinencia con el entorno a través de laboratorios vivos en salud, turismo, industria, TI, recursos naturales, donde problemas genuinos alimenten asignaturas, prácticas e investigación aplicada.

-Quinto, tratar la docencia como comunidad de práctica: tiempos protegidos para co-diseñar, observarse entre pares, calibrar evidencias y retroalimentar con criterios compartidos.

-Sexto, asegurar una gobernanza de datos que no sacrifique libertades en nombre de la eficiencia.

-Séptimo, alinear los indicadores institucionales con un enfoque de capacidades: además de aprobar y titular, evaluar la posibilidad real de deliberar, colaborar, cuidar, crear valor público y seguir aprendiendo a lo largo de la vida (Sen, 1999; Nussbaum, 2011).

En la Educación Técnico-Profesional cada minuto cuenta. Muchos estudiantes trabajan, cuidan a su familia, y tienen deseos de una mejor vida con buena formación y empleabilidad. El tiempo es corto y el deseo de aprender es alto. Por eso el ambiente educativo integral importa tanto. Aulas bien pensadas, patios que permiten respirar y conversar, bibliotecas que de verdad invitan a estudiar, casinos que cuidan la pausa, oficinas que resuelven sin laberintos, plataformas tecnológicas que no marean. No son servicios: son condiciones importantes de aprendizaje. Y cuando esa trama se alinea, ocurre algo visible: baja la deserción, suben las aprobaciones, mejora el ánimo, se cuida la integridad, se expande la confianza social en los títulos. La institución, entonces, se reconoce en sus estudiantes.

Cada egresado de Duoc UC, creemos, debiera salir con tres certezas íntimas: que domina su técnica; que sabe decidir con criterio y ética frente a las personas, máquinas y sistemas; y que puede aprender con la IA, y a veces gracias a ella, sin ceder la autoría personal y que se potencia con esta. Lo cuarto es un deseo y una esperanza institucional: que todos nuestros estudiantes, administrativos y docentes hayan tenido la oportunidad de conocer a Jesucristo, que es nuestro enorme regalo para todas las personas de buena voluntad que abren su corazón y mente a ÉL.

Todo lo demás: infraestructura, procesos, alianzas, analítica, existe para sostener esas certezas, el deseo y la esperanza. Si mañana alguien nos preguntara en qué se funda nuestra calidad, podríamos responder sin titubeos: en la coincidencia verificable entre lo que declaramos y lo que nuestros estudiantes, día a día, viven.

Nota: Se utilizaron varias IA para encontrar ideas al significado actual del sentido institucional de poner como centro de su quehacer al estudiante: ChatGPT, Gemini 2.5 pro, Perplexity, Grok Fast y Claude Sonnet 4. La selección de ideas y redacción final es nuestra.

Referencias

  • Ausubel, D. P., Novak, J. D., & Hanesian, H. (1978). Educational psychology: A cognitive view (2.ª ed.). Holt, Rinehart and Winston.
  • Biesta, G. J. J. (2010). Good education in an age of measurement: Ethics, politics, democracy. Routledge.
  • Bruner, J. S. (1977). The process of education (Rev. ed.). Harvard University Press.
  • Crawford, M. B. (2009). Shop class as soulcraft: An inquiry into the value of work. Penguin Press.
  • Jackson, P. W. (1990). Life in classrooms (Rev. ed.). Teachers College Press.
  • Nussbaum, M. C. (2011). Creating capabilities: The human development approach. Belknap Press/Harvard University Press.
  • OECD. (2019). OECD Learning Compass 2030: Concept note. OECD Publishing.
  • OECD. (2025). What should teachers teach and students learn in a future of powerful AI? (OECD Education Spotlights, n.º 20). OECD Publishing.
  • Sennett, R. (2008). The craftsman. Yale University Press.
  • Sen, A. (1999). Development as freedom. Oxford University Press.
  • Unesco. (2021). Reimagining our futures together: A new social contract for education. Unesco.
  • Unesco. (2023). Guidance for generative AI in education and research. Unesco.
  • Unesco-Unevoc. (2022). Transforming TVET for successful and just transitions: Strategy 2022–2029. Unesco.
  • Wenger, E. (1998). Communities of practice: Learning, meaning, and identity. Cambridge University Press.

Deja tu comentario

Nombre y Apellido *

Guardar mi nombre y email en este navegador para la próxima vez que desee comentar.

0 comentarios

Otros artículos de interés

NAVEGAR LA EDITORIAL

25 de Agosto, 2025

Lo que permanece y lo que cambia en la formación Técnico-Profesional

En un tiempo acelerado y a ratos brumoso provocado por el avance de la IA, la Educación Técnico-Profesional necesita avanzar con brújula, no con prisa. El tránsito debe distinguir con rigor lo que permanece: el núcleo ético que legitima el quehacer formativo y su promesa de movilidad y dignidad; de lo que cambia: las herramientas, […]

18 de Agosto, 2025

Entre la innovación y la integridad académica: Hacia un modelo evaluativo que armonice competencias humanas y herramientas de IA

La inteligencia artificial (IA) generativa ha irrumpido con una velocidad tal que ha puesto en jaque la certidumbre evaluativa de los sistemas educativos. Desde fines del 2022, docentes e instituciones, han constatado que los estudiantes pueden delegar a modelos IA la redacción de informes, la solución de problemas e incluso el desarrollo de código, sin […]

10 de Agosto, 2025

Boletín N°73: La inteligencia artificial en Duoc UC

Entre la innovación y la integridad académica: Hacia un modelo evaluativo que armonice competencias humanas y herramientas de IA La Inteligencia Artificial (IA) ha irrumpido en nuestro presente como una fuerza transformadora, redefiniendo no solo la forma en que interactuamos con el conocimiento y el trabajo, sino que también nos obliga a una profunda reflexión […]