Todas las instituciones educativas están trabajando en un tema crucial como lo es el cómo mejoramos los aprendizajes de los estudiantes. Es una tarea esencial de toda misión institucional. Finalmente nuestros educandos se acercan y confían en las instituciones si observan que estas efectivamente lo logran y les permiten continuar eficazmente su proceso evolutivo. Sin embargo, esta tarea de obtener que una persona aprenda es de suyo una de las más complejas acciones educativas.
Hoy la exigencia que la ciudadanía le presenta a las instituciones educativas es muy superior a la que hubo en el pasado. Antes solo bastaba que hubiera docentes y que las clases se dictaran para que se diera por hecho que la institución cumplía con su misión. Esto ha evolucionado en variados sentidos y claramente ya no basta con esto para reconocer que las tareas esenciales están realizándose. Se pide que los estudiantes aprendan y que adquieran una educación más integral.
Las instituciones ven aumentar los controles de su accionar interno. Están expuestas a exámenes externos ya sea desde el Estado o desde la ciudadanía, con todas las posibilidades de comunicación que hoy nos entrega la tecnología y que les permite dar a conocer lo bueno y lo malo de toda institución. Esto ha significado cambios de ejes relevantes al interior de las instituciones educativas, y las más sensibles y con más deseos de mejorar, han puesto su acento en cómo mejorar los aprendizajes y en cómo medir si estos efectivamente se logran.
Esta mirada desde el Estado y la ciudadanía más penetrante, más acuciosa, sin duda nos beneficia a todos. Ha provocado que el acento hoy se ponga en el aprendizaje y no meramente en la enseñanza como ocurrió en el pasado. Lo que hoy importa es que se pruebe que lo estudiantes aprendan y se examina su resultado por la empleabilidad futura que posean y por las competencias específicas, valóricas y transversales que hayan adquirido. El acento se ha puesto en la calidad formativa, que si es importante, aporta más prestigio y mayor demanda de postulantes para las instituciones que tienen y demuestran éxito en esta tarea formativa.
En el caso de nuestra institución, desde el Directorio y la Dirección Ejecutiva han puesto su acento y sus esfuerzos para fortalecer los aprendizajes de los estudiantes de Duoc UC. Si se pudiera resumir el Plan de Desarrollo 2016-2020, todas las iniciativas apuntan a mejorar las condiciones materiales y espirituales para que se potencien y se prueben los aprendizajes de los alumnos.
El aprendizaje no se produce solo en lo que ocurre en una sala de clases. Este es un efecto que es resultado de la existencia de diversos ambientes físicos y contextuales que lo hacen posible. Si todo lugar físico lo pensamos como una posibilidad favorable, entonces debemos diseñar todo para que ayude y potencie el aprendizaje de nuestros estudiantes. En tal sentido, las columnas de esta semana, relacionadas con el accionar del sistema de bibliotecas UC y lo que hace el Liceo Politécnico Andes hoy, son prueba que los focos se movilizan en el sentido de mejorar la calidad de los aprendizajes de nuestros alumnos.
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