17 de Junio, 2024

Ceremonia de categorización docente.

Kiyoshi Fukushi Mandiola

Kiyoshi Fukushi Mandiola

Vicerrector Académico Duoc UC

6 minutos de lectura

Me complace especialmente poder participar de esta importante ceremonia1.

Luego de un largo proceso, 72 docentes alcanzan una nueva categoría docente y lo más relevante: Con ello logran un merecido reconocimiento a su trabajo. Este proceso, para cada uno de los reconocidos, no comenzó hace un par de meses con la postulación correspondiente, más bien empezó al momento de comenzar su vida académica en Duoc UC. Sin duda ha sido un largo camino de aprendizaje y de compromiso con nuestros estudiantes y también con nuestro Proyecto Educativo. Por todo ello les extiendo mi mayor felicitación y agradecimiento.

En esta significativa ceremonia me interesa abordar dos temas que, en mi opinión, son esenciales en el marco de una reflexión sobre el rol del docente en una institución de la Educación Superior Técnico Profesional católica en la perspectiva de una formación integral del estudiante.

1.- El primero dice relación con ¿quién es el sujeto de la formación integral? ¿Se trata de un ideario centrado en la persona? ¿en qué persona? Estas preguntas encierran una problemática mayor, es decir, ¿quién es el principio, sujeto y fin de todas las instituciones humanas? ¿La persona o el individuo? ¿La persona o el colectivo? ¿La persona o el Estado? ¿La persona o el mercado?

Cuando hablamos de formación integral estamos hablando, al mismo tiempo, del sujeto de dicha formación quien en el ejercicio de su libertad aspira a su desarrollo, un desarrollo que debiera ser integral. Pues bien, quiero pensar que quien está en el fundamento de ese desarrollo es la persona humana, aquel que en el antiguo decir de Boecio y luego tomado por Santo Tomás de Aquino, es: “substancia individual de naturaleza racional”.

Es decir, cada ser humano es un sujeto racional y libre. Al acentuar con tanta fuerza ese hecho, quiero contraponer esa idea a la del hombre y de la sociedad actual que se inclina por la exaltación del individuo. Cuando dejamos de considerar a la persona como un fin en si mismo, el Estado y el Mercado se perfilan en el contexto social como los sujetos que le otorgarían significado y sentido a su propia presencia en el mundo. De ese modo, el orden natural de las cosas ya no sería tal, esto es, la persona estaría en riesgo de existir para el Estado o la persona podría adecuarse a un Mercado concebido como un fin en sí mismo.

Me parece que lo que se olvida, es que el desarrollo, antes que ser una categoría económica o política, es esencialmente una categoría ética. Esto quiere decir que solamente tiene sentido cuando se refiere a la persona.

Como lo señaló, Pablo VI en Populorum Progressio: “El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico. Para ser auténtico debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre. Con gran exactitud ha subrayado un eminente experto: ‘Nosotros no aceptamos la separación de la economía de lo humano, el desarrollo de las civilizaciones en que está inscrito. Lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la humanidad entera’”.

2.- La segunda reflexión que quiero compartir con ustedes en esta importante ocasión, se refiere al rol del docente de una institución de Educación Superior Técnico Profesional católica. La figura del educador se encuentra asociada a la idea de maestro, la cual es indisociable del principio de autoridad entendido este último como una facultad moral.

“Los jóvenes necesitan auténticos maestros; personas abiertas a la verdad total en las diferentes ramas del saber, sabiendo escuchar y viviendo en su propio interior ese diálogo interdisciplinar; personas convencidas, sobre todo, de la capacidad humana de avanzar en el camino hacia la verdad. La juventud es tiempo privilegiado para la búsqueda y el encuentro con la verdad.” (S.S. Benedicto XVI).

¿Qué se entiende por maestro? Maestro es ciertamente, el que enseña, es decir, el que muestra el conocimiento y las formas de vida en las que se aplica. En sentido amplio, el que muestra el camino de la ciencia, del arte, del bien; de las virtudes que enriquecen la vida humana. Y cuando esto ocurre, cuando no solo “muestra” el saber, sino que orienta para aplicarlo y motiva para amarlo, hacerlo propio y enriquecerlo, traspasa la línea del saber para abrir la del ser. Es entonces cuando el docente se transforma en educador, es decir, en aquel que guía el crecimiento personal de los alumnos, y promueve el desarrollo integral de las personas.

¿A quién enseña? Keith Bain. En su libro “Lo que hacen los mejores profesores de universidad”, 2007, afirma: “Los momentos del aula deben pertenecer al estudiante –no a los estudiantes sino al auténtico estudiante indivisible – No enseñas a una clase. Enseñas a un estudiante”.

Es conveniente recalcar aquí, una vez más, la importancia del ideal simbólico del docente como maestro; es decir, como aquel que transmite sus conocimientos y sabiduría al educando, y no solo como guía que orienta. Esta transmisión es la base de todo progreso cultural.

La cultura se construye sobre los conocimientos alcanzados hasta el momento. Pero no solo esto; a nivel personal esta transmisión juega un papel muy importante, no solo para obtener conocimiento, sino como requisito previo para que el educando pueda, llegado su momento, optar y tomar decisiones serias en su vida. Por esta razón, el docente no transmite el saber como si fuera un objeto de uso y consumo, sino que establece ante todo una relación sapiencial, de sabiduría, que se convierte en palabra viva antes que en transmisión de nociones.

El educador es siempre un modelo que seguir, lo busque o no. Sus obras y manera de ser influyen más en el estudiante que cualquier palabra, consejo o lección que dé. Por esta razón el testimonio de vida resulta fundamental en cualquier tipo de educación. La coherencia de vida en el docente es clave para el alumno o alumna. Muchas gracias.

  1. Ceremonia de categorización docente. Efectuada en el Salón de Honor de la sede Antonio Varas de Duoc UC el 6 de junio de 2024. ↩︎

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