En un mundo globalizado lleno de tendencias digitales y manejo de tecnologías nunca antes pensadas, se mueven todos nuestros estudiantes, plenos de sueños y anhelos, pero también de muchas carencias sociales y familiares.
En este escenario nuestro proyecto educativo los recibe con la expectativa de transformar sus talentos en herramientas que sirvan para el mundo laboral y valores que les sean útiles para desarrollarse a nivel personal y profesional de manera ética, responsable y generosa.
Cada uno de nosotros, que creemos en el proyecto académico de nuestra institución, intenta aportar un grano de arena para promover este cambio, que sin duda es y será el motor de movilización social que el país necesita.
Para lo anterior necesitamos personas que trabajen con la convicción de favorecer y, en lo posible, generar un cambio profundo en cada sala de clases y en cada tarea que emprendamos en el día a día. De esta forma, nuestros profesores son el motor de aquella transformación que se inicia desde la férrea creencia en cada uno de sus estudiantes, en sus capacidades y potencialidades, en sus historias y trayectorias, así como en sus sueños y expectativas. En definitiva, el punto de origen del cambio está en la claridad docente de que todo el estudiantado tiene condiciones de aprendizaje y que, proponiéndoselo, pueden llegar a ser destacados en sus distintas vocaciones.
Desde la inspiración descrita, nos asiste la certeza de que nuestra acción docente ha de materializarse para demostrar que el quehacer educativo es muy diferente a cualquier otro ámbito laboral. Todos y cada uno de quienes nos desempeñamos profesionalmente en Duoc UC somos responsables de la conquista de los sueños y posteriores éxitos de las personas que estudian en esta institución.
Una de las cualidades más distintivas de nuestro modelo educativo es la cercanía que nos permite con nuestros estudiantes. Ello es una tremenda contribución a la posibilidad de percutar los cambios señalados precedentemente. Al respecto, nada mejor que un ejemplo:
Por el año 2013, en la sede Concepción, se acercó un alumno con grandes carencias económicas y con claros problemas de autoestima a la dirección de carrera para comentar su retiro. Estudiaba publicidad. Las mensualidades eran canceladas puntualmente por su abuela; sin embargo, distintas situaciones familiares presagiaban que sería poco probable seguir contando con aquel apoyo y el camino de la deserción se veía inminente.
Señalaba, conjuntamente, que él no destacaba en lo que hacía y no le parecía justo ni necesario seguir destinando parte importante del presupuesto familiar en su educación. Finalizó señalándole al director de carrera: “me voy porque no tengo talento”.
El directivo le responde al alumno: en primer lugar, eres una gran persona, tu humildad y perseverancia han de ser tus apoyos para superarte. Luego agregó: “quiero ver tu portafolio”.
El estudiante mostró sus trabajos. El docente los observó y con alegría comprobó el gran talento de la persona que tenía en frente. Mirándolo a los ojos con firmeza, le dijo: “si encuentro un aviso publicitario mejor que cualquiera de los tuyos en el más destacado diario local dejaré que te vayas. De no ser así tú terminarás tu carrera” ….
El estudiante protagonista de esta historia real terminó su carrera en Duoc UC. Hoy es un gran y prestigioso profesional. Estos ejemplos en nuestra institución son frecuentes. En ellos hay sueños estudiantiles hechos realidad y están también presentes los desvelos docentes gratificados por el desarrollo personal y profesional del alumnado.
Desde el quehacer docente, por tanto, no solo estamos preocupados por la generación de mallas y currículos que estén basados en aspectos disciplinares, también nuestra reflexión y acción tiene que ver con la preparación para la vida.
En este sentido los valores que consideramos para proponer y transferir a nuestros estudiantes están cimentados en la raíz cristiana de nuestra institución y, por lo tanto, en una concepción educativa que busca la formación de personas. Vamos más allá de lo que acontece en el interior de la sala de clases (sin duda importante), nos proponemos ser referentes de nuestros estudiantes a toda hora. Es así como entendemos la educación de calidad: escuchando demandas estudiantiles, prestando atención a las necesidades del alumnado, atendiendo sus trayectorias juveniles, apoyando sus inquietudes y problemas. En definitiva, viviendo con ellos su paso por la institución y testimoniando la misión de Duoc UC.
En estos días en que se están discutiendo los nuevos criterios de evaluación para carreras y programas de pregrado propuestos por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), seguramente los procesos y sus resultados serán los tópicos naturales de conversación, análisis y reflexión en las instituciones de educación superior; sin embargo, lo basal estará en la directa relación que tengamos con nuestros estudiantes; en la propuesta que hagamos del sello Duoc UC y, por sobre todo, en la consecuencia entre el pensar y actuar que seamos capaces de demostrar.
0